lunes 14  de  octubre 2024
CAOS EN FERGUSON

La rabia explota en todo el país tras el veredicto en Ferguson y ni Obama consigue calmar los ánimos

WASHINGTON.- El Presidente dijo que es comprensible que los estadounidenses estén "profundamente decepcionados e incluso enojados" de que el policía Darren Wilson no fuera acusado formalmente. Sin embargo, Obama hizo eco al llamado de los padres de Brown para que cualquier protesta sea pacífica, diciendo que los deseos de ellos deben ser atendidos mientras se duelen por su hijo.

WASHINGTON.- AP

"Somos una nación construida bajo el estado de derecho, por lo que necesitamos aceptar que esta decisión le correspondía al jurado investigador", declaró Obama en un mensaje transmitido en la noche desde la Casa Blanca luego de que se anunciara la decisión del jurado.

El Presidente dijo que es comprensible que los estadounidenses estén "profundamente decepcionados e incluso enojados" de que el policía Darren Wilson no fuera acusado formalmente. Sin embargo, Obama hizo eco al llamado de los padres de Brown para que cualquier protesta sea pacífica, diciendo que los deseos de ellos deben ser atendidos mientras se duelen por su hijo.

Al mismo tiempo, el mandatario buscó disipar la idea de que las relaciones raciales en Estados Unidos se han deteriorado, pese a las protestas en Ferguson, ubicado en Missouri. Exhortó a los estadounidenses a poner su atención en buscar formas de hacer que la policía y las comunidades se unan más.

"Eso no se logará lanzando botellas. Eso no se logrará rompiendo cristales de vehículos. Eso no se logrará usando esto como excusa para dañar propiedades", agregó Obama. "Y ciertamente tampoco se logrará lastimando a alguien".

Sin embargo, lo que comenzó en Ferguson minutos después de la decisión del jurado investigador contrastaba agudamente con el llamado de Obama a la calma. Mientras él hablaba en vivo desde la sala de prensa de la Casa Banca, las televisoras mostraban al mandatario en la mitad de la pantalla y en la otra las violentas manifestaciones en Ferguson.

Los inconformes destrozaron ventanas, arruinaron vehículos de la policía y arrojaron pedradas a las autoridades por el anuncio de que Wilson, de raza blanca, no sería acusado formalmente por dispararle a Brown. La muerte del joven desarmado de 18 años en agosto desató protestas durante semanas que las autoridades temían volverían a surgir tras conocerse la decisión del jurado investigador.

Frente a la Casa Blanca, algunos cientos de personas protestaron pacíficamente, sosteniendo letreros que decían "Justicia para Michael Brown" y coreando "¡Manos arriba, no dispares!", una frase que se ha convertido en un grito para exigir justicia en Ferguson desde la muerte de Brown.

"Este no es sólo un problema para Ferguson, es un problema para Estados Unidos", afirmó el mandatario. "Aún hay problemas, y las comunidades negras no están simplemente inventando esto".

Obama, que ha enfrentado repetidos llamados para que visite Ferguson, dijo que "echaría un vistazo" para determinar si una visita así sería algo sensato en este momento. El Departamento de Justicia lleva a cabo una investigación por separado que podría derivar en cargos federales.

En sus declaraciones, el mandatario exhortó al país a canalizar su frustración en formas constructivas, no destructivas. Dijo que durante su vida ha sido testigo de "enormes avances" en cuestiones de raza.

"El negar esos avances, me parece, es negar la capacidad de Estados Unidos para cambiar", afirmó.

Las protestas llenan las calles

Miles de personas se manifestaron el lunes por la noche en varias ciudades estadounidenses incluyendo Los Ángeles y Nueva York para protestar de forma apasionada pero pacífica contra la decisión de un jurado de investigación de que no acusar a un agente de policía blanco por el asesinato de un joven negro de 18 años en Ferguson, Missouri.

Lideraron marchas, agitaron carteles y corearon "manos arriba, no disparen", el cántico que se ha convertido en grito de guerra en las protestas contra los asesinatos policiales en todo el país.

Las protestas más problemáticas tuvieron lugar en San Luis y Oakland, en California, donde sus asistentes inundaron carriles de autovías, parando el tráfico con las manos en alto.

Activistas habían tenían planeado protestar incluso antes del anuncio, por la noche, de que el agente de policía Darren Wilson no sería acusado por el homicidio de Michael Brown.

El caso con connotaciones racistas en Ferguson ha inflamado pensiones y avivado los debates sobre las relaciones entre la policía y la comunidad incluso en ciudades a cientos de kilómetros del suburbio de mayoría negra de San Luis. Para mucho de los que participaron en las protestas del lunes, el tiroteo tuvo motivos personales, recordando otros encuentros similares las fuerzas del orden locales.

