WASHINGTON.- El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump se levanta a las 5:30 de la mañana, y una de las cosas que primero hace es revisar los canales de noticias para conocer qué están diciendo de él. Con la energía que recibe de los comentarios, buenos o malos, inicia un día cargado de cafeína que ingiera con 12 latas de Coca Cola Ligh.
Así lo describen dos periodistas del diario The New York Times Maggie Haberman y Glenn Thrush, que trabajan desde septiembre en un libro sobre la presidencia de Trump quien ya tiene un año manejando el país más poderoso de este lado del planeta.
En el texto los comunicadores aseguran que Trump detesta hacer actividad física, salvo jugar al golf, un deporte que desde el comienzo de su gobierno ya practicó en 79 oportunidades, es decir pasa uno de cada cuatro días en el green.
En el trabaja se asegura que el magnate está cambiando la definición de lo que significa ser presidente de Estados Unidos. "Ve el más alto puesto de la nación de la misma forma en que lo hizo la noche de su sorpresiva victoria sobre Hillary Clinton: como un trofeo que debe luchar por proteger a cada momento, con Twitter como su Excalibur. A pesar de toda su fanfarronería, se considera menos un titán en dominio de la arena mundial que un intruso difamado que ha entablado una lucha para ser tomado en serio, de acuerdo con entrevistas a sesenta consejeros, asociados, amigos y miembros del congreso".
Indican que a diferencia de otros mandatarios, para quienes cada día fue un reto de cómo llevar las riendas del país; para él es una lucha, hora por hora, por su autoconservación. Su triunfo lo recuerda a diario con los mapas que fueron colgados en la Casa Blanca, en los que se destacan los condados en los que ganó.
FUENTE: REDACCIÓN
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