En un impactante giro que ha conmocionado al panorama político de Nueva York, Linda Sun, exjefa adjunta de gabinete para dos gobernadores del estado, ha sido acusada por las autoridades federales de actuar como agente no revelada del gobierno chino.
La exjefa adjunta de gabinete para dos gobernadores de Nueva York ha sido acusada por las autoridades federales de actuar como agente no revelada del gobierno chino
En un impactante giro que ha conmocionado al panorama político de Nueva York, Linda Sun, exjefa adjunta de gabinete para dos gobernadores del estado, ha sido acusada por las autoridades federales de actuar como agente no revelada del gobierno chino.
Esta imputación pone al descubierto los crecientes esfuerzos de China por infiltrar las estructuras de poder en Estados Unidos, y plantea serias preguntas sobre la seguridad nacional, la confianza en los funcionarios públicos y la influencia extranjera en los altos niveles del gobierno estadounidense.
Linda Sun, una funcionaria pública veterana con aproximadamente 15 años de servicio en el estado de Nueva York, ascendió a posiciones de poder y confianza, primero bajo el mandato del exgobernador Andrew Cuomo y más tarde con la actual gobernadora, la también demócrata Kathy Hochul. Sun ocupó varios cargos importantes antes de convertirse en jefa adjunta de gabinete, donde jugó un papel clave en la administración diaria de las políticas y estrategias del gobierno estatal.
Su carrera en la política estatal fue notable por su dedicación a la administración pública, trabajando en una serie de iniciativas económicas y de desarrollo estratégico. En noviembre de 2022, dejó su puesto en el gabinete de Hochul para unirse al Departamento de Trabajo del estado de Nueva York como subcomisionada de Desarrollo Estratégico Empresarial, aunque abandonó esa posición solo unos meses después, en marzo de 2023.
Según la acusación presentada por los fiscales federales, Sun habría actuado como una agente encubierta del gobierno chino sin revelar su afiliación, violando la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA, por sus siglas en inglés). Esta ley exige que cualquier persona que actúe en nombre de un gobierno extranjero dentro de Estados Unidos para influir en la política o la opinión pública se registre oficialmente ante el Departamento de Justicia.
Sun y su esposo, Chris Hu, fueron arrestados en su lujosa residencia de $3.5 millones en Manhasset, Long Island, en la mañana del martes 3 de septiembre. El arresto fue el resultado de una larga investigación dirigida por el FBI, que registró la casa de la pareja en julio de este año, aunque en ese momento no se proporcionaron detalles sobre los hallazgos de dicha búsqueda.
La acusación también detalla que Sun habría estado involucrada en la transmisión de información y en la facilitación de contactos entre representantes del gobierno chino y funcionarios clave en Nueva York, usando su posición privilegiada en el gobierno para obtener acceso a redes de influencia y recursos políticos.
La detención de Linda Sun se produce en un momento en que las relaciones entre Estados Unidos y China atraviesan una de sus etapas más tensas en décadas. La competencia geopolítica, las disputas comerciales y la creciente preocupación por el espionaje chino en sectores estratégicos estadounidenses, como la tecnología y las infraestructuras, han dominado las conversaciones en Washington.
China ha sido acusada repetidamente de emplear una red extensa de espías e influenciadores para infiltrarse en las instituciones clave de Estados Unidos. Desde el caso del robo de propiedad intelectual hasta la adquisición de datos sensibles mediante ciberataques, el gobierno chino ha estado en el centro de múltiples investigaciones relacionadas con la seguridad nacional de EEUU.
El caso de Sun no es un hecho aislado, sino que refleja un patrón creciente de agentes infiltrados en las estructuras de poder de Estados Unidos, con el objetivo de influir en las políticas desde dentro.
En este contexto, la acusación contra Sun representa un paso más en la creciente preocupación sobre la capacidad de China para penetrar en el corazón del gobierno estadounidense. La gran pregunta es: ¿Cuántos otros casos como este están ocurriendo sin ser detectados?
Nueva York es uno de los estados más importantes de Estados Unidos en términos políticos y económicos. Si bien no es la primera vez que funcionarios de alto nivel en el estado enfrentan cargos criminales, el hecho de que una persona en una posición tan cercana a dos gobernadores pueda haber actuado en nombre de un gobierno extranjero, sacude la confianza en el sistema.
