MIAMI- Tom Homan, director del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, reaccionó este martes a las declaraciones hipócritas ya habituales del cuestionado Papa Francisco en el Vaticano, muy afín con las políticas radicales del izquierdismo globalista.
En una carta a los arzobispos estadounidenses, el Papa argentino, de 88 años, y con muchísimos problemas por resolver de corrupción y escándalos de abusos de niños dentro de la Iglesia Católica, pidió "no ceder ante las narrativas que discriminan y hacen sufrir a nuestros hermanos migrantes y refugiados".
Porque, según él, las expulsiones de migrantes en situación irregular constituyen una "importante crisis" que "lastima la dignidad" de las personas.
¿Y por qué no los recibe a todos en el Vaticano y les abre las puertas a millones de migrantes en su recinto papal? cuestionó uno de los asesores cercanos del presidente de Estados Unidos Donald Trump.
"Céntrese en la Iglesia Católica, solucione todos los problemas que tiene, y déjenos a nosotros la vigilancia y la seguridad de nuestras fronteras", dijo Homan a periodistas en la Casa Blanca.
El gran muro de concreto y piedra que protege al Papa en el Vaticano
"¿Quiere atacarnos porque garantizamos la seguridad de nuestras fronteras?".
Hay un muro de concreto bastante alto alrededor del Vaticano ¿verdad? ¿No podemos tener un muro alrededor de Estados Unidos?, le dijo al Papa el jefe de inmigración en EEUU.
El sumo pontífice, alineado siempre a políticas de extrema izquierda, reconoce en ocasiones "el derecho de una nación a defenderse y mantener a sus comunidades a salvo de aquellos que han cometido crímenes violentos o graves mientras están en el país o antes de llegar".
Trump ha impulsado un enfoque conservador y religioso en su segundo mandato como lo hizo en el primero, y tiene el deber -pedido por la gran mayoría de los estadounidenses el 5 de noviembre- de devoler la seguridad de las fronteras ante el desastre dejado por su predecesor Joe Biden con su agenda de ultraizquierda de Puertas Abiertas.
Esa política radical le ha causado un enorme daño a EEUU desde económico hasta humano, entre ellos la inseguridad hoy en las comunidades por la entrada de cientos de miles de delincuentes, asesinos, convictos, terroristas y personas despreciadas en sus propios países de origen.
Trump, vivo en estos momentos por un milagro de Dios, después de que un extremista alentado por la narrativa de odio de los nuevos demócratas radicales disparó contra él durante un mitin en Pensilvania (noreste) en plena campaña electoral, ordenó por decreto la apertura de una Oficina de la fe en la Casa Blanca, dirigida por la televangelista Paula White, su asesora espiritual.
"Ese suceso me ayudó a acercarme mucho más a Dios", confesó el republicano durante un desayuno de oración en el Capitolio la semana pasada. "Siempre he creído en él, pero ahora lo siento con mucha más fuerza", declaró.
Fin al hostigamiento de los radicales de izquierda
El presidente de Estados Unidos se ha propuesto erradicar totalmente la "persecución" de los cristianos en Estados Unidos por parte de los extremistas del mal llamado "progresismo" y su gabinete tiene un perfil religioso, incluido su vicepresidente JD Vance, convertido al catolicismo hace años.
Trump, que acude a la iglesia todas la semanas, se ha ganado también el voto de los cristianos evangélicos y de los católicos tanto para su primera victoria electoral en 2016 como en 2024.
Durante la primera presidencia de Trump, de 2017 a 2021, el jefe de la iglesia católica, un visible partidario del radicalismo de izquierda cubre sus declaraciones con la apariencia de "consuelo y ayuda" a los migrantes.
El Papa, que vive rodeado por un gigantesco muro de concreto y piedra en el Vaticano, criticó el plan de Trump de construir un muro en la frontera con México para detener el flujo migratorio.
"Quien levanta un muro termina prisionero del muro que levantó, eso es ley universal, se da en el orden social y en el orden personal (...) Las alternativas son los puentes, levantar puentes", afirmó Francisco en 2019.
Al parecer, El Papa se encuentra prisionero por el muro que lo protege y los resguarda del mundo exterior, sin un solo puente en el Vaticano como él aparentemente desea y exige.
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FUENTE: Con información de AFP.