MIAMI.- La llamada que el presidente Donald Trump realizó al secretario de estado de Georgia sobre la certificación de las elecciones presidenciales ha despertado varias interrogantes que han provocado indagar, incluso conjeturar a juristas, sobre derechos e interferencias.
En efecto, el periódico The Washington Post impulsó esa expectativa durante el fin de semana tras publicar el audio de una llamada del Presidente al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, en la que Trump manifesta: "Todo lo que quiero hacer es esto. Solo quiero encontrar 11.780 votos, que es uno más de los que tenemos, porque ganamos el estado".
Según la certificación de las elecciones presidenciales en Georgia, el aspirante demócrata Joe Biden ganó el estado por 11.779 votos, pero Trump reclamó que Biden ganó por “fraude” y demandó un conteo que fue realizado, pero no produjo resultados satisfactorios a su candidatura.
De hecho, los votos fueron recontados dos veces, un conteo manual además del solicitado por Trump.
Opiniones
Quienes cuestionan el comportamiento del Presidente en este caso alegan que la llamada telefónica “evidencia de que el presidente presionó a un funcionario electoral para inferir”, mientras que los partidarios de Trump plantean que “la publicación del audio que se filtró muestra el desprecio que la secretaría de estado de Georgia siente hacia el mandatario”.
Según analistas que plantearon sus puntos de vista en las redes, la ley federal sobre elecciones 52 U.S. Code 2051 habría sido incumplida, cuyo estatuto califica de “delito” penado con cinco años o menos de prisión a quien "a sabiendas y deliberadamente" trate de privar a los residentes de un estado el resultado de una elección.
Sin embargo, hay abogados, como Matthew T. Sanderson, que ha trabajado para varias campañas presidenciales, y que señaló a The New York Times que “si bien parece que Trump estaba tratando de intimidar a Raffensperger, no está claro que violó la ley”.
Si bien Trump mencionó a Raffensperger que podría sufrir consecuencias legales si no denunciaba una supuesta irregularidad en los votos, Trump no llegó a decir que él mismo procuraría la acusación.
"Usted sabe lo que hicieron (en Georgia) y no lo informa", reclamó el Presidente durante la llamada, refiriéndose a sus afirmaciones sobre un fraude electoral generalizado.
“Eso (no denunciarlo) es un acto criminal. Eso es un delito. Y no puedes dejar que eso suceda. Eso es un gran riesgo para usted y para Ryan (Germany), su abogado. Y eso es un gran riesgo", aseguró.
Y sobre esto, el abogado Sanderson planteó “no es suficiente evidencia” y “dudo que esto sea un comportamiento que pueda ser procesado" ante las cortes.
En otras palabras, la ley federal requiere que Trump sepa que está presionando a Raffensperger para que cambie de manera fraudulenta el recuento de votos, lo que significa que los fiscales tendrían que demostrar que Trump sabía que estaba mintiendo al afirmar que estaba seguro de haber ganado la elección en Georgia.