lunes 28  de  abril 2025
MÚSICA

Pau Donés: "No tengo tiempo para el pesimismo"

LOS ANGELES.- La cara de Jarabe de Palo es un músico con ganas de triunfar que ve a los hispanos como el futuro para su banda

LOS ANGELES.- PABLO SCARPELLINI

Especial

Los tiempos y las situaciones han cambiado. Podría ser la letra de un bolero o en este caso, el sino de Jarabe de Palo, una banda que ha sabido acostumbrarse a ese movimiento de placas tectónicas que ha sacudido el mundo de la música en la última década. Dieciocho años han pasado desde que sonara La flaca por primera vez como excusa de una campaña publicitaria para Ducados, la marca de tabaco negro española, y el público aún la acepta como parte de su historia de juventud, acompañada por temas de otros nueve discos —Agua, Depende, Bonito, por citar algunos— que le han ayudado a mantenerse en la pomada.

Y no es solo porque lo diga convencido Pau Donés, el líder y alma de la formación catalana. Lo atestiguan las nominaciones a los tres Latin Grammys que les concedieron hace un mes en Las Vegas —"Nunca nos había dado tantas por un solo disco", confirma— y las salas que han logrado llenar en Estados Unidos y América Latina en 2014.

Su gira, de la mano de su trabajo ¿Y ahora qué hacemos?, ha concluir hace pocas semanas tras darse baños de popularidad en Nueva York, Bogotá, Los Angeles, El Salvador, Guatemala, Guayaquil o San Francisco. Por eso dice que están más vivos que nunca, que no tiene tiempo para sumirse en la corriente negativa que azota Europa y que el futuro pasa por aquí, por el continente americano. "En España simplemente no hay curro".

Lo cuenta mientras se toma una cerveza en un restaurante mexicano de Los Angeles, una de las ciudades de acogida de un "ciudadano del mundo", todavía "impresionado" por la gente que les sigue, los que aún cantan a pleno pulmón El lado oscuro o Grita, un éxito perdurable en el tiempo que a sus 48 años está dispuesto a seguir disfrutando, sin importar la crisis que atraviesa la industria, el mundo que conoció de joven y que ya casi ha dejado de existir.    

-¿Reconoce todo este tinglado después de casi 20 años de carrera musical?

Pues no mucho. Las cosas han cambiado de forma dramática en España y la visión ahora pasa por América y en concreto por el mercado hispano de Estados Unidos. En España no hay curro (trabajo) y los ayuntamientos no tienen dinero. Ya no hay fiestas mayores que valgan porque nos hemos cargado la empresa privada. La solución está en América, donde hay mercado. Muchos españoles están yendo a América porque el futuro está aquí.

-¿Más EEUU que América, el territorio más fértil para bandas españoles en las últimas décadas?

En Estados Unidos tú vales lo que generas. Hay 320 millones de personas y muchos de ellos latinos. A nivel de negocio es donde está el asunto más potente porque creo que los gringos que se han dado cuenta de que el latino es un buen cliente, que también hay rock además de bachata o salsa. Así que ahora volvemos a viajar por carretera, encantados, tocando en clubs en el país donde se inventó el Rock & Roll. Y eso es una pasada. Hemos tocado en sitios donde antes pasaron Nirvana o Jimmy Hendrix.

-¿No le pesa la constante crítica contra los estadounidenses?

Me hace mucha gracia la clásica pose del español. ¡Pero si nosotros somos lo más chovinista que existe! Es cierto que España para vivir es genial, pero para todo lo demás, es mejor estar en otro lado. Ni para la musica, ni para el cine ni para el arte. Aquí triunfa gente como Pedro Almodóvar, Plácido Domingo o Valentín Fuster porque aquí están bien organizados y valoran el talento.

-Nueve discos lleva ya a cuestas a sus 48 años. ¿Hay desgaste musical en este ecosistema de supervivencia?

Mi ecosistema es otro. Soy un ciudadano del mundo y por eso alimento mi creatividad y escribo canciones. Me gusta ser popular, respetado, valorado, y a partir de ahí no tengo una frontera. Siento que Jarabe de Palo es una banda internacional. No tengo tiempo para el pesimismo. Gustaremos más o menos, por lo que hacemos lo hacemos bien.

-¿Le pesa el síndrome de La flaca?

Es el síndrome Let it be o el de Born in the USA. Los artistas tenemos un antes y un después y eso lo marca una canción. Pasas de ser desconocido a ser popular. Pero estamos contentos porque 18 años después de La flaca seguimos siendo un grupo con una cierta vigencia. Romper ese estigma no es tan fácil, pero nosotros los rompimos con Agua, Depende o Bonito. Nunca hemos sido un grupo de un 'one hit wonder'.

-¿Qué le falta por hacer?

La mejor canción. Aún no está escrita.

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