Los demócratas, a modo de chantaje, incluyeron a Israel y Taiwán en el paquete de casi 100.000 millones de dólares, donde más de $60.000 millones son, supuestamente, para Ucrania
El presidente de Estados Unidos Joe Biden
JIM WATSON/ AFPMIAMI.- El presidente de Estados Unidos Joe Biden pudo firmar finalmente el nuevo y controversial paquete de ayuda a Ucrania por 95.000 millones de dólares, que incluye a Israel y Taiwán; entre otros temas, como parte de un acuerdo reciente entre el líder republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y la Casa Blanca.
Una propuesta sobre la prohibición o venta de Tik Tok en EEUU también aparece dentro de la legislación.
El proyecto de ley fue aprobado por 79 votos a favor y 18 en contra en el Senado, después de que pasara en la Cámara de Representantes por 316 sufragios frente a la oposición de 94 congresistas.
Una coalición de legisladores ayudó a superar un obstáculo de procedimiento para llegar a una votación definitiva.
Los demócratas, a modo de chantaje, incluyeron a Israel y Taiwán en el paquete de casi 100.000 millones de dólares, donde más de $60.000 millones son, supuestamente, para Ucrania.
El respaldo representó una “victoria” para la estrategia que Johnson puso en marcha después de dos meses.
“Hay mucha desinformación sobre lo que hacemos aquí y por qué”, subrayó Johnson al anfitrión conservador de The Mark Levin Show.
Llama la atención que los republicanos mantuvieron congelada la propuesta de Biden durante meses como presión para que la Casa Blanca impusiera medidas efectivas contra “la invasión ilegal de migrantes” y el caos durante tres años en la frontera sur del país, junto a otros reclamos de los conservadores.
Nada o muy poco de las peticiones de la derecha tomaron curso; sin embargo, el dinero para Ucrania logró la luz verde.
En un paso inusual, los integrantes de la Comisión de Reglas de la Cámara de Representantes unieron fuerzas y los cuatro integrantes demócratas dieron su apoyo a un paso de procedimiento agilizado para enviar el paquete al pleno de la Cámara Baja mediante una votación de 9 a 3.
La propuesta de la Casa Blanca estuvo detenida desde agosto y expertos consideran que aún con una gran cantidad de nuevas armas y municiones, es poco probable que Ucrania se recupere tras meses de derrotas.
El propio presidente de Rusia Vladimir Putin declaró que de nada servirán los más de 60.000 millones de dólares a Volodimir Zelenski, una afirmación que avalan analistas independientes.
Después de cuatro grandes partidas de fondos desde Washington y los aportes de Europa, ayuda militar y logística que han sumado más de 200.000 millones de dólares, Kiev no ha podido contener la ofensiva rusa y mucho menos avanzar en una contraofensiva.
Biden aprobó de urgencia un respaldo inicial de asistencia militar y dijo que el envío comenzaría “en las próximas horas”.
Se espera que incluya capacidades de defensa aérea, rondas de artillería, vehículos blindados y otras armas para abastecer a las fuerzas ucranianas, que han visto hundirse la moral y el ímpetu patriótico mientras Moscú acumula una victoria tras otra.
A largo plazo no existen garantías de que Ucrania pueda revertir lo que se considera hasta ahora un fracaso frente a Putin, tras meses de derrotas e irreversibles daños a su infraestructura.
Tampoco hay seguridad de que puede avanzar antes de agotar el mayor paquete financiero estadounidense hasta el momento.
Entre los votantes y el ala más conservadora del Congreso se desconoce la reacción frente a las concesiones otorgadas por un grupo de republicanos y Mike Johnson a la izquierda y la extrema izquierda. Algunos ya las consideran como una traición. Incluso la legisladora Marjorie Taylor Greene se refirió a nuevo proceso de remoción del presidente de la Cámara Baja.
