lunes 10  de  febrero 2025
RESEÑA

"La noche de las tríbadas" expone lo diferente

La homofobia, la crisis matrimonial y la misoginia son parte del entramado de la obra, que transcurre durante un ensayo de la pieza "La más fuerte", de Strindberg, en el escenario del Teatro Dagmar de Copenhage, en 1889
Diario las Américas | GRETHEL DELGADO
Por GRETHEL DELGADO

MIAMI.- Dentro de la oferta teatral miamense, una singular pieza nos transporta a la Dinamarca del siglo XIX. Se trata de La noche de las tríbadas, basada en la vida del dramaturgo sueco August Strindberg. Es un texto original del autor Per Olov Enquist, en versión libre y dirección de Alberto Sarraín.

Ni la distancia geográfica ni la temporal logran que nos extrañemos ante esta puesta en escena, pues hay grandes pasiones humanas que no pasan de moda. Tanto para quienes conocen la vida del dramaturgo August Strindberg (1840-1912), como para aquellos que nunca habían escuchado ese nombre, la pieza teatral dirigida por Sarraín aborda temas de la vida cotidiana actual.

La homofobia, la crisis matrimonial y la misoginia son parte del entramado de la obra, que transcurre durante un ensayo de la pieza "La más fuerte", de Strindberg, en el escenario del Teatro Dagmar de Copenhage, en 1889. Durante una noche, Strindberg intentó guiar a los monstruos pasionales que interpretarían su obra.

El dramaturgo, presionado por las deudas y enfocado en estrenar cuanto antes para ganar dinero, tropieza con dos mujeres temperamentales y peligrosamente libres, que exponen sus deseos más íntimos.

Ellas son la baronesa Siri Von Essen, madre de sus hijos y también la mujer que le exigió el divorcio; y Marie David, más fuerte que el propio Strindberg y capaz de seducir hasta el delirio a la baronesa.

Strindberg, entre los celos y el egoísmo, ve su moral masculina por el suelo cuando constata que una mujer es capaz de robarle a su esposa. Por ello, bien ataviado con su máscara social y su incrementado odio hacia las mujeres, se refiere a Marie como una "tríbada", palabra con la que describían a las lesbianas en la antigua Grecia.

Tanto para el pudor del siglo XIX, como para quienes en pleno siglo XXI miran con recelo (y muchas veces envidia) aquello que es diferente, La noche de las tríbadas es una obra transgresora. Además de exponer temas que siguen siendo polémicos, se apoya en la destreza actoral y en una cuidadosa dirección de escena.

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Los actores Héctor Alejandro González, Yvonne López Arenal, Raúl Durán y Letty Carmona en
Los actores Héctor Alejandro González, Yvonne López Arenal, Raúl Durán y Letty Carmona en "La noche de las tríbadas".

Desde que uno entra al teatro y recibe un programa de manos jugoso, incisivo en la historia del texto, sabemos que se trata de una obra singular.

Su director, Alberto Sarraín, no solo tiene una larga trayectoria que incluye el contacto con Teatro Estudio, sino que, y esto es lo más importante, esa experiencia se percibe en la escena sin necesidad de leer cualquier resumen bibliográfico sobre su trabajo.

La dirección de actores es el plato fuerte de la pieza. A partir del momento en que la actriz Yvonne Arenal, o más bien Siri Von Essen, entra a escena con su historia y su carga sensorial a cuestas, uno se traslada a un cuadro del siglo XIX, al ademán sepia de la señora que agradece un vodka, al sonido envejecido de bastones y también a la mirada solemne y aguda que parece vivir en los retratos.

El trabajo de los actores se entrelaza naturalmente con cada objeto en escena, desde un reloj de bolsillo hasta la agresividad de la pistola que Siri extrae de una caja. Una pistola que no se usa, al menos frente a nuestros ojos, pero que a nivel interno se dispara en varios momentos de la obra.

Silencios graves, casi palpables, sostienen la tensión y agudizan cualquier comentario, de manera que un simple "claro" puede ser el detonante de un arranque de histeria. Hay un sufrimiento que revienta corsés y empaña espejuelos, un dolor crónico que supera cualquier ahogo tuberculoso. Todo eso subyace en la puesta en escena, en los movimientos de los actores, tanto los físicos como los más internos y poéticos.

Yvonne López Arenal, en el papel de Siri Von Essen, tiene mucha fuerza en escena; sus ojos son mágicos e iluminan todo aquello en lo que su mirada se posa. Letty Carmona, en el papel de Marie David, logra ser sensible en su dureza de barbilla erguida. Raúl Durán, como Strindberg, tiene soltura y sabe ser él mismo en escena. Por su parte, Héctor González, con su Viggo Schiwe, logra que el espectador esté pendiente de cada acción que realiza, llena de vida y con apasionado sentido del humor.

Se percibe en cada actor un profundo respeto por la palabra bien dicha, por el material que tienen entre sus manos y por las biografías de los personajes que interpretan. En este sentido, los cuatro actores logran mantener un excelente nivel de actuación durante toda la pieza.

¿Por qué esta obra es necesaria para la escena de Miami? Hay en ella temas universales que merece la pena visitar una y otra vez, no por masoquismo, claro está, sino como una forma de hacer catarsis humana, visceral, en tiempos donde a veces pareciera que lloramos por mensaje de texto, y en los que un beso entre dos mujeres ofende más que un bombazo en Turquía.

Las pasiones del ser humano, los triángulos amorosos y hasta el odio más elegante que es capaz de sentarse a tu mesa y ofrecerte un té, se muestran en esta obra a un espectador que no tiene otra opción que involucrarse en la historia.

Todo esto es necesario para recordarnos que estamos vivos, o que eso parece. Y Sarraín, junto a sus actores y al equipo de la obra, nos entregan ese trozo de vida que moldearon por varios meses, sorteando los horarios de trabajo y el sueño, que jamás será más fuerte que los sueños. Nos entregan, además, una obra de arte, rara avis en la escena de Miami.

Si usted, estimado lector, me pidiera un consejo, le diría que vaya a ver esa obra ya.

La noche de las tríbadas, producción de La Má Teodora, con dirección de Alberto Sarraín, se presenta en Havanafama Teatro, ubicado en 4227 SW 75th Ave, en Miami, los viernes y sábados a las 8:30 p.m., hasta el 9 de diciembre. Para reservaciones, llame al 786 319 1716

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