MIAMI.- DANIEL CASTROPÉ
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@danielcastrope
Un familiar que se quedó en casa la madrugada de la tragedia relata detalles inéditos del caso que mantiene consternados a los residentes de Miami
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Después de haber dejado Venezuela como consecuencia de la situación sociopolítica y económica que vive ese país, la familia Gil Egui y otros parientes planeaban reunirse en Miami para celebrar la llegada del Año Nuevo, sin saber que el destino les jugaría una mala partida.
Devastado y con el alma pendiendo de un hilo, según sus propias palabras, Ramón Gil Egui relató a DIARIO LAS AMÉRICAS pormenores, hasta ahora desconocidos, del trágico accidente que cobró la vida de cuatro miembros de su familia la madrugada del miércoles 30 en la autopista interestatal I-95 cuando una conductora –la quinta víctima del siniestro– transitaba en sentido contrario.
“Salieron a recoger a mi hermana al aeropuerto”
Gisela y su esposo José Martín Labrador arribaron la noche del martes al Aeropuerto Internacional de Miami, en un vuelo procedente de Connecticut, donde llevaban varios años radicados por razones laborales. “Ellos llamaron cuando ya estaban a punto de salir, diciendo que los recogieran en la puerta de salida para que todo fuera mucho más rápido”, dijo Ramón.
La pareja no tenía hijos. Gisela era periodista y docente de la cátedra de Comunicación para América Latina de la Universidad de Fairfield. Su esposo, español de nacimiento y también estadounidense por naturalización, era representante de una empresa de sistemas de seguridad y mantenía negocios prósperos con algunos países de Latinoamérica. También se desempeñaba como director de Educación Tecnológica del Housatonic Community College.
“Mi hermano Miguel y mi mamá (Gisela Margarita) salieron 20 minutos antes de que mi hermana y mi cuñado salieran del aeropuerto, previendo que la casa de mi hermano, en Cooper City, donde todos íbamos a reunirnos, está muy cerca. Rubén (Páez), esposo de mi mamá, prefirió quedarse con nosotros en el patio”, explicó el familiar de las víctimas fatales del accidente.
Los minutos siguientes fueron “una tortura” para las personas que se quedaron en casa. “Empezamos a inquietarnos por la demora y realizamos varias llamadas al teléfono celular de mi hermano, pero no podíamos comunicarnos. No entendíamos qué pasaba y pensamos que podría haber alguna demora con las maletas o con la documentación, y nos fuimos a dormir un poco, muy preocupados, a eso de las 3 de la mañana”, manifestó.
La noticia
En casa de Miguel dormían Ramón, su esposa y dos hijas, además de Inés, compañera de Miguel, entre otras personas, cuando un toque seco en la puerta les anunciaba la presencia de los portadores de la infausta noticia. “