El hecho de que Sun haya trabajado bajo la administración de Andrew Cuomo, un líder de alto perfil que enfrentó sus propios escándalos antes de dejar el cargo, y luego con Kathy Hochul, quien ha luchado por establecerse como una líder fuerte y transparente, complica aún más la situación. Los críticos de Hochul podrían utilizar este caso como un ataque contra su administración, cuestionando el proceso de selección de personal y la seguridad del gobierno estatal bajo su mandato.
El caso de Linda Sun destaca la importancia crítica de la seguridad dentro de las estructuras gubernamentales. Si una persona con conexiones tan profundas dentro del gobierno puede actuar en nombre de una potencia extranjera, es razonable cuestionar qué otros puntos vulnerables existen en la defensa contra la injerencia extranjera.
Este caso plantea serias interrogantes sobre los mecanismos de supervisión y la protección contra la infiltración extranjera en Estados Unidos. Las agencias de inteligencia y los funcionarios del gobierno federal han advertido en varias ocasiones que los esfuerzos de China para influir en la política estadounidense no se limitan al espionaje tradicional, sino que incluyen intentos sistemáticos de influenciar a los responsables políticos a través de agentes colocados estratégicamente.
El martes 3 de septiembre, un portavoz de Hochul emitió un comunicado donde se plantea la indignación de la gobernadora ante la noticia: "Estoy furiosa, indignada y absolutamente sorprendida por lo descarado de su comportamiento". Además, calificó estos actos como una traición a la confianza depositada en Sun y aseguró que han estado colaborando con el Departamento de Justicia en la investigación para asegurar que se revele toda la información y se haga justicia.
Sun fue contratada por la oficina de Hochul en 2021 después de que esta asumiera el cargo de gobernadora tras la renuncia de Cuomo. Como indicó el portavoz de Hochul: “Terminamos su empleo en marzo de 2023 después de descubrir evidencia de mala conducta, informamos inmediatamente sus acciones a las autoridades y hemos ayudado a las autoridades durante todo este proceso”.
Es probable que la noticia genere una reacción en cadena en Albany, donde los líderes políticos buscarán distanciarse de cualquier conexión con Sun y sus actividades.
Por otro lado, las autoridades federales han intensificado los esfuerzos para descubrir y desmantelar redes de espionaje y agentes no registrados dentro de Estados Unidos. El arresto de Sun es solo un capítulo en una serie de investigaciones en curso, y no sería sorprendente que salieran a la luz más casos similares en los próximos meses.
Sun y su esposo enfrentan un proceso judicial que podría durar meses, y si se les encuentra culpables, podrían enfrentar penas severas, incluyendo largas condenas de prisión. La defensa de Sun, encabezada por Seth DuCharme, un destacado abogado con experiencia en casos de seguridad nacional aún no ha emitido una declaración pública, y se espera que su equipo legal intente desacreditar las acusaciones, posiblemente argumentando que Sun no actuó con intención maliciosa o que sus actividades no violaron la ley.
Sin embargo, la gravedad de las acusaciones no puede ser subestimada. Actuar como un agente no registrado de un gobierno extranjero es una violación directa de las leyes estadounidenses, y las autoridades están decididas a hacer cumplir estas normativas en un esfuerzo por proteger la integridad de las instituciones democráticas del país.
El arresto de Linda Sun es un recordatorio alarmante de los desafíos que enfrenta Estados Unidos en su esfuerzo por protegerse de la injerencia extranjera, especialmente de China. A medida que las tensiones entre ambas potencias continúan aumentando, es probable que veamos más esfuerzos por parte de las autoridades estadounidenses para identificar y procesar a quienes actúan en nombre de gobiernos extranjeros dentro del país.
El caso de Sun no sólo pone en evidencia las vulnerabilidades dentro del gobierno de Nueva York, sino que también subraya la importancia de reforzar los mecanismos de supervisión y de proteger las instituciones de la influencia extranjera. Al final, este caso es una advertencia de que la batalla por la seguridad nacional se libra no solo en los campos de batalla tradicionales, sino también en los pasillos del poder político de Estados Unidos.
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Dr. Rafael Marrero
Economista. Analista sénior, sinólogo y corresponsal de BRICS/LATAM para Diario Las Américas.