Su agenda pública prevé que hablará sólo el martes en la tarde sobre el brote de la variante ómicron del coronavirus que está arrasando en Estados Unidos, con su cuota de cancelaciones de espectáculos y eventos deportivos, de filas interminables frente a centros para pruebas diagnósticas y escuelas que cierran al menos temporalmente.
Biden "no anunciará el confinamiento" de Estados Unidos, dijo el lunes su portavoz, Jen Psaki, pero tomará "medidas" para fomentar la vacunación y mejorar la detección del virus.
El presidente demócrata, elegido en gran parte con la promesa de poner fin a una pandemia que deja por ahora más de 800.000 muertos en Estados Unidos, parece impotente ante esta nueva ola.
A nivel federal, no tiene mucho margen para imponer medidas restrictivas. Y las pocas que ha tomado, incluida la vacunación en grandes empresas, se topan con procesos judiciales, además de avivar los discursos de la oposición republicana sobre un atentado a las libertades individuales.
Joe contra Joe
Esta impresión de un presidente paralizado, cuando está por cumplirse un año de su toma de posesión, se ve reforzada por su impotencia frente a un legislador de un estado rural de solo 1,7 millones de habitantes y de su propio Partido Demócrata.
Joe Manchin, senador de Virginia Occidental, dijo el domingo que no respaldará el plan de Biden "Reconstruir mejor" (Build Back Better, BBB, en inglés). Su voto es crucial para que se apruebe la iniciativa del monumental plan de gastos, que prevé 1,75 billones de dólares para reformas sociales y para favorecer que Estados Unidos prospere, según Biden, frente al cambio climático y la competencia de China.
Es un golpe casi fatal para este proyecto legislativo que de acuerdo con Biden, promete "transformar en profundidad" los engranajes económicos y sociales de Estados Unidos, permitiendo al mismo tiempo que la primera potencia mundial mantenga sus objetivos climáticos.
"Mis colegas demócratas en Washington están decididos a remodelar drásticamente nuestra sociedad de una manera que dejará a nuestro país aún más vulnerable a las amenazas que enfrentamos", dijo Munchin en un comunicado publicado en Twitter.
"No puedo correr ese riesgo con una deuda asombrosa de más de 29 billones de dólares e impuestos inflacionarios que son reales y dañinos para todo trabajador estadounidense", afirmó el senador demócrata.
La inflación interanual alcanzó 6,8% en noviembre, la más alta que registra Estados Unidos desde junio de 1982, y según la Oficina de Presupuesto del Congreso, el plan de Biden aumentará el déficit en 367.000 millones de dólares en diez años.
De hecho, el COVID y la inflación no solo golpean a Estados Unidos. Europa también reporta altas cifras de contagios y una inflación, derivada del cierre que sufrió la economía en 2020, que supera el 5%.
La Casa Blanca dijo en el comunicado que el proyecto "está totalmente pagado, es el proyecto de ley más responsable fiscalmente que el Congreso ha considerado en años y reduce el déficit a largo plazo".
Y es que según la Casa Blanca, el proyecto será pagado por el aumento de los impuestos a los ricos.
El presidente de 79 años hasta ahora se limitó a enviar un tuit, en el que asegura estar "más decidido que nunca" a defender este proyecto.
"La lucha por 'Reconstruir mejor' es demasiado importante como para rendirse, encontraremos un camino a seguir el próximo año", dijo el lunes Psaki, sin dar más detalles.
La vocera de Biden insinuó, sin embargo, que el presidente podría usar su poder ejecutivo a falta de un gran proyecto legislativo.
El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, buscó el lunes levantar el ánimo: "Vamos a votar una versión revisada" del BBB ya "aprobado por la Cámara de Representantes, y seguiremos votando hasta que tengamos algo".
¿Pero, qué puede quedar de la iniciativa legislativa más importante sin el apoyo de Manchin?
"Reformas muy, muy ambiciosas"
El senador reiteró el lunes que no votaría a favor de estas "reformas muy, muy ambiciosas".
El BBB apunta a reducir el costo de guardería y de medicamentos, mejorar el poder adquisitivo de los hogares y fomentar la compra de vehículos eléctricos.
Este centrista teme un efecto inflacionario y considera que las ayudas deberían ser más focalizadas.
Sin él, no habría mayoría demócrata en el Senado. E imposible contar, como hizo recientemente Biden para la adopción de un enorme plan de gastos en infraestructura, con los votos de la oposición: los republicanos consideran que el BBB inclinaría a Estados Unidos al "socialismo".
En un comunicado de virulencia sin precedentes, la Casa Blanca criticó el domingo "un cambio repentino e inexplicable" y una "violación" de los compromisos de Manchin.
Este giro erosiona aún más el crédito político de Biden, cuyo índice de aprobación ya es muy bajo, a un año de las elecciones legislativas de mitad de período que podrían ser una debacle para los demócratas.
Biden, un exsenador que se enorgullece de haber dominado el juego parlamentario como ningún otro, habló en varias ocasiones con Manchin y la Casa Blanca lo rodeó de atenciones, para disgusto de los progresistas, que se sienten estafados.
"Es hora de quitarse los guantes y gobernar", tuiteó el lunes la congresista demócrata Alexandra Ocasio-Cortez, una de las caras más conocidas del ala de extrema izquierda.
El posible fracaso de la legislación seguramente agravará las agrias divisiones ideológicas a lo interno del Partido Demócrata, entre los moderados y la extrema izquierda que se autodenominan "progresistas".
También deja en duda si los demócratas lograrán unirse para apoyar alguna legislación sustancial antes de las elecciones legislativas del próximo noviembre. Y le da un tinte de caos a los demócratas justo cuando necesitan demostrar logros y un frente unido de cara a las elecciones legislativas para preservar la mayoría en ambas cámaras.
FUENTE: Con información de AFP