sábado 23  de  marzo 2024
inmigración

Defender la frontera de EEUU sin renunciar al carácter humanitario

La suspensión de separar las familias de migrantes sin papeles corrige el mal de la división y pone en manos del Congreso la solución definitiva, con todos los argumentos válidos
Por JESÚS HERNÁNDEZ

MIAMI.- Tras dos meses de “tolerancia cero” en la frontera con México y una ola de protestas, dentro y fuera de Estados Unidos, el presidente Donald Trump apostó por suspender la separación de niños y familias migrantes sin papeles, aunque ello no signifique el fin del problema ni el comienzo de otra etapa.

"Estoy ordenando al Departamento de Salud y Servicios Humanos, al de Seguridad Nacional y al de Justicia que trabajen para mantener juntas a las familias de inmigrantes ilegales y reunir a quienes están separados", dijo Trump en declaraciones a los periodistas durante una reunión con su gabinete.

El Presidente republicano se adelantaba así a la moción que el Congreso estudiaba para prohibir la separación de familias y al probable efecto negativo que continuar separándolas podría suponer en las elecciones legislativas en noviembre, cuando la mitad de ambas cámaras sea decidida en las urnas por el electorado.

“Separar a las familias en la frontera es una política cruel, que puede ocasionar daño emocional y psicológico, tanto en los niños como en los padres”, valoró entonces la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen.

Tan pronto la medida fue suspendida el miércoles pasado, el congresista republicano Mario Díaz Balart estimó que “era hora de que el Gobierno se ocupara de esta situación, pero aún falta más por hacer”.

“Quiero asegurarme de que esta práctica (de separación) termine, inequívocamente, y creo enfáticamente que necesitamos establecer una ley para esto. Continuaré trabajando con urgencia con mis colegas en el Congreso para asegurarnos de que termine la separación de menores de sus padres, ya”, recalcó.

“La reunificación de padres e hijos será una tarea compleja”, adelantó Charlie Anderson, profesor de ciencias políticas de George Washington University. “No podremos reunir a los casi 12.000 niños separados con sus padres o tutores en una semana. Primero hay que crear las condiciones para acoger juntos a adultos y menores”, anticipó.

Reunificación

No está claro aún si el Departamento de Salud y Servicios Humanos, encargado de la custodia de los menores, estará al frente de la operación, pero funcionarios del Pentágono aseguran que ya iniciaron los preparativos para acoger en bases militares una parte de ellos.

“El Departamento de Salud ha pedido al Ejército que determine su capacidad para albergar camas para 20.000 niños inmigrantes no acompañados en instalaciones militares”, comentó la portavoz del Pentágono, Dana White.

Ésta no es la primera vez que la Casa Blanca recurre al Ejército para instalar alojamientos temporales. La última vez sucedió durante el Gobierno del demócrata Barack Obama en 2014, cuando retuvo a unos 7.000 menores que no tenían la compañía de padres o tutores.

“Hay que tener claro que todos los menores acogidos en esos centros no fueron separados de sus padres por los Estados Unidos. Hay padres que entregaron sus hijos a personas, incluso o a traficantes, en sus países de origen, y al llegar aquí han dicho que son padres de los menores”, declaró la abogada Mayra Joli, aspirante republicana al escaño del distrito 27, por la congresista Ros-Lehtinen.

O sea, “fueron los padres (biológicos) los que optaron por separarse de sus hijos”, resaltó.

De hecho, la "tolerancia cero" se mantiene, aunque mantener a los menores retenidos, aún con sus padres, podría ser la próxima piedra en el camino.

“En 1997, durante el Gobierno del demócrata Bill Clinton, hubo un fallo judicial, conocido como el acuerdo de Flores, con el que se estableció que ningún menor puede permanecer en un centro de detención más de 20 días, aunque esté con sus padres”, recordó el académico.

“Por lo tanto”, según el profesor Anderson, “la orden ejecutiva de Trump instruye al fiscal general para solicitar la reversión de ese acuerdo y ese plazo, al mismo tiempo que plantea acelerar los procesos judiciales de Inmigración” para liberar o deportar a los indocumentados.

Si Trump logra que se anule ese pacto, podrá anotarse el tanto de mantener unidas a las familias, mientras custodia a los menores por tiempo ilimitado.

El Gobierno de George W. Bush también aceleró los juicios, mientras mantenía a las familias unidas, “pero entonces el Presidente contaba con jueces asignados, que facilitaban el proceso, lo que no podemos decir hoy, cuando faltan tantos magistrados por reemplazar”, argumentó el letrado Luis Martínez, del bufete Martinez Abogados.

“Red wave”

La propuesta de ley sobre inmigración, que congresistas republicanos han tratado de redactar, buscando los votos mínimos necesarios, no recibió el visto bueno del Presidente.

“Los republicanos deberían dejar de malgastar el tiempo respecto a inmigración, hasta que no tengamos más senadores y congresistas en noviembre”, tuiteó Trump el viernes al amanecer.

“Los demócratas están jugando y no tienen ninguna intensión de resolver este problema. Podemos lograr una gran ley tras la ola roja”, dijo el mandatario, en referencia a lo que espera será una victoria para los republicanos el 6 de noviembre.

Pero aun antes de que Trump descalificara la propuesta del presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, la moción no contaba con los apoyos necesarios y por ello fue pospuesta una y otra vez.

“El problema mayor es que no hay consenso aún para aprobar una cosa o la otra”, señaló el abogado. “Por un lado, la propuesta refuerza la frontera pero por el otro otorga ciertos beneficios a inmigrantes sin papeles que no contenta al ala conservadora del Congreso”, subrayó.

En otras palabras, la propuesta “acordada” entre “las tendencias” otorga a Trump 25.000 millones de dólares para construir el muro y pavimenta el camino a 1,8 millones jóvenes sin papeles a obtener la nacionalidad estadounidense, mientras la parte conservadora exige que sólo se otorguen “renovaciones indefinidas” a 700.000 jóvenes del programa DACA.

Razones

No hay razones absolutas. La historia de la humanidad nos ha enseñado que la vida y la sociedad están dadas por los matices: argumentos válidos de un lado y el otro de la fina línea de la racionalidad.

“El populismo plantea soluciones fáciles que sólo conducen a más problemas”, opinó el profesor de ciencias políticas. “Creo y aplaudo el derecho de proteger las fronteras, cada país tiene derecho a hacerlo, pero me preocupa el sufrimiento de esos miles de migrantes que, como mis abuelos hicieron hace 100 años, tratan de tener una vida mejor”, matizó.

Lejos de arremeter contra el Presidente, sus ideas y posiciones, están quienes ven la luz al final del largo túnel.

“Los niños no deben pagar por las acciones de sus padres, y por eso creo que el presidente Trump ha mostrado compasión por estos niños. Incluso la primera dama Melania Trump acaba de mostrar su preocupación, cuando visitó el campamento en Texas”, expuso el abogado Dan Backer y activista político republicano en Washington D.C.

Y ahí está el largo túnel, aún por recorrer.

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