La iniciativa legislativa, que recibe el apoyo de unos padres y es rechazado por otros, ha generado protestas en Florida y críticas a nivel nacional, incluso desde la Casa Blanca. Demócratas y organizaciones que velan por los intereses de la comunidad LGBT+ están en contra de esa posibilidad. Otros grupos la ven con buenos ojos y, de hecho, promueven su aprobación final.
Según se lee en la propuesta, los distritos escolares “no pueden alentar la discusión en el aula sobre la orientación sexual o la identidad de género en los niveles de grado primario o de una manera que no sea apropiada para la edad o el desarrollo de los estudiantes”.
DIARIO LAS AMÉRICAS consultó las opiniones de dos expertas en el tema para ahondar sobre este proyecto que cuenta con el respaldo del gobernador de la Florida, Ron DeSantis, y la desaprobación explícita del presidente Joe Biden, quien lo considera “odioso”.
“Todo a su edad”
La psicóloga infantil Yuglenis Rivas estima que “muchos niños están cargados de ansiedad”, incluso de “depresión”, porque se les está “exigiendo” que para poder “pertenecer, encajar y tener un lugar en la sociedad” se “definan en una edad en la que no están maduros ni preparados para hacerlo”.
Rivas explica que existen “etapas de la sexualidad”, en cuyo desarrollo “primero viene el género, que es lo que te define como hombre o mujer. Luego la expresión de género, que es ese comportamiento de lo que se espera en la sociedad: un pirata o una bailarina. Y posteriormente viene la identidad de género, que corresponde a definirse y ver qué tan a gusto yo me siento con ser mujer o ser hombre”.
“En pocas palabras —según la especialista—, la identidad de género es como yo quiero que me vean de la puerta para afuera y también está la orientación sexual, que es cómo veo y disfruto de la puerta para adentro”.
Para esta psicóloga de origen venezolano, la “unión de la identidad de género y la orientación sexual” suscita una “gran confusión en los niños”, al punto que “muchos llegan a casa, hablan con su mamá, no saben qué son, niños o niñas”. Esto lo atribuye a una “sobrecarga de información”, que puede crear “ansiedad” en el niño.
Por tanto, cree que hablar de estos temas a los menores en las aulas de clases “no es una cosa que esté ni mal ni bien”, pero —advierte— “en una edad que tengan un proceso cognitivo y la madurez emocional para entenderse y desde allí decidir lo que les gusta”.
Añadió que, si partimos de un 100%, solo el 30% de los niños “podría haberse definido a edad temprana por condiciones previas, como un tema hormonal, porque sencillamente [definirse] es una elección”.
Rivas afirma que posiblemente el mayoritario 70% de los niños “están confundidos” por “sobreinformación o tantas matrices de discusión”, en una etapa en la que “no están preparados para procesarla, entenderla y definirse”.
Califica el proyecto que cursa en el Congreso estatal como “protector y preventivo”, amparado en la “madurez y responsabilidad social desde el colegio para poder educar a los niños en temas que vayan acorde a su edad”.
¿Censura?
La también psicóloga infantil Mónica Gilbert tiene claro que “la escuela no es solo educación en matemáticas y literatura”, y va más allá en su apreciación tras asegurar que en los planteles “los niños también deberían educarse sobre otros temas y conceptos”.
Gilbert aseveró que “las personas tienden a querer censurar las cosas”, un aspecto que dice conocer porque “vengo de Cuba, entonces sé mucho sobre la censura, pero normalmente las personas quieren censurar las cosas por el miedo”.
De acuerdo con sus palabras, existe “miedo” de que, si el niño está expuesto a discusiones sobre pautas sexuales en “edad tan temprana”, “a lo mejor puede escoger otro género, pero en realidad no es así”.
La especialista no ve “nada malo en que tengan estas clases”. Sin embargo, según recalcó, “las clases tienen que ser con el vocabulario que un niño de esa edad pueda entender y tiene que ser algo educativo”.
Dijo que “estos tiempos no son como los tiempos de nosotros” y agregó que “hace más de diez años no estábamos expuestos a Google y a otras herramientas digitales, pero ahora los niños muy libremente pueden ir y buscar sobre cualquier tema”.
De tal manera, Gilbert señaló “por qué no darles esos temas en la escuela, de una manera que sea educativa, y donde podamos, de alguna forma, brindarles la información de una manera diferente”.
Puntualizó que “aprender sobre eso no es una forma de que ellos, por saber más, ahora vayan a dudar de su propio género”, a lo que sumó. “todo depende de cómo les estamos brindando esta información”.
Biden vs. DeSantis
La propuesta legislativa ha enfrentado al presidente Joe Biden y al gobernador de la Florida, Ron DeSantis, quien aspira a la reelección en el cargo y no descarta una posible aspiración presidencial en 2024.
El titular de Washington escribió en un tuit: “Quiero que todos los miembros de la comunidad LGBTQI+, especialmente los niños que se verán afectados por este odioso proyecto de ley sepan que son amados y aceptados tal como son”.
Poco después, la Casa Blanca indicó en un comunicado que “todos los padres esperan que nuestros líderes garanticen la seguridad, protección y libertad de sus hijos”, pero que los políticos en Florida “dejaron de lado esos valores” al “promover una legislación diseñada para apuntar y atacar a los niños que más necesitan apoyo: los estudiantes LGBTQI+, que ya son vulnerables al acoso y la violencia solo por ser ellos mismos”.
Por su parte, el gobernador republicano Ron DeSantis dijo a principios de febrero en el Museo de Americano de la Diáspora Cubana en Mami que creía “totalmente inapropiado” que los educadores hablaran con los estudiantes sobre su identidad de género”.
“Las escuelas deben enseñar a los niños a leer y escribir”, afirmó el gobernador, quien acotó que estos centros escolares “necesitan enseñarles ciencia, historia, más educación cívica y comprensión de la Constitución de los EEUU, lo que hace que nuestro país sea único, todas esas cosas básicas”.
Para DeSantis, el objetivo ofrecer transparencia a los padres. “Hay políticos que dicen que los padres no tienen ningún papel en la educación de sus hijos. Dame un respiro. Queremos que los padres puedan tener acceso a lo que sucede en el salón de clases", apuntilló.
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