La candidata demócrata Hillary Clinton y su rival republicano Donald Trump desarrollan una guerra en varios frentes para ver cuál de los dos gana la Casa Blanca y uno de los campos donde se enfrentan es, precisamente, el de los anuncios.
La candidata demócrata Hillary Clinton y su rival republicano Donald Trump desarrollan una guerra en varios frentes para ver cuál de los dos gana la Casa Blanca y uno de los campos donde se enfrentan es, precisamente, el de los anuncios.
De acuerdo con el sitio web iSpot, Hillary le apostó fuertemente a los Juegos Olímpicos de Río 2016 y gastó más de la mitad de su presupuesto en anuncios publicitarios. Según la misma fuente, la demócrata gastó 15,8 millones de dólares durante el evento deportivo. Desde que inició su campaña a inicios de año, en especial desde el mes de julio, la batalla de los anuncios le ha costado 26,8 millones a la campaña de Clinton.
Por su parte, el republicano Donald Trump, ha sido más conservador y al parecer está reservándose tras las cuerdas para dar combate un poco más adelante. La campaña de Trump empleó solamente 4,8 millones en estados clave como Florida, Ohio, Pennsiyvania y Carolina del Norte.
Clinton, mucho más agresiva, destinó 70 millones de dólares en anuncios publicitarios en los estados anteriores incluyendo a Colorado y Virginia.
Según expertos, Clinton destinará otros 80 millones para pagar anuncios de televisión entre septiembre y octubre destinados a impactar en los votantes del Estado del Sol, Pennsylvania, Ohio, Carolina del Norte, Iowa, Nevada y New Hampshire.
La estrategia en el cuadrilátero
Si comparáramos la guerra de los anuncios entre Clinton y Trump con una pelea de boxeo, podríamos asegurar que la demócrata es un peleador que prefiere mantener el ritmo constante y anotar pequeños golpes en cada asalto mientras su rival republicano, impredecible en sus movimientos, espera al momento adecuado o se reserva para darlo todo en el último round.
También se pueden anotar otras diferencias en el estilo de combate de cada uno pues se focalizan en golpear puntos diferentes. La primera mujer en aspirar a la presidencia de Estados Unidos es más tradicional y busca influir en aquellos que consumen televisión. Diríamos que trata de ganarle el combate a Trump propinándole golpes en la cabeza.
El magnate inmobiliario es más “digital” en ese sentido y se focalizó en los internautas. El prestigioso sitio de noticias Bloomberg Politics subraya que solamente en el mes de julio, Trump invirtió 8,4 millones de dólares en una firma de publicidad digital. Eso representa aproximadamente 63,4 veces más que lo destinado por Clinton a los fanáticos de las redes. Es como si Trump se hubiera concentrado en dar ganchos a la exsecretaria de Estado quien gastó solamente 132.500 dólares en publicidad online.
Frente a esta desproporcionada diferencia, los responsables de la campaña de Clinton decidieron ripostar estos ataques de Trump con un presupuesto de 35 millones de dólares.
Estudios de audiencia demuestran que los consumidores de televisión son en su mayoría votantes de la tercera edad mientras que los de la publicidad digital son los jóvenes.
Durante la campaña primaria republicana Trump destinó casi 39 millones de dólares en anuncios televisivos contra su entonces rival Marco Rubio, senador republicano por la Florida, y solamente ha invertido poco más de 6 millones contra la exsecretaria de Estado.
Cuál de los dos vencerá
Como hemos definido en este artículo, Trump es un peleador al que le gusta atacar en ráfaga y le gusta explotar el factor sorpresa. Entre sus ataques más recientes se encuentra su comentario crítico a la Fundación Clinton a la que definió como “la empresa más corrupta del país”.
Clinton, por su parte, continúa atacando a su rival pero con golpes más periódicos, más esperados.
Las guerras de anuncios entre los candidatos a la Casa Blanca puede no ser muy importante si existe una ventaja notable entre uno y otro. Pero si las diferencias son mínimas, la guerra de los anuncios puede ser muy importante para el futuro político de Estados Unidos y el resto del mundo.