“No he parado de trabajar. Durante estos 25 años hemos hecho música en todo momento y es algo que siento me ha apasionado tanto, que casi no he tenido tiempo para respirar. Me siento como un trabajador incansable y eso se ha reflejado en todo lo positivo que hemos aportado”, dijo.
Su pasión por la música ha ido más allá del hecho de componerla, y lo ha llevado a convertir la televisión en una plataforma que la rescate.
“No solo he querido hacer la música que he hecho. Siempre busco componer ritmos diferentes para incursionar en otros panoramas como el de crear un programa de televisión como Sonando en Cuba, que fuera al rescate de las tradiciones musicales y de nuestra identidad”, aseguró.
A través de esta iniciativa, que ha contado con el apoyo de cientos de personas, Paulito, como se le conoce de cariño, busca eliminar la incultura musical que prima sobe los jóvenes cubanos.
“Se ha pedido mucho, sobre todo, en los últimos tiempos con la reducción de espacios televisivos importantes que sean atractivos y competentes con los estándares que ahora se utilizan en el mundo y que nos llegan a través del paquete. Cuando comparamos, obviamente la gente estaba mirando un producto de afuera, que aunque a lo mejor no tenía tanta calidad desde el punto de vista musical, a nivel visual sí”, admitió.
Sonando en Cuba es una gran producción con la que el músico ha recorrido el país para descubrir esos talentos ocultos. Concretarla y poder transmitirla por la televisión nacional, fue un reto que le llevó mucho esfuerzo.
“Fue difícil hasta cierto punto, porque en los medios no tienen todos los recursos a mano. Pero lo bonito fue cuando la gente comenzó a creer en el proyecto y se involucró. Eso es lo que he ganado, ha habido mucha empatía con el público y con la sociedad en general. El apoyo más importante que recibimos fue el grado de identificación de la gente con el programa”, agregó.
Su experiencia, tanto en la música como la televisión, ha sido fructífera y a la vez triste, porque ha notado que la juventud cubana actual carece de valores necesarios.
“Qué decir de los jóvenes que les preguntas quién los representan o cuáles son las obras de nuestros artistas más emblemáticos y ni siquiera los conocen. Es por eso que considero que la lucha debe prevalecer, porque es un trabajo de rescate que requiere superar las barreras de la globalización de contenido que tenemos actualmente”, resaltó.
Para el artista, la manera tan acelerada en la que el mundo de hoy se aferra a las redes sociales, no es más que una clara señal de que algo nos está faltando.
“Ahora todo el mundo quiere mostrar su felicidad a través de las redes sociales, nadie tiene problemas ni preocupaciones. Creo que el mundo se ha reducido a eso y siento que es alarmante hasta cierto punto. Cuando no eres capaz de hacer algo positivamente instructivo para la gente, algo que se aleje de lo banal, algo estás haciendo mal”, aseguró.
Desde su esencia
Su estilo único ha estado marcado a través de los años por su sencillez y carisma, dos características que, sin dudas, lo han convertido en el artista que es, capaz de incursionar en nuevos géneros, pero sin perder su sello.
“Para incorporar nuevas sonoridades, que es lo que sucede actualmente, no tienes que abandonar tu estilo ni tu esencia. Hay que tratar de ser lo más original posible, se pueden combinar las cosas y hasta uno se puede desdoblar a veces para hacer concesiones. En Cuba fui uno de los primeros que combinó su sonoridad con el reguetón, pero sin dejar atrás mi sello”, agregó.
Sobre la música y las formas de componerla, Paulo FG aseguró que la decadencia existente es producto de la falta de imaginación y entrega.
“Hay muchos artistas que construyen su música a partir de una plataforma única en la que hacen todo, lo que cambian son los esquemas armónicos y la tonalidad. Pienso que este trabajo es lo que ha demeritado un poco la labor creativa de estas nuevas tendencias, que podrían tener mucho más campo si la gente fuera en búsqueda de ellas”, añadió.
“Lo primero es mi forma de cantar: nunca imité a nadie. No hay misterios, las apoyaturas son las mismas de siempre y mi timbre también. Creo que he tenido un sello distintivo a la hora de escribir, por ejemplo, los tumbaos de los pianos y los metales, en cuanto a la forma de armonizar”, explicó.
La música
Más de dos décadas sustentan el éxito que Paulo FG tiene junto a su orquesta la Élite, con la que ha viajado el mundo entero y ha dejado en alto el nombre de Cuba, sobre todo, con sus acostumbradas improvisaciones, que realiza desde muy joven.
“La improvisación nació en mí como algo empírico y después se convirtió en una necesidad a la que recurría con mucho beneplácito a la hora de interpretar. En el escenario me enfocaba en lo que estaba aconteciendo y en el contexto circunstancial de la noche buscaba siempre un elemento que tuviera interrelación con lo que estaba haciendo, como una forma de diferenciar mi show”, comentó.
Para FG, la música ha sido su hogar, y es por eso que se describe como un fiel exponente de ella, y aún más cuando se sube en un escenario para deleitar con su voz.
“Soy muy honesto y transparente con mi presentación, porque la música es sagrada para mí. Cuando me subo al escenario o improviso, soy completamente honesto, es mi manera de estar en armonía con el público y conmigo mismo”, puntualizó.
Actualmente, Paulo FG se encuentra produciendo un trabajo musical con el que innova y pretende conquistar a su público.
“Es un disco con mucho optimismo que busca darle alegría a la gente que no la tiene, porque la vida es así, a veces te golpea con diferentes situaciones. Siento que cuando cumplo con esto, estoy cumpliendo también con el propósito de mi música”, señaló.