lunes 30  de  junio 2025
INSPIRACIÓN

Familia venezolana deja su marca en el Kaseya Center y redefine liderazgo latino

Lo que comenzó como un empleo de supervivencia hoy es una empresa modelo que impulsa sostenibilidad y crecimiento económico en EEUU

Diario las Américas | CAMILA MENDOZA
Por CAMILA MENDOZA

Lo que en sus inicios fue un impulso por salir adelante hoy es un modelo de innovación y orgullo para la comunidad hispana. La familia compuesta por Wilfredo Andrade y Ninoska Valera, inmigrantes venezolanos y padres de dos hijos, ha dejado una huella imborrable en uno de los escenarios más emblemáticos de Miami: el Kaseya Center, hogar de los Miami Heat y epicentro de grandes eventos internacionales.

“Como empresa hispana, es un orgullo enorme haber sido elegidos para este proyecto”, dice Wilfredo Andrade, fundador de WJAB ENTERPRISES INC., una compañía que, junto a su esposa Ninoska y un equipo de 14 empleados, lideró la renovación de las barandas metálicas del estadio. Pero más allá del brillo de las nuevas superficies, lo que destaca es la historia de perseverancia, fe y excelencia técnica detrás de este logro.

El desafío no era menor: restaurar por completo las estructuras metálicas del recinto sin desmontajes, sin interrumpir operaciones y bajo limitaciones logísticas severas. La solución: un proceso de pintura electrostática líquida aplicada in situ, una técnica avanzada que WJAB ha perfeccionado y que permite optimizar tiempo, recursos y sostenibilidad.

“Este trabajo es una demostración de que las empresas latinas estamos al nivel de cualquier gigante americano, con profesionalismo, eficiencia y compromiso ambiental”, afirma Wilfredo.

De inmigrante a empresario: una historia de superación

Todo comenzó el año 2016, cuando Wilfredo llegó a Estados Unidos con la esperanza de construir un futuro mejor. Apenas una semana después consiguió su primer empleo en el área de pintura electrostática líquida. Ocho meses más tarde, y con una rápida curva de aprendizaje, asumió el cargo de supervisor en otra empresa del sector.

La empresa familiar se fundó formalmente en 2016, pero no fue hasta 2017 que decidieron apostarlo todo. Al principio, Wilfredo trabajaba solo; algunos trabajos llegaban, otros no. Mientras tanto, Ninoska sostenía el hogar trabajando como niñera para una familia americana.

El punto de quiebre llegó en 2020, en plena pandemia. Mientras muchas compañías cerraban, WJAB creció sin parar. “En esos ocho meses iniciales el trabajo se triplicó. Fue entonces cuando dejé mi empleo como niñera para dedicarme por completo a la empresa: presupuestos, atención al cliente, marketing… Todo lo hacemos juntos”, cuenta Ninoska.

Detrás de este camino, ambos reconocen con humildad que han sido guiados y fortalecidos por la mano de Dios, quien les ha dado las oportunidades y la fortaleza para seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles.

Tecnología, visión y familia: la fórmula WJAB

Wilfredo no solo aportó la fuerza de quien empieza desde cero, sino también su formación en logística industrial, gestión operativa y liderazgo técnico. Con esa base, WJAB desarrolló un modelo de negocio innovador que combina tecnología de punta, procesos sostenibles y escalabilidad nacional.

Su especialidad: la pintura electrostática líquida con tecnología de campo magnético, un sistema que garantiza adherencia precisa y resultados uniformes, mientras utilizan cabinas portátiles y equipos con filtración ambiental para minimizar el impacto ecológico.

El compromiso con la excelencia ha implicado también una constante preparación y capacitación técnica, tanto para él como para su equipo, lo cual ha sido clave para posicionarse como referentes en su área.

Hoy, empresas como Goya Foods y el propio Kaseya Center confían en ellos. Pero Wilfredo sueña en grande: su modelo está diseñado para expandirse por todo el país mediante licencias o crecimiento directo, generando empleo constante, impulsando el talento local y contribuyendo activamente al crecimiento económico de la nación.

“Lo que hicimos en el Kaseya Center es solo el principio. Queremos seguir transformando espacios en todo Estados Unidos. Creemos en una industria que avance sin dejar huella, y estamos listos para llevar esa visión a nuevas ciudades”, concluye con orgullo. “Lo que hicimos en el Kaseya Center es solo el principio. Queremos seguir transformando espacios en todo Estados Unidos. Creemos en una industria que avance sin dejar huella, y estamos listos para llevar esa visión a nuevas ciudades”, concluye con orgullo.

La historia de la familia Andrade no solo es un testimonio de éxito empresarial. Es la prueba de que la unión, la resiliencia, el trabajo arduo y la fe pueden marcar la diferencia, incluso en los escenarios más grandes.

Conozca más en su página de Instagram.

IG: @camilamendozaa

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