El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, alcanzaron un histórico acuerdo aduanero este domingo en Turnberry, Escocia, tras una reunión relámpago de menos de una hora.
El convenio logrado entre el presidente Donald J. Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, incluye 750.000 millones de dólares en compras de energía a Washington y $600.000 millones en inversiones adicionales en Estados Unidos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, alcanzaron un histórico acuerdo aduanero este domingo en Turnberry, Escocia, tras una reunión relámpago de menos de una hora.
Trump explicó los detalles: aranceles aduaneros del 15% para los productos europeos importados, por un lado, y el compromiso de la Unión Europea (UE) de 750.000 millones de dólares en compras de energía y 600.000 millones de dólares en inversiones adicionales en Estados Unidos, por otro.
Von der Leyen precisó por su lado que el sector aeronáutico y otras áreas estratégicas estarán exentas de aranceles. También que las significativas compras de energía que Europa realizará en Estados Unidos servirán para reemplazar los suministros de Rusia.
El acuerdo que permite resolver la disputa comercial sobre el aumento de aranceles que mantenía en conflicto a las partes, en medio de una fluctuación de tarifas desde abril pasado. También ocurre antes de la fecha tope del 1ro de agosto que ha dado la Casa Blanca a los países que comercian con EEUU.
De no haberse logrado el pacto, la UE se enfrentaba a impuestos de hasta el 30% a sus productos en las ventas a EEUU.
"Hemos llegado a un acuerdo", anunció el líder republicano, calificándolo como el "mayor acuerdo" jamás alcanzado en materia comercial y considerándolo una promesa de "unidad y amistad".
La presidenta de la Comisión Europea, por su parte, lo elogió como un "buen acuerdo" que traerá "estabilidad y previsibilidad" a ambos lados del Atlántico.".
Las delegaciones europea y estadounidense aplaudieron al intercambiar apretones de manos.
Ursula von der Leyen se había encargado, antes de las conversaciones, de elogiar el talento del presidente Trump como "formidable negociador" y de enfatizar la necesidad de "reequilibrar" la relación comercial transatlántica.
El acuerdo, cuyos detalles completos aún se desconocen, deberá ser validado por los Estados miembros de la UE.
Sus embajadores, que viajaron a Groenlandia el domingo por la mañana, fueron informados sobre las últimas negociaciones y deberán reunirse de nuevo para validarlo.
El Acuerdo de Turnberry confirma que el comercio transatlántico entró en una nueva era del comercio mundial, en la que antes Washington simpre llevaba las de perder. Eso cambió, como prometió el mandatario estadounidense durante su campaña y en sus primeros meses en la Presidencia.
Hasta el regreso de Donald Trump al poder, Estados Unidos aplicaba Europa un arancel promedio del 4,8 %. Con el 10% que sumó luego, los aranceles para las exportaciones de la UE ascendían a casi el 15% ahora acordado.
Si Ursula von der Leyen y Donald Trump no hubieran llegado a un acuerdo, Bruselas -según medios de prensa de izquierda- estaba dispuesta a tomar represalias gravando los productos y servicios estadounidenses.
El ejecutivo europeo, a instancias de algunos países como Francia, también había amenazado con retirar el acceso a los mercados europeos de contratación pública o bloquear ciertas inversiones.
El uso de esta "bazuca" —como se denomina al instrumento "anticoerción" en la jerga bruselense— habría arrastrado a Europa y Estados Unidos a una escalada diplomática y económica sin precedentes.
Trump, quien construyó su fortuna en el sector inmobiliario y firmó un libro sobre "al arte" de la negociación, asegura estar en posición de fuerza.
Trump se beneficiaría del anuncio de un compromiso con la UE, tras haber firmado otros cinco importantes pactos comerciales con Japón, Indonesia, Vietnam, Filipinas y Reino Unido, en el marco de la nueva política comercial de EEUU y una transformación interna de su sistema socioeconómico y geopolítico.
FUENTE: EuropaPress