MIAMI. – La ola migratoria en curso ha comenzado a impactar el sistema de planteles públicos en Miami-Dade y aunque, según las autoridades educativas, todavía la situación es “manejable”, la implementación de medidas para atender a la creciente población de niños y adolescentes ávidos de cupos escolares se convierte en un asunto prioritario.
La educación es esencial para el desarrollo de un niño inmigrante debido a que le brinda las herramientas necesarias para adaptarse a su nuevo entorno y tener éxito en la vida futura. Sin embargo, la posibilidad de ofrecer estudios a quienes arriban a una nueva nación puede crear problemas de presupuesto en las agencias gubernamentales y genera otros inconvenientes en el contexto académico.
El aprendizaje de un nuevo idioma es crucial para el joven inmigrante, dado que le permite comunicarse con sus compañeros de clase y maestros, lo que a su vez mejora la experiencia educativa. Este es otro punto que mira con “especial atención” y crea “alguna preocupación” en el distrito escolar del Gran Miami.
Cifras
Este distrito ha matriculado a más de 14.800 estudiantes provenientes de otros países en el año lectivo 2022-2023. Alrededor de 10.000 alumnos proceden de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, cifra que incluye a más de 1.400 estudiantes en comparación con el año anterior.
El superintendente de Escuelas Públicas de Miami-Dade, José Dotres, explicó que los alumnos de origen cubano “están matriculándose principalmente en colegios del área de Hialeah”, aunque el incremento de inscripciones “se está viendo en el distrito entero”. El mayor aumento se ha dado en el segmento de séptimo a doceavo grado, dijo.
Cuando comenzó el año escolar en agosto, las escuelas del condado tenían 2.977 estudiantes de Cuba y a partir del 10 de enero la cifra ascendió a 7.088. Haití pasó en las estadísticas de 373 a 488 en ese mismo rango de tiempo. Nicaragua aportaba 996 estudiantes y hoy tiene 1.374. En cuanto a Venezuela, el número era de 866 y en estos momentos se calcula en 2.597.
“El grupo de los cubanos ha subido significativamente (4.000 en promedio) y creemos que el número de Nicaragua va a subir más rápido que el de los venezolanos”, estimó.
En el distrito están matriculados alumnos de 179 países. Sin embargo, quienes provienen de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, beneficiados por un programa de parole humanitario del gobierno de Joe Biden, son los que más participación tienen en los registros educativos de Miami-Dade, según Dotres.
Acciones
Es apremiante que los nuevos estudiantes aprendan inglés. ESOL (English as a Second Language) es un programa diseñado para enseñar esa lengua a estudiantes que no son hablantes nativos mediante el desarrollo de habilidades de lectura, escritura, escucha y habla en el idioma de Shakespeare.
Por estos días, el distrito escolar está “vigilando” si hacen falta más maestros capacitados dentro de ese programa. “Tenemos un departamento que ayuda a los estudiantes que están aprendiendo inglés como un segundo idioma, y sabemos cómo ayudar a los maestros a proveer esa asistencia”, aseguró el Superintendente de escuelas.
Para Dotres, es “interesante” que “en algunos colegios donde no teníamos tantos estudiantes que estaban aprendiendo inglés, ahora de pronto son parte del plantel, así que estamos viendo un cambio demográfico en lo que es la composición de algunos de nuestros colegios”.
Explicó que un “fondo federal especial” destinado a la enseñanza de inglés como segunda lengua en los centros educacionales se “está utilizando mucho más que antes por estos días”, como consecuencia del aumento de inmigrantes.
Las inversiones en el distrito también habrían aumentado por cuenta de la adquisición de computadoras de mesa y portátiles. “Tenemos estos gastos adicionales, que hemos tenido que sacar del presupuesto”, afirmó el funcionario.
Falta de maestros
Al tiempo que crece la población escolar, tanto el superintendente Dotres como la presidenta del Sindicato de Maestros de Miami-Dade, Karla Hernández, reconocieron que la falta de maestros en algunos planteles podría agudizar la situación.
Hernández aseveró que “en lugar de participar en guerras culturales y convertir a los maestros en villanos de una guerra cultural inventada”, según su opinión, "el estado (de Florida) debería haber proporcionado mejores salarios, más fondos para las escuelas públicas y más recursos para atender a nuestros estudiantes”.
Cifras de Florida dejan ver que el estado requiere de al menos 9.000 nuevos docentes. “El problema no es tanto la llegada del niño migrante, porque siempre los hemos tenido, el problema real es la escasez de maestros”, indicó Hernández.
Plan de contingencia
Como respuesta al incremento de alumnos foráneos, el distrito puso en ejecución lo que denomina Guía de Afluencia de Estudiantes, una estrategia que permite acciones frente a ese fenómeno en tres niveles.
Actualmente, de acuerdo con Dotres, “estamos en el primer nivel ya que el número de estudiantes no ha aumentado tanto para llegar a la segunda fase”.
“Si hay una ola [migratoria] más significante, entonces entramos a lo que llamamos un nivel segundo de respuesta y esto sería abrir un centro en el norte, un centro en el sur y uno en el centro para ubicar a los estudiantes”, dilucidó.
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