miércoles 19  de  febrero 2025
ANÁLISIS

El informe del Departamento de Estado tendrá poco impacto para Clinton

La posible candidata demócrata a la presidencia se salvará gracias a que el enfoque de la Administración ahora es acabar con Donald Trump

MIAMI.-RUI FERREIRA
Especial
@ruiefe

La filtración de un informe interno del Departamento de Estado sobre la forma como la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, manejó sus correos electrónicos, mientras estuvo en su despacho de Foggy Bottom, puede parecer demoledor para sus aspiraciones presidenciales. Pero realmente no tendrá un impacto inmediato y tal vez ni siquiera en los próximos meses. Será, sin embargo, la comidilla de esta campaña presidencial.

Curiosamente, Clinton puede verse favorecida por el hecho de que su rival republicano, el magnate inmobiliario Donald Trump, está subiendo en las encuestas y eso que la recta final de la campaña no ha comenzado. El informe del Inspector General del Departamento de Estado no es más que la narración de una investigación interna, que no presenta recomendaciones sino conclusiones. Y este detalle es capital para las aspiraciones demócratas de seguir controlando la Casa Blanca.

La exprimera dama ha sido "acusada", para decirlo de algún modo, si acaso de violación de los procedimientos de seguridad del Gobierno federal, en lo que concierne al uso exclusivo de los servidores gubernamentales y la salvaguarda de todo correo electrónico, así como de haber guardado material delicado en su servidor personal, que no dispuso de los niveles de confidencialidad mínimamente aceptables por los servicios de seguridad. Nada de esto es un comportamiento criminal, han coincidido varios analistas a DIARIO LAS AMERICAS, quizá una violación administrativa de las reglas internas y una profunda negligencia, porque su servidor personal siempre estuvo expuesto a cualquier tipo de ataque exterior, algo que parece no haber sucedido.

Ahora, ¿qué tiene que ver Donald Trump con todo esto? La única forma de que Clinton pueda ser llevada a los tribunales, lo que daría al traste con sus aspiraciones presidenciales, es que sea encauzada criminalmente a causa de una investigación del FBI, no por un informe interno del Departamento de Estado que, a fin de cuentas, termina sobre la mesa del secretario actual, John Kerry. Por mucho que la mayoría republicana en el Congreso desee, lo máximo que puede hacer es llamarla a declarar pero por una hipotética investigación del FBI, no por un informe interno del Departamento de Estado.

Trump, quizá sin saberlo, entra en este ruedo porque los demócratas desean tanto derrotarlo que harán todo lo posible para blindar a Hillary y colocarla en la Casa Blanca. La única opción en contrario sería que su opositor dentro del partido, el senador Bernie Sanders, le gane las primarias, algo bastante improbable.

El director del FBI, James Comey, se ha quejado repetidamente de que la Administración le ha presionado en los más disímiles temas e investigaciones. Algo que sucede todo el tiempo y a lo largo de todas las administraciones desde que el FBI perdió su autonomía dentro del Departamento de Justicia. 

Por ello, de momento la virtual candidata demócrata no tiene mucho de qué preocuparse. Y es muy probable que de aquí a noviembre nada suceda. Todo esto, ironía del destino, por "culpa" de un magnate inmobiliario de Nueva York que decidió que América debe ser "fuerte de nuevo". Si pierde, constatará que sí. Que en Estados Unidos todavía hay poder.

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