martes 19  de  marzo 2024
EL JARRÓN CHINO

Evo y su “cruz comunista”

Pero como en el cuento de la rana y el escorpión,  la situación superó a Evo y clavó en Francisco su aguijón en forma de Cristo sobre la hoz y el martillo. Horas después, el Papa pedía perdón por los excesos de la Iglesia contra la población indígena en un gesto que le honra pero que en ningún caso saciará el apetito revanchista de Morales. 

Por MANUEL AGUILERA

Una imagen de Cristo tallada en la hoz y el martillo es un objeto absolutamente inapropiado e irrespetuoso para regalar al máximo representante de la Iglesia Católica. ¿A qué jefe de estado se le podría ocurrir hacer algo así? Seguramente, lo habrán visto por televisión o leído en algún diario pero, de no ser así, es fácil de adivinar.

Evo Morales, representante de la llamada izquierda del siglo XXI, prosigue construyendo su leyenda en la que destaca el desprecio a la mujer, las declaraciones homofóbicas, el desprecio a sus rivales y las formas democráticas, su apoyo incondicional a la dictadura castrista, la persecución a los medios de comunicación críticos con su gobierno, los desplantes a sus entrevistadores de medios extranjeros, su odio a todo lo que huela a España, incluidas críticas al rey Felipe y a su padre Juan Carlos, tras un encuentro en el Palacio de la Zarzuela en Madrid. Está claro que la diplomacia y las relaciones públicas no son lo suyo pero alguno de sus colaboradores le debió aconsejar que se portara bien con el Papa Francisco, que sonriera a su lado y que se aprovechara del tirón popular del catolicismo en Bolivia para mantenerse en su trono labrado con martillo populista.

Pero como en el cuento de la rana y el escorpión,  la situación superó a Evo y clavó en Francisco su aguijón en forma de Cristo sobre la hoz y el martillo. Horas después, el Papa pedía perdón por los excesos de la Iglesia contra la población indígena en un gesto que le honra pero que en ningún caso saciará el apetito revanchista de Morales. 

“Esto no está bien”, se le escuchó decir a un incómodo Francisco tras aceptar el regalo venenoso pero sorprendentemente su portavoz Federico Lombardi se apresuró a afirmar que el Papa “no tuvo una particular reacción negativa” sobre el obsequio que le fue entregado en el palacio presidencial en La Paz. Desde el entorno del gobierno boliviano se explicó que la “cruz comunista” es una réplica de una figura tallada por el sacerdote jesuita español Luis Espinal Camps, que fue torturado y asesinado por paramilitares bolivianos en 1980 por denunciar la violencia política en el país. Parece que Lombardi acepta la interpretación de los jesuitas sobre que la figura expresa el “diálogo necesario cristiano marxista con los obreros y campesinos”. 

No entiendo ese paso atrás de la Iglesia Católica ni su equidistancia ante las políticas de aquellos que le faltan el respeto y en el fondo estarían encantados de su desaparición. Evo Morales buscaba dar una bofetada a los católicos en la cara de su máximo representante y ha salido victorioso. 

¿Será la forma en que Francisco pone la otra mejilla? Que precedente tan malo. Lo que es evidente es que la imagen, que a mí me produce vergüenza ajena, consolida a Evo Morales como el paradigma de esa nueva izquierda faltona, irrespetuosa, beligerante y llena de odio, que puede ganar elecciones pero que no cree en la democracia.

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