lunes 23  de  junio 2025
POLíTICA/ANáLISIS

Un golpe de oro: legalizar a millones de empleados inmigrantes

El presidente de Estados Unidos Donald J. Trump dijo que quiere beneficiar con alguna salida legal a los trabajadores indocumentados del campo y del turismo, sin antecedentes penales, que llevan años de forma irregular en el país

Por Leonardo Morales

El anuncio del presidente de Estados Unidos Donald J. Trump de legalizar a millones de trabajadores indocumentados en el sector agrícola y el turismo ha sorprendido a más de uno en las filas demócratas y republicanas.

La presencia del exsenador y ahora secretario de Estado Marco Rubio ha sido una pieza clave en lo que sería una decisión dorada de Trump y su gobierno en el ámbito nacional. Sería un enorme regalo político y electoral para los republicanos, porque -en primer lugar- pone contra la pared a la extrema izquierda en una votación de este proyecto de ley en ambas Cámaras del Congreso de EEUU.

Desde el gobierno de Barack Hussein Obama, los demócratas intentan pasar una ley para legalizar a millones de inmigrantes que han demostrado ser buenos ciudadanos sin cometer delitos graves, aportar al país, y pagar impuestos con su esfuerzo diario. Primero con un permiso de trabajo que les permita en algunos años la residencia y luego el camino a la ciudadanía.

A pesar de no estar legalizados, estos inmigrantes son quienes merecen la atención y la prioridad del gobierno federal.

Los "pro" y los "contra"

La medida representaría una tajada política para el futuro de cualquier partido. De ahí la insistencia de la izquierda, también la derecha, pero con menos ahínco.

Muchos conservadores, de acuerdo en hacer justicia para estas personas, manifiestan que su legalización abriría las puertas y un incentivo oficial a nuevas olas migratorias, como ha ocurrido en España, Italia, Brasil, Argentina, Suecia y otros países que han aplicado leyes regulatorias masivas, incluso en varias ocasiones, como el caso de España e Italia. Y ese es precisamente el temor de muchos republicanos.

Sin embargo, en medio de las condiciones actuales, la mayoría está de acuerdo en que se necesita hacer algo urgente, un atenuante que los asesores y miembros del gabinete del Presidente, entre ellos Marco Rubio, ven como la brillante posibilidad de concretar en un exitoso proyecto de Ley ante el Congreso en Washington.

Las recientes declaraciones de Trump hacen pensar que esa medida se encuentra en redacción y bajo el análisis de expertos.

Al ser hijo de inmigrantes y conocer de primera mano la situación, Rubio se ha convertido en la esperanza para más de 20 millones de personas que llevan décadas en este país tratando de legalizarse, con un récord ejemplar como residentes no legales. Muchos han perdido varios miles de dólares en su intento, otros han sido estafados con decenas de miles de dólares. Al final, siguen en un limbo.

La mayoría de los estadounidenses aprueba que estas personas tengan la prioridad frente a los más de 12 millones que entraron por la frontera durante el gobierno de Joe Biden.

Varias encuestas durante años han confirmado, como promedio, que más del 70% de los estadounidenses está de acuerdo en que estos inmigrantes -quienes llevan décadas residiendo y trabajando en EEUU- se les ofrezca una salida legal a sus vidas.

Se estima que en el 2024, los trabajadores inmigrantes en EEUU aportaron 781.000 millones de dólares al Producto Interno Bruto de la economía estadounidense.

Sobre lo ocurrido en los últimos cuatro años, sucede lo contrario. Más de la mitad de los estadounidenses pidió mano dura contra la inmigración ilegal y por eso casi 80 millones de norteamericanos votaron por el presidente Trump.

El desastre en seguridad nacional provocado por el gobierno de extrema izquierda de Biden, en el que se estima que hayan entrado en total (detectados y no detectados) casi 21 millones de personas, lo está pagando la administración actual republicana. No obstante, las deportaciones masivas fue una de las promesas del Presidente en su campaña electoral.

Las promesas, beneficios y adversarios

A pesar de las campañas anti-Trump y anti-deportaciones de los medios liberales, el líder republicano no ha hecho nada contrario a lo que prometió en inmigración: la mayor expulsión masiva de personas ilegales dentro de EEUU.

Pero dentro de las instituciones gubernamentales hay muchos empleados en desacuerdo con la personalidad de Trump y sus políticas.

No resulta descabellado pensar que buena parte de los abusos o errores que hoy describe la prensa de izquierda por diferentes medios forman parte de un plan para dañar la imagen del Presidente. Estos errores pueden estarse cometiendo a propósito, con toda intencionalidad. Es muy difícil en procesos masivos evitar excesos o injusticias, las que aprovecha ahora la extrema izquierda en plena coordinación con los demócratas para vengarse del arrollador triunfo de los republicanos y de Trump en las elecciones presidenciales de 2024.

