MIAMI.- Para Donald Trump, el formato de este discurso es una gran oportunidad para explicar las líneas de su política. Por la noche, en pleno "prime time", no solo sus seguidores estarán ante la televisión, sino que su mensaje llegará a todo el mundo.
El presidente de Estados Unidos hablará en una sesión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes. Es su primer discurso ante el Congreso desde que asumió el cargo el pasado 20 de enero.
De acuerdo con la cadena CNN, Trump ha invitado a familiares de personas que fueron asesinadas por inmigrantes indocumentados.
"Jessica Davis y Susan Oliver son viudas del detective Michael Davis y el alguacil Danny Oliver, quienes murieron en 2014 en acto de servicio en el centro de Sacramento. El sospechoso, había sido deportado dos veces y está a la espera de juicio en California", informa CNN.
El tercer invitado del presidente es "Jamiel Shaw Sr., cuyo hijo Jamiel Jr., de 17 años, murió a tiros en 2008 a manos de un inmigrante indocumentado".
Donald Trump también ha convidado al Congreso a Maureen McCarthy Scalia, viuda del juez del Tribunal Supremo Antonin Scalia.
Según reporta la agencia dpa, para contrarrestar las invitaciones del presidente dos congresistas demócratas han anunciado que llevarán a los hijos de una mujer mexicana que fue deportada este mes tras vivir la mayor parte de su vida en Estados Unidos y cuyo caso saltó a los titulares de la prensa.
Legisladores bajo presión
Al hablar ante el Congreso, Trump estará en un territorio favorable, ya que el Partido Republicano controla las dos cámaras, aunque igualmente deberá mantener constantemente abiertos canales de diálogo.
Los republicanos, por ejemplo, tienen mayoría en el Senado pero cinco semanas después de la investidura presidencial aún no dieron su anuencia a todos los nominados para el gabinete ministerial (en parte, debido al bloqueo de los demócratas).
En las últimas semanas, legisladores republicanos que realizaron audiencias en sus distritos electorales sufrieron en carne propia la furia de los electores ante la posibilidad de que el gobierno desmonte el Obamacare sin ofrecer una alternativa.
Y los congresistas trasladan esas presiones a la Casa Blanca.
De igual manera, el Congreso deberá discutir y en última instancia aprobar el presupuesto federal, de modo que la Casa Blanca tendrá largas y agotadoras negociaciones por delante.
En ese cuadro, el partido parece dividido entre un ala más a la derecha que quiere la erradicación simple y llana del Obamacare y un sector más pragmático que evalúa el impacto electoral de una medida de esa naturaleza.
El lunes, en una reunión con gobernadores, Trump insistió en la decisión de anular y sustituir el Obamacare, pero concedió que la solución estaba lejos de ser tan fácil.
"Nadie se imaginó que el sistema de salud fuera tan complicado", se quejó.
Gastos militares
Después de esa reunión con gobernadores, Trump adelantó algunos de los detalles de su proyecto de presupuesto federal, que deja en evidencia las prioridades del nuevo gobierno.
En este sentido, Trump dejó claro que su proyecto de presupuesto para el próximo año fiscal estará basado en la "seguridad nacional", y su propuesta más llamativa es un aumento de 54.000 millones de dólares en la partida destinada a los gastos militares.
El presupuesto estadounidense para defensa aprobado para el año fiscal en curso (incluye el Departamento de Defensa, actividades nucleares de defensa y otras relacionadas) asciende nada menos que a 615.000 millones de dólares.
Este presupuesto en casi el triple del de China, que tiene el segundo mayor en términos militares, y casi ocho veces superior al de Rusia, de acuerdo con el instituto especializado sueco Sipri, aunque Trump considera que no es suficiente.
Un aumento de esta magnitud en los gastos militares, admitió el presidente, obligará necesariamente a un recorte en otras áreas, y de acuerdo con versiones de prensa, las más afectadas serán protección ambiental, el aparato diplomático y los planes de ayuda internacional.
El director de la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, explicó que el presupuesto del presidente implica que "gastaremos menos fuera del país y gastaremos más en casa".
FUENTE: dpa/AFP/Redacción