MIAMI.- GUILLERMO LOUSTEAU / PRESIDENTE INTER AMERICAN INSTITUTE FOR DEMOCRACY
MIAMI.- En los tiempos que vienen, podremos ver si el gesto de Obama tiene frutos positivos para el futuro del pueblo cubano, o si ha enterrado definitivamente cualquier posibilidad de salida democrática del régimen castrista
MIAMI.- GUILLERMO LOUSTEAU / PRESIDENTE INTER AMERICAN INSTITUTE FOR DEMOCRACY
Se podrán tener diferentes interpretaciones sobre el arreglo de Obama con Raúl Castro. Para algunos, será un triunfo de Cuba y una traición del presidente americano; para otros, una inteligente decisión de Obama. Puede interpretarse como una demostración de la fuerza del régimen cubano, o como su pérdida de importancia en el mundo actual, que haga absurdo permitir que se mantenga una situación conflictiva sin futuro alguno.
En los tiempos que vienen, podremos ver si el gesto de Obama tiene frutos positivos para el futuro del pueblo cubano, o si ha enterrado definitivamente cualquier posibilidad de salida democrática del régimen castrista.
Será importante ver la reacción de América Latina y cuanto le asigna de mérito a Obama, en lo que se tendrá como el elemento destacado en la reunión de Panamá, ya superada la discusión sobre la concurrencia de Cuba y la reacción americana.
También será interesante ver si el pueblo americano acepta este arreglo o los demócratas pagarán un precio por este cambio. Todo ésto fuera, por supuesto, del microclima de Miami.
Por ahora la única cosa cierta que puede darse por cierta es el desaire a Nicolás Maduro. Qué hará ahora el autoritario venezolano, si quienes se consideraban sus patrones intelectuales han comenzado un camino de entendimiento con el gobierno americano, a quien él ataca permanentemente.? Venezuela pierde toda significancia tanto en lo político como en lo material.
Parte de ese dilema les alcanzará con toda seguridad a Rafael Correa y a Evo Morales, pero en menor medida. Maduro debe extrañar hoy más que nunca a Hugo Chávez, con el cual la posibilidad que hoy se abre no se hubiera producido.
Cuba acaba de propinarle un golpe al gobierno venezolano muy parecido al que el gobierno de Rusia le dió a Fidel Castro en la crisis de los misiles, rayano en la traición: ha comenzado una ruta, dejando en el camino a su mejor aliado.