Sin embargo, una nueva destitución, en este caso de Johnson, sería un grave error estratégico y divisivo a pocos meses de las elecciones presidenciales en noviembre, en las que el expresidente Donald Trump persigue de nuevo la silla principal de la Oficina Oval.
No obstante, las últimas declaraciones del secretario de prensa de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby traen implícitas un mensaje desalentador respecto a los fondos gastados por Washington y la real utilidad para Ucrania en su enfrentamiento bélico a Rusia.
“Las cosas no van a favor de Ucrania en Donbás, y tampoco lo están en otras partes del país”, puntualizó Kirby, quien ahora contradice o tira al vacío las aseveraciones del jefe del Pentágono, Lloyd James Austin, que en reiteradas ocasiones ha dicho que “Rusia no ganaría” la guerra en Ucrania.
Quien al parecer entendió la presión de Mike Johnson fue Trump, que se abstuvo de poner leña al fuego sobre el acuerdo del presidente de la Cámara de Representantes con Biden sobre los 95.000 millones de dólares.
Hay demasiados intereses geopolíticos y estratégicos en la capital estadounidense en la actualidad, como para jugar a la política. Tal vez ese haya sido el factor determinante en la aprobación bipartidista de la ayuda a Ucrania. El asunto está en si los votantes comprenden, aceptan o lo perciben de la misma manera que los legisladores.
Como parte del pacto Johnson-Biden, que ahora es ley, los republicanos agregaron una resolución sobre la controvertida plataforma china Tik Tok, bajo escrutinio en el Congreso de EEUU.
El propósito de la decisión es acelerar su aprobación en el Congreso, tras las negociaciones con el Senado, donde se había estancado una versión anterior.
Tras ser actualizada, ahora la legislación le otorga a la matriz china ByteDance nueve meses para vender TikTok, y una posible prórroga de tres meses si el proceso está en marcha.
El proyecto de ley también prohíbe a la empresa controlar la receta de TikTok: el algoritmo que alimenta a los seguidores con videos basados en sus intereses, y que ha convertido a la plataforma en un fenómeno de tendencias.
Durante años, Trump, legisladores, altos funcionarios y servicios de inteligencia de EEUU han expresado su preocupación de que las autoridades chinas obligan a las grandes empresas como ByteDance a entregar los datos de los clientes estadounidenses, o influyen directamente al eliminar o promover determinados contenidos en TikTok.
La aprobación de la legislación concreta los temores bipartidistas que desde hace tiempo se albergan en Washington sobre las amenazas chinas y la propiedad de TikTok, que es utilizada por 170 millones de norteamericanos.
“El Congreso no actúa para castigar a ByteDance, TikTok o cualquier otra empresa”, dijo la presidenta de la Comisión de Comercio del Senado, María Cantwell.
“El Congreso intenta evitar que los adversarios extranjeros lleven a cabo espionaje, vigilancia, operaciones malintencionadas, perjudiquen a los estadounidenses vulnerables, a nuestros soldados y a nuestro personal del gobierno de Estados Unidos”, recalcó.
Quienes se oponen al proyecto de ley afirman que el gobierno chino podría obtener fácilmente información sobre los estadounidenses de otras maneras, incluso a través de intermediarios de datos comerciales que trafican con información personal.
Apple tuvo que retirar en días recientes WhatsApp y la red social Threads de su “tienda de aplicaciones” de China por órdenes del régimen comunista de Pekín, por supuestas sospechas no especificadas sobre seguridad nacional.
Como sistema autoritario, China no esperó mucho para disponer decisiones drásticas contra Meta y Apple. Lo ha hecho en muchas ocasiones contra otras empresas extranjeras, aunque sus acciones eleven aún más la tensión entre cualquier país con China en comercio, tecnología y seguridad nacional; en este caso con EEUU.
Ahora, en lugar de WhatsApp y Threads, reina la aplicación de mensajería WeChat, propiedad de la empresa china Tencen. Y es que en el país de la sobrepoblación y la apariencia “democrática”, cualquier sospecha del Partido Comunista se transforma en una orden.
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