martes 6  de  mayo 2025
REPORTAJE

¿Qué hay detrás de la estampida de funcionarios y testaferros del régimen hacia EEUU?

Como durante años hizo la oligarquía rusa, que utilizó a Londres como base de operaciones, sus homólogos castristas pretenden colonizar Miami

Diario las Américas | IVÁN GARCÍA
Por IVÁN GARCÍA

LA HABANA.- En algún momento de 1946, según Simon Wiesenthal, un judío austriaco superviviente del Holocausto, quien se dedicó a localizar ex nazis para llevarlos a juicio, se fundó ODESSA, una organización secreta para ayudar a militares y funcionarios de Hitler prófugos de la justicia a refugiarse en Argentina, Brasil, Chile y Perú, aunque muchos también se radicaron en Francia y España con la complicidad del dictador gallego Francisco Franco.

Se cree que Martin Bormann, responsable de los inmensos fondos del Partido Nacional Socialista, junto a un grupo de banqueros alemanes lideró la operación de blanqueo de dinero más grande de la historia. Varios criminales de guerra, oficiales de los servicios de inteligencia y funcionarios intermedios que huyeron a Sudamérica contaban con capital suficiente para fundar empresas y establecer contactos con políticos locales.

El plan era mantener vigente el ideario de Hitler. Estaban convencidos que a largo plazo el nazismo resurgiría en Alemania y Europa. Un ex oficial del Ministerio del Interior (MININT), asegura a Diario Las Américas, que “el lavado de dinero y creación de una poderosa oligarquía castrista es parte del esquema del régimen. En un probable cambio de modelo político aparecerán cientos de empresarios y políticos cubanos supuestamente reformistas ligados al gobierno, residentes en la sombra en Estados Unidos y otros países del Primer Mundo”.

“Los operadores políticos del gobierno son astutos. Han aprendido del fscismo alemán y del modelo oligárquico ruso. Tienen todos los recursos del país en sus manos. Sembrar en Estados Unidos a cientos de empresarios y agentes de influencia es relativamente fácil. Desde la década de 1970, en la Florida existen agencias de paquetería, recargas telefónicas, vuelos a Cuba y remesas ligadas al régimen cubano. Y probablemente también, testaferros y parientes de pesos pesados del gobierno que son dueños de negocios y tienen la ciudadanía estadounidense. La estrategia es formar una oligarquía para el futuro. Invierten lo mismo en la venta y compra de propiedades, en el sector agrícola que en la promoción de artistas y músicos”.

Según el ex oficial del MININT, el plan tiene sus pros y sus contras. “En algunos segmentos de la población cubana, que sufre la mala gestión de los servicios básicos y el desabastecimiento, se ha trivializado la naturaleza dictatorial del gobierno. Un sector del pueblo desconoce el robo y la piñata que han creado dirigentes con los recursos del Estado. Muchos de los ex funcionarios, ex militares y parientes que se han radicado en Estados Unidos y otros países del Primer Mundo y jamás han denunciado al régimen, no dudo que formen parte de ese esquema. Se debiera investigar de dónde sacan el dinero para abrir sus negocios. Aunque no creo que ese proyecto pueda tener éxito en el futuro. El poder económico y político de la comunidad cubana en Estados Unidos es muy superior a la oligarquía que pretende conformar el castrismo”, asevera.

La Fundación por los Derechos Humanos en Cuba, radicada en Miami, presentó un informe revelando cien presuntos represores de la dictadura que viven en Estados Unidos. El ex oficial del MININT opina que "pueden rondar las cuatro mil personas que se establecen en Estados Unidos cumplen una estrategia acordada de antemano con el gobierno cubano. Algunos se van por su cuenta porque el país está colapsado. Pero otros salen en contubernio con el régimen”.

Lavar dinero y participar en negocios turbios ha sido una práctica habitual de la dictadura verde olivo. En las décadas de 1960 y 1970, movimientos urbanos y guerrilleros, considerados terroristas, traficaron con drogas, secuestraron personas y asaltaron bancos. Una parte importante de ese capital se guardaba en La Habana. Con el pretexto de evadir el embargo económico y financiero de Estados Unidos, Fidel Castro creó organizaciones de comercio ilegal, como MC, que dirigía Tony La Guardia y traficaba con drogas utilizando a lancheros cubanos radicados en la Florida para transportala y a la Isla de contrabando entraban desde cigarrillos Malboro hasta computadoras IBM y tecnología médica avanzada.