Los departamentos de policía de varias ciudades importantes se prepararon para grandes manifestaciones y para la posibilidad de que se repitiese la violencia que empañó las protestas nocturnas en Ferguson tras el asesinato del joven negro. Los asistentes allí destrozaron coches de policía y edificios, se agarraron a barricadas y se burlaron de los agentes con insultos el lunes por la noche, mientras la policía les lanzaba botes de humo y gas lacrimógenos. Se escucharon disparos en las calles y los incendios de extendieron.

Pero la policía de otras zonas dijo que las concentraciones eran en su mayoría pacíficas tras anunciarse el veredicto del jurado de investigación.

Se encendió la furia

A medida que avanzaba la noche, docenas de manifestantes en Oakland esquivaron a la policía y bloquearon el tránsito en la Interestatal 580. Agentes en coches y motocicletas pudieron acorralar a los participantes y despejar la carretera en una zona, pero otro grupo pronto volvió a saltar a los carriles a poca distancia de allí. No se informó de arrestos de inmediato.

Una multitud compuesta por cientos de manifestantes diversos marcharon y corearon cánticos en San Luis, no muy lejos del lugar donde se registró otro tiroteo policial, cortando la Interestatal 44 durante un tiempo. Unos pocos vehículos quedaron bloqueados en medio de los manifestantes, que parecían ignorarlos. Cantaban "Manos arriba, no dispare" y "las vidas negras importan".

"Claramente hay licencia para la violencia contra minorías, especialmente contra negros", dijo Mike Arnold, un profesor de 38 años. "Sucede todo el tiempo. Hay que hacer algo al respecto. Ojalá esto sea un punto de inflexion".

En Seattle, los manifestantes paraban periódicamente para sentarse o tumbarse en el suelo en las intersecciones, bloqueando el tráfico antes de volver a avanzar, mientras docenas de policías vigilaban la escena.

Grupos con un tamaño que iba desde unas cuantas docenas a varios cientos de personas se concentraron en Chicago, Salt Lake City, y Washington, D.C., donde la gente sostenía carteles y cantaban "justicia para Michael Brown" fuera de la Casa Blanca.

"Mike Brown es un emblema (de un movimiento). Este país está en su punto de ebullición", dijo Ethan Jury, un manifestante en Filadelfia, donde cientos de personas marcharon por el centro con un contingente policial siguiéndolos de cerca. "¿Cuánta más gente tiene que morir? ¿Cuántas personas de raza negra tienen que morir?".

Nueva York y Los Ángeles

En Nueva York, la familia de Eric Garner, un hombre de Staten Island asesinado por la policía a principio de año, se unieron al reverendo Al Sharpton en un discurso en Harlem lamentando la decisión del jurado de investigación. Más tarde, varios cientos de personas que se habían reunido en Union Square, en Manhattan, marcharon de forma pacífica hasta la emblemática Times Square.

En Los Ángeles, que en 1992 sufrió disturbios tras la absolución de los policías que aparecían en una cinta de video dando una golpiza a Rodney King, se pidió a los agentes que siguiesen de guardia hasta nueva orden de sus supervisores. Unas 100 personas se congregaron en el parque Leimert y algunos ellos dieron pequeñas conferencias de prensa demandando cambios en las políticas policiales.

Un grupo disidente de unas 30 personas se separó y marchó por las calles cercanas, bloqueando intersecciones, pero las protestas se mantuvieron tranquilas en su mayoría.

Chris Manor, de Utah Contra la Brutalidad Policial, ayudó a organizar un acto en Salt Lake City al que asistieron unas 35 personas.

"Hay cosas que nos han afectado a nivel local, pero al mismo tiempo es importante mostrar solidaridad con la gente en otras ciudades que se enfrentan a lo mismo que nosotros", dijo Manor.

En la Public Square de Cleveland, había al menos una docena de carteles que hacían referencia a los tiroteos policiales que han sacudido a la comunidad allí, incluyendo el del pasado sábado contra el niño de 12 años Tamir Rice, que jugaba con un arma falsa en un parque de la ciudad cuando los agentes se enfrentaron a él.

En Denver, donde un jurado civil dijo el mes pasado que cuatro agentes hicieron un uso excesivo de la fuerza en la muerte de un predicador que vivía en la calle, el clero de reunió en una iglesia para discutir la decisión mientras docenas de personas se manifestaron en un parque del centro guardando un minuto de silencio.

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