MIAMI — Estaba cantado ¿o no? El acuerdo entre el presidente Joe Biden y el líder de la Cámara de Representantes Kevin McarC thy era para muchos, cuestión de tiempo. Un culebrón que se extendía en capítulos de largas horas, inyectando la tensión en un país que se enfrentaba a un catastrófico default. Incumplir los compromisos crediticios hubiese sido un desastre vergonzoso, pero también el hecho de autorizar gastos excesivos y chorros de dinero del contribuyente escapando por el retrete, iniciativas que se disfrazan de progresismo pero que forman parte de un guion preconcebido como fuente impulsora de una agenda política.
El acuerdo no complació a muchos, pero los legisladores consideraron que era mejor que la alternativa: una devastadora conmoción económica en caso de que el Congreso no llegara a un acuerdo. Con una votación de 314-117 en la Cámara de Representantes, la iniciativa ahora pasó al Senado
McCarthy insistió en que su partido trabajaba para “darle esperanza a EEUU” mientras se dirigía a un discurso por la tarde para enaltecer los recortes de presupuesto en la iniciativa, los cuales calificó como necesarios para frenar el “desbocado dispendio” de Washington.
"Aprobar la Ley de Responsabilidad Fiscal es un primer paso crucial para encarrilar de nuevo a Estados Unidos", dijo por su parte el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy. "Hace lo que es responsable para nuestros hijos, lo que es posible en un gobierno dividido y lo que exigen nuestros principios y promesas", agregó.
Se trata de un "paso decisivo", celebró Biden. “El acuerdo evita la peor crisis posible, un incumplimiento, por primera vez en la historia de nuestra nación”, dijo en la Casa Blanca "Elimina la amenaza de un terrible incumplimiento de la mesa".
“El acuerdo representa un compromiso, lo que significa que no todos obtienen lo que quieren. Pero esa es la responsabilidad de gobernar”.
En conversación con DIARIO LAS AMERICAS el analista y doctor en Economía Rafael Marrero enfatizó en que “este “acuerdo” entre McCarthy y el Señor Biden no resuelve el quid del asunto y sumará unos $4 trillones de dólares al monto de $31,4 que ya debe la república”.
“El modelo propuesto es insostenible e irresponsable. El modelo Keynesiano de gasto público desmedido está ahogando al país. Es momento de dejar a un lado la política partidista y poner por encima de todo nuestra soberanía, estabilidad económica y el futuro del último bastión de Libertad en el planeta”, apuntó el experto.
El representante Dan Bishop, se quejó sobre la duración de la extensión del techo de la deuda. “Elimina el tema de la conversación nacional durante las próximas elecciones presidenciales ¿Cómo podría patearle la rodilla con más éxito a cualquier republicano [candidato presidencial] que quitarle ese problema de las manos?”
El acuerdo bipartidista consiste en elevar la deuda hasta enero de 2025 a cambio de que se realicen algunos recortes o se establezcan límites en los gastos gubernamentales durante los próximos dos años. Estos son algunos puntos clave, definidos en las declaraciones ofrecidas por Marrero:
• Gasto no destinado a la defensa: Permanecerá estable en 2024, en 2025 se prevé un aumento del 1.0%
• Gasto destinado a la defensa: Aumentaría un 3,3 por ciento en 2024
• Gasto discrecional: Es el dinero que se usa para financiar los programas federales. Retrocederá a niveles del año fiscal 2022, mientras que el gasto federal total se limitaría a un crecimiento anual del 1% durante los próximos seis años
• Atención médica para veteranos: La atención se mantendrá completamente financiada y no sufrirá afectaciones
• Seguro Social: La atención se mantendrá completamente financiada y no sufrirá afectaciones
• IRS: Se cancelaría la solicitud total para la financiación del personal correspondiente al año fiscal 2023
• Préstamos estudiantiles: Los estudiantes estarían obligados a reanudar los pagos de sus préstamos estudiantiles, mismos que habían estado en pausa desde la pandemia
• Gastos de COVID-19: Con el objetivo de recuperar, dinero, se rescindirán los fondos no comprometidos de los paquetes de ayuda covid-19 aprobados por el Congreso durante la pandemia
El gobernador de Florida y precandidato a la nominación presidencial del Partido Republicano, Ron DeSantis, expresó su rechazo al acuerdo por considerar que "lanza a la bancarrota" al país.
"Antes de este acuerdo (...) nuestro país iba directo a la bancarrota y después de este acuerdo seguirá lanzado hacia la bancarrota", afirmó DeSantis en declaraciones a la cadena Fox News.
"Decir que puedes gastar cuatro billones de dólares más en año y medio... es una enorme cantidad de gasto. Creo que desde marzo de 2020 estamos en esta trayectoria (...) y pienso que va a ser totalmente inadecuado para llevarnos a un punto mejor", argumentó. "En Washington entran en estos ciclos solo para poder llegar a las próximas elecciones y es justo por eso por lo que siguen fracasando", agregó.
"Nuestro país se precipita hacia la bancarrota, y después de este 'acuerdo' sobre el techo de la deuda, seguirá yendo a toda velocidad hacia la bancarrota” apuntó DeSantis.
Mientras, el expresidente Donald Trump, rival de DeSantis y favorito en las primarias republicanas, mantiene su silencio tras el anuncio del acuerdo, aunque anteriormente defendió que los republicanos rechacen elevar el techo de endeudamiento y dejar que el país caiga en la bancarrota a menos que los demócratas acepten "enormes recortes" del gasto.
"Los republicanos no deberían pactar el techo de endeudamiento a menos que consigan todo lo que quieran, incluida la pila de la cocina", advirtió Trump en su red social, Truth Social. "Así es como siempre han hecho los demócratas con nosotros. ¡¡¡No se plieguen!!!", subrayó.
Es necesario subrayar que, aunque el acuerdo cumplirá la importante tarea de neutralizar el techo de la deuda no está diseñado para controlar el gasto que creó la deuda en primer lugar.
La gran mayoría del país (84%) quería que se elevara el techo de la deuda, según una encuesta de la CNN publicada la semana pasada, antes de que se anunciara un acuerdo. Sólo una pequeña minoría —el 15%— de los estadounidenses dijo que el Congreso no debería hacerlo en ninguna circunstancia. El 60% sostuvo que la aprobación debería estar acompañada de recortes en los gastos desmedidos de la actual administración.
@YoandyCastaneda