Panamá, México y Canadá siempre fueron bases de operaciones de los servicios especiales de Castro para sus negocios clandestinos. En Europa, España, Reino Unido (en Londres el régimen es dueño de un banco) y Suiza, donde en sucursales bancarias se suele guardar el dinero malversado al pueblo cubano. Recuerdo que en la primavera de 2004, un banquero suizo casado con una cubana, compartió información de cuentas de instituciones del gobierno castrista en la Confederación Helvética. Un año después, en 2005, se destapaba el escándalo de cuentas secretas del régimen superiores a 5 mil millones de dólares en el UBS, el principal banco suizo. En diciembre de 2024, el poderoso conglomerado GAESA tendría escondido más de 4 mil millones de dólares en cuentas bancarias en el exterior, reveló The Miami Herald.

En 2016 estuve ocho meses investigando documentos publicados a raíz de los Papeles de Panamá que revelaban la participación de funcionarios del partido comunista cubano en la apertura de cuentas offshore. Por vez primera aparecían nombres de funcionarios de la Isla. Algunos, como Hernán Aguilar Parra, entonces diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular, aparecía en los documentos como director de dos compañías.

En noviembre de 2015, Parra, dejó de ser miembro de la Asamblea Nacional. Esas cuentas en paraísos fiscales estaban asociadas con el grupo empresarial Tabacuba, a pesar que por la legislación vigente, los diputados tienen restricciones para participar en ese tipo de negocios. Otro ex director de producción de Tabacuba, Osvaldo Encarnación, también estuvo vinculado a la offshore Ardpoint Company Inc. Al menos una decena de funcionarios cubanos tenían cuentas offshore en Panamá que en ese momento no supieron explicar.

Obtuve el teléfono de algunos y cuando los llamaba o desconocían que eran accionista o confirmaban que lo eran pero “ese capital no era suyo”. ¿De quién era?, el silencio por respuesta y luego colgaban el teléfono. Los documentos revelaban que Albert-Louis Dupont Willemin, un abogado de una familia suiza aristocrática, fue el asesor jurídico de alto nivel e intermediario en más de veinte empresas offshore con vínculos comerciales en Cuba.

Las empresas se registraban en el bufete de los abogados Mossack-Fonseca. Corporación Panamericana, con sede en La Habana, era la entidad responsable de proporcionar los servicios a las empresas cubanas. Y de acuerdo a los documentos, la abogada cubana Katiuska Penado Moreno, que era la representante legal de la empresa y tenía una oficina en Miramar. En una breve conversación telefónica, Penado Moreno me dijo que ya ella “no tenía vinculo con ese bufete”.

Una fuente que optó por el anonimato reveló a Diario Las Américas que los contactos con Jürgen Mossack fueron a través de oficiales de inteligencia que trabajaban en la embajada cubana en ciudad Panamá. “El coronel Alexis Frutos y otros oficiales de inteligencia tenían buenas referencias de ese bufete, ya que la esposa de Mossack, la jurista Leydelises Pérez de Mossack era cubana y de confianza”, dijo la fuente.

Las cuentas oscuras en paraísos fiscales del castrismo son de vieja data. El padre de Jürgen Mossack, Erhard Guenther Mossack (16 de abril de 1924), nacido en Grube-Ericka, un tipo de rostro adusto y varias cicatrices en los dedos y debajo del brazo izquierdo, había sido nazi con vínculos en las SS. Perteneció a la temible división Tontenkopf, cabeza de muerto en español. Cuando lo atraparon las fuerzas aliadas vendió información para salvar su vida. Su hijo Jürgen Rolf Dieter Mossack, nacido el 20 de marzo de 1948, en Fürth, ciudad de Baviera, abogado multimillonario, díscolo y vanidoso, siempre intentó ser una sombra en la sociedad panameña.

Hasta que se destapó el escándalo de los Papales de Panamá, era eficiente y discreto. Residía en una mansión en los Altos del Golf, urbanización panameña donde viven ex presidentes y magnates, protegidos por cámaras y vigilantes de seguridad. En esa casa, señala la fuente, fue que “se establecieron los primeros contactos con el bufete de Mossack-Fonseca”.

Al igual que ocurrió en el gobierno de Mijail Gorbachov, en la última etapa del comunismo en la URSS, en la Isla, miembros del PCC y militares de alta graduación, aprovechando el control omnímodo de la economía, están acaparando el patrimonio nacional y reinvirtiendo los dólares obtenidos a través de la remesas y el trabajo esclavo de las misiones médicas en el exterior.

La estrategia es formar una oligarquía empresarial poderosa. Con ese fin, GAESA ha creado el tercer monopolio hotelero, por número de habitaciones, más grande en América Latina. Además, es dueño de las gasolineras, de Etecsa, la única empresa de telecomunicación, de la zona desarrollo en el puerto del Mariel y de la exportación de tabaco, marabú, minerales y mariscos, entre otros.

Como durante años hizo la oligarquía rusa, que utilizó a Londres como base de operaciones, sus homólogos castristas pretenden colonizar Miami. Ese es su plan. De los demócratas cubanos en las dos orillas dependerá que no funcione.

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