El inesperado video de Leopoldo López desde la prisión de Ramo Verde, anunciando una huelga de hambre y llamando o a los venezolanos a una marcha el próximo sábado, está centrando la actualidad política venezolana. De entrada, el Gobierno ha contraatacado con una supuesta grabación que contendría una conversación entre López y Daniel Ceballos, ex alcalde del municipio San Cristóbal. Desde los medios chavistas se está utilizando el audio –que ha sido calificado de “montaje chimbo” por el entorno de López- para intentar demostrar el carácter desestabilizador de la convocatoria.
Era de esperar esta campaña de desprestigio dirigida desde la cúpula chavista que no busca otra cosa que dividir a la oposición y desacreditar entre los ciudadanos a los presos políticos que están llevando a un callejón sin salida, tanto a Nicolás Maduro como a Diosdado Cabello. Ante la falta de pruebas y de garantías procesales, la única decisión razonable sería la puesta en libertad de López, Cabello y el resto de presos políticos.
De momento, el juego sucio del Gobierno y la falta de firmeza de algunos opositores están poniendo en peligro el éxito de la convocatoria del sábado. Ya no es hora de medias tintas o de intentar dar legitimidad a este Gobierno que además está salpicado –por acción u omisión- por la acusación contra Disodado Cabello de ser el líder del Cartel de los Soles.
Esperamos que el sábado podamos ver a los venezolanos que quieren un cambio democrático desfilar en paz por las calles de las principales ciudades del país. Sus voces son las únicas que pueden despertar la conciencia del mundo y de todos aquellos compatriotas que no se dan cuenta de que mientras el chavismo no salga del poder, su país no saldrá de este tortuoso túnel histórico.