Los dos grandes partidos del país se preparan con gran expectativa para las elecciones primarias del 15 de marzo, llamado el segundo “súper martes” por ser un día en el que se disputan varios estados y principalmente el de la Florida.
Éste es clave para el futuro de los aspirantes y más para los del bloque republicano, ya que sus resultados podrían allanar el camino al triunfo para Donald Trump o replantear un nuevo escenario y crear una chance para que la nominación se la lleve otro precandidato –el gran deseo de la élite republicana-. También podría determinar si Marco Rubio sigue o no en la contienda.
El estado del Sol, a diferencia de otros, otorga todos sus 99 delegados al candidato que gana, lo que representa un porcentaje importante para alcanzar los 1237 que se requieren para ser nominado. Si Trump consigue triunfar en este estado, y en otro de los que voten el martes, estará mucho más cerca del codiciado número.
Pero el establishment republicano, en su objetivo de sacar al magnate del camino, busca por todos sus medios que no gane en la Florida. Al considerar que tiene un perfil poco presidenciable y que no podrá imponerse ante el candidato demócrata en las elecciones presidenciales, está apoyando a Rubio, nativo del estado, y como segunda opción, prefiere que gane Ted Cruz, aunque no sea de su agrado.
Su idea es quitarle a Trump la posibilidad de alcanzar los delegados necesarios y en julio hacer una "Convención abierta" (brokered convention), donde los resultados de las primarias serían irrelevantes y los delegados podrían votar por cualquier precandidato diferente al que representaban.
“Vamos a ganar en Florida”, ha asegurado Rubio en todos sus actos dentro del estado. El problema es que las encuestas recientes no lo favorecen. Los resultados más optimistas fueron los del sondeo de Monmouth, que el lunes pasado lo ubicó 8 puntos por debajo de Trump, y los de Ledger/10 News WTSP que el jueves achicó la brecha a 6 puntos.
En promedio, sin embargo, las encuestas mantienen a Rubio en un distante segundo puesto. Trump tiene el 39%, él 25%, Cruz 18% y Kasich 8,6%, según balances del sitio Real Clear Politics al cierre de esta edición.
Trabas para Rubio
El hecho de que Marco integrara el grupo de los ocho legisladores que promovieron la reforma migratoria nacional lo ha distanciado de los conservadores, tanto en la Florida como en el resto del país. Hoy, eso lo perjudica ya que la mayoría de los floridanos republicanos tienen un perfil conservador.
Su triunfo dependerá de los cubanos estadounidenses, pero que estos son indiferentes al tema migratorio -por las leyes que los benefician apenas llegan al país-, según varios analistas. Y dentro de la gran comunidad hispana del estado, el segundo grupo mayoritario de votantes es el de los puertorriqueños, que podrían identificarse más con Trump que con Rubio ya que son ciudadanos estadounidenses y no suelen apoyar al inmigrante ilegal.
“Es difícil que Marco gane aquí”, dijo el profesor de política Eduardo Gamarra en diálogo con DIARIO LAS AMÉRICAS. Explicó que la mayoría de los votantes a las primarias republicanas están en el norte del estado, donde Rubio no tiene el mismo apoyo que en el sur de estado. “En el Norte lo quieren a Trump”.
Mientras tanto, el magnate ve que la Florida es la gran oportunidad para que Rubio quede fuera de la contienda. “Si ganamos en la Florida, créanme, esto se acabó”, advirtió haciendo referencia a la posibilidad de ganar en las presidenciales de noviembre.
En el debate del jueves pasado, cuando Cruz dijo que si Trump ganaba no tendría chances de superar a Hillary Clinton en las nacionales, el empresario inmobiliario rechazó completamente la afirmación y destacó, en su lugar, el gran potencial de votantes jóvenes, nuevos e independientes, que podrían elegirlo y darle ventaja sobre la exprimera dama.
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