Sin embargo, ese panorama de incertidumbre podría cambiar en septiembre cuando los comisionados del Condado se reúnan para estudiar y debatir una recomendación que aún está elaborando el equipo asesor de la alcaldesa condal, Daniella Levine Cava, y del que no proveen información todavía.
El año pasado, los legisladores condales aprobaron la construcción de una nueva planta en el mismo sitio en las afueras de Doral, como respuesta a un informe presentado por un consultor de la alcaldesa que consideró esa ubicación como la mejor opción.
A pocas semanas de la conflagración, la decisión fue revocada por los comisionados bajo el compromiso de seguir buscando un lugar apropiado para situar la planta, sin descartar el actual. Se han mencionado otros tres lugares.
Uno de los espacios propuestos estaría en la pequeña ciudad de Medley, en un terreno ubicado a un par de millas de las instalaciones actuales. Los otros dos sitios se encontrarían en el suroeste del condado.
Habla Doral
La postura de la Ciudad de Doral frente al tema ha sido consistente. Desde el día uno de la nueva administración encabezada por la alcaldesa Christi Fraga y el vicealcalde Rafael Pineyro quedó claro que el paso a seguir es sacar el centro de procesamiento de desechos de ese municipio. Pero no depende de las autoridades locales.
El vicealcalde Pineyro habló con DIARIO LAS AMÉRICAS. “No queremos que haya algún tipo de concesión donde se indique que se va a reabrir la planta temporalmente, porque sabemos lo que significa temporalmente, sobre todo a nivel de gobierno”, afirmó.
Si esa fuera la decisión de los comisionados del Condado, un estudio mostró que reconstruir y volver a poner en operación la planta tendría un costo cercano a los 110 millones de dólares. Esto tomaría entre ocho y 10 meses para trabajos de diseño y entre 12 y 15 meses en tareas de construcción.
Pineyro dijo creer que “la opción de la reconstrucción, es decir, reabrir donde está ubicada en estos momentos, no debería estar en la mesa, aunque obviamente sé que es un punto que los comisionados van a considerar”.
Después del siniestro ocurrido el 12 de febrero, las instalaciones operadas por la firma privada Covanta se encuentran fuera de servicio, por lo que Miami-Dade está enviando basura hacia el vertedero de South Dade y a otros en Florida Central.
Cuando se reúna la Comisión condal para decidir el futuro de la planta, Doral tendrá en las sesiones a los representantes de una compañía de lobby contratada por la Ciudad para llevar y defender el mensaje de que quieren el centro de acopio fuera de esa municipalidad, según Pineyro.
La firma contratada se llama Southern Group, dijo el vicealcalde, y su función servirá —de acuerdo con Pineyro— para apoyar las gestiones que emprenda el comisionado del distrito 12 y exalcalde de Doral, Juan Carlos Bermúdez, también partidario de situar la planta en otro lugar.
Las autoridades doralinas y gran parte de esa comunidad han pedido por años el cierre de la planta o su traslado debido a los olores que genera el proceso de incineración de la basura.
Para el vicealcalde, “no son solo los malos olores, sino también las partículas, los químicos que hemos estado respirando durante muchos años y por esto no sabemos que reacciones tendremos con el paso del tiempo”.
Durante los varios días que duró el incendio y posteriormente, en las oficinas municipales se recibieron “muchas quejas” de residentes que habrían resultado afectados por la exposición a las cenizas que cubrieron una buena parte del perímetro cercano al basurero.
“No hemos recibido demandas legales”, aseguró Pineyro.
No a la incineración
Organizaciones como Florida Rising han respaldado las manifestaciones de la comunidad en contra de la continuidad del incinerador en Doral.
El abogado Néstor Pérez, de Earthjustice y que representa a Florida Rising, aseguró que ese ente sin fines de lucro ha presentado al Condado “opciones” sobre el “manejo de basuras alternativos a la incineración, conocido como Residuo Cero”.
Este proceso, según lo explicado, “involucra el compostaje y el reciclaje a gran escala”. Pérez dijo que el Condado ya tiene un programa y una planta de reciclaje, “pero nuestra petición es que aumente estos planes”.
Florida Rising aspira a que sus planteamientos sean incluidos en la recomendación que debe presentar la alcaldesa Levine Cava ante los comisionados en septiembre para determinar el futuro del centro de desechos.
“Se trata de la salud de miles y miles de personas”, sostuvo el letrado.
Otra de las peticiones de esta organización al Condado es que permita la participación ciudadana en el reporte que está confeccionando para presentarlo a los comisionados.
“Que haya una participación ciudadana en esta decisión y que no se tome a las espaldas de la ciudadanía”, puntualizó.
Calidad del aire
Si bien los vecinos de Doral se han venido quejando por los malos olores y un supuesto riesgo para la salud, debido a la proximidad del centro de incineración, un estudio de Florida Rising encontró “concentraciones peligrosas de contaminantes tóxicos y contaminantes químicos” en la planta y en la ciudad mientras el fuego ardía durante casi tres semanas.
Al analizar los informes oficiales de calidad del aire de las estaciones de monitoreo en Doral, la investigación encontró concentraciones de material particulado 2.5, un contaminante tóxico del aire, en niveles considerados "no saludables" por la Agencia de Protección Ambiental (EPA).
La exposición al material particulado 2.5 está relacionada con una serie de condiciones de salud, que incluyen asma, disminución de la función pulmonar y orgánica y latidos cardíacos irregulares, según la investigación.
También se detectaron concentraciones de compuestos orgánicos volátiles, cloro, monóxido de carbono y cianuro de hidrógeno en el aire en concentraciones que la EPA clasifica como peligrosas para la exposición humana.
El informe también señaló que el incendio de febrero fue en realidad el quinto en la instalación desde 2019.
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