Los grandes pueblos se forman de hombres y mujeres excepcionales. Y cuando una de estas personas abandona el mundo, su imagen se eleva para servir de inspiración a otros seres humanos. Ha muerto Barbara Bush, la Primera Dama del 41o presidente, George Bush, y madre del 43o presidente, George Walker Bush. La matriarca de una de las dinastías políticas más influyentes en la historia reciente de esta nación.
A Barbara Bush se le recordará como aquella chica que esperó a su novio, cuando este fue a la guerra a liberar a Europa de la invasión fascista en los años 40. La recordaremos como la compañera de vida de George Bush, con quien fraguó una de las familias más prominentes de la nación. Fue el amor del soldado que participó en combates, del estudiante de Yale, del empresario petrolero y el soporte esencial para construir una de las carreras políticas más exitosas del país.
En el discurso graduación de 1990, en Wellesley College, Barbara Bush reflejó lo que ella consideraba esencial cuando dijo: “Al final de la vida, nunca te arrepentirás de no haber superado una prueba, o de no haber ganado este pleito, o de no haber cerrado tal negocio. Te arrepentirás del tiempo que no pasaste con tu esposo, tus hijos, tus amigos o tus padres”. Ese era el sentido de la vida para Barbara Bush, la familia.
Lincoln Diaz Balart, excongresita cubanoamericano, expresó a DIARIO DE LAS AMÉRICAS que Barbara Bush “era el factor aglutinador de la familia, era quien la mantenía unida. Me atrevo decir que esa extensa familia estaba realmente conectada a través de esa gran mujer. Indiscutiblemente, Barbara era el núcleo y la columna vertebral de su clan familiar”.
"Pero era una mujer fuerte, su hijo Jeb solía llamarle, en forma de broma, la disciplinaria. Porque su marido George Bush siempre fue muy buenote con los nietos, muy suave. El abuelo dadivoso que nunca les castigaba. Por ello, en la familia se referían a ella jocosamente como the enforcer, la que imponía la disciplina".
“Era una mujer excepcional, un matrimonio icónico, Barbara adoraba a George Bush y George Bush a ella. Constituyen la verdadera imagen del amor, todo lo pensaban juntos, estuvieron casados por más de 70 años. Ellos pertenecen a una generación admirable, aquella que levantó a este gran país. Se conocieron y él se fue a la guerra pensando en ella y después mira todo lo que alcanzaron juntos. Ella fue una gran patriota y una gran mujer”, concluyó Lincoln.
La exprimera dama también se recordará por su cruzada en favor de la alfabetización. Creó su propia fundación The Barbara Bush Foundation for Family Literacy, desde la que brindó apoyo y recursos a diferentes organizaciones de todo el país que difundían los hábitos de lectura entre los niños y adultos. Un dato curioso es que escribió un libro Millie´s Book: As Dictated to Barbara Bush, un increíble testimonio narrado por Millie, el perro de la familia Bush, donde este contaba la vida cotidiana dentro de la Casa Blanca. La venta de este libro singular recaudó más de un millón de dólares, dinero destinado a los programas de la fundación.
Barbara Bush será recordada como la exprimera dama del pelo plateado y el collar de perlas, la madre consagrada y la esposa eterna.