En estos momentos (su segundo mandato) ya las campañas de racista, xenófobo o loco dejaron de funcionar para la izquierda. Ahora es “el dictador o aplica “medidas dictatoriales”. Hoy, la difamación y las manipulaciones han pasado a otro nivel, cuando se espera que tampoco les funcionen.

Lo cierto es que el Presidente y los republicanos, con el control de ambas Cámaras del Capitolio, han visto la posibilidad política de oro para captar a millones de futuros votantes. Y las condiciones en el Congreso están frente a ellos para que esto se convierta en una realidad y un sueño cumplido para millones de familias inmigrantes.

Un informe de 2024 indica que los empresarios hispanos representan el 14,5% de todos los empresarios en EEUU, cuando hace menos de 20 años la cifra apenas superaba el 8%.

En el plano financiero, la legalización de estas personas en EEUU tiene otra ventaja: gastarán más dinero dentro del país y destinarán menos para remesas, un dinero líquido que sale de aquí y entra limpio a varios países sin ningún gasto ni inversión.

Hoy, muchos de ellos, comparten vivienda y otros gastos, lo cual les permite enviar más del 60% de sus ingresos a sus familiares en el exterior o en futuros planes fuera de EEUU, de acuerdo con estudios.

Al ser legalizados, harán todo lo posible por traer a sus familiares de forma legal a EEUU y para eso tendrán que preparar condiciones y asumir gastos que ahora no realizan, como la compra de viviendas, autos nuevos, destinar dinero a documentos para inmigración, etc.

La noticia "sorpresa"

El mandatario estadounidense dijo recientemente que quiere "hacer algo" para proteger a los inmigrantes indocumentados que trabajan en la agricultura y en los hoteles en Estados Unidos. Y simultáneamente proteger a ambos sectores de la economía, donde los inmigrantes representan casi el 60% de la fuerza laboral.

"Nuestros agricultores se están viendo muy perjudicados porque, ya sabes, tienen muy buenos trabajadores. Han trabajado para ellos durante 20 años. No son estadounidenses, pero han resultado ser geniales, y vamos a tener que hacer algo al respecto", declaró a los periodistas en un acto en la Casa Blanca.

"Vamos a tener una orden sobre eso bastante pronto, creo. No podemos hacerle eso a nuestros agricultores y también al sector del ocio, a los hoteles", añadió.

Trump reconoce el gran daño a las empresas que causaría la deportación de decenas de miles de trabajadores del campo y el turismo.

Casi el 60% de los trabajadores agrícolas en EEUU son inmigrantes y entre el 32% y el 40% no tienen documentos legales ni permisos de trabajo válidos.

La legalización de estos inmigrantes sería un vasto logro político para Trump y los republicanos, así que es muy probable que presenten un proyecto de ley en el Congreso en las próximas semanas o en los próximos tres meses, y pondrían contra la pared a los representantes y senadores demócratas.

De no votar en mayoría por el proyecto de ley de legalización, la izquierda se ajustaría aún más la soga en su cuello para las próximas elecciones de medio término.

Si desean ganar una de ambas Cámaras, sería esencial que votaran casi en masa a una salida legal para los inmigrantes con más de 10 o 20 años en el país, según la oferta que presenten los republicanos.

No obstante, Trump dijo que tendrá que actuar con "mucho sentido común" porque "lo que va a pasar, y lo que está pasando (es que) se deshacen de algunos" y terminan contratando a "delincuentes que han entrado" en Estados Unidos.

Durante la campaña electoral, Trump advirtió que llevaría a cabo la campaña de deportaciones de migrantes en situación irregular más grande de la historia de Estados Unidos, pero se centraría en aquellos con antecedentes penales.

Según la prensa estadounidense, la Casa Blanca ha ordenado aumentar el número de expulsiones hasta 3.000 personas al día, una cifra muy inferior a las casi 7.000 expulsiones diarias del gobierno de Joe Biden. En total 4,6 millones de inmigrantes, tomando en cuenta los rechazos en frontera bao el título 42 implementado durante la pandemia de COVID-19.

Pasar una propuesta migratoria en estos momentos sería un balde de agua helada para los adversarios del inquilino de la Casa Blanca y los dejaría con muy pocos argumentos para sus campañas políticas en camino a los comicios legislativas.

La ganancia en este caso es para todos, pero con interrogantes sobre un estimulo para más olas migratorias. En economía tendría muchos beneficios para el país; socialmente y en política sería un mazazo de los republicanos. Mantendría a la Casa Blanca y a los congresistas conservadores en una posición más que ventajosa para el venidero proceso electoral, mientras que los demócratas no los quedaría otra opción de entregar un gran triunfo a sus oponentes para no quedar tan mal parados.

Pero, lo fundamental, es que significa la mejor forma de hacer justicia con estos inmigrantes, que a pesar de entrar de forma ilegal, se han ganado durante muchos años el derecho a ser parte legal de esta gran nación.

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FUENTE: Con información de AFP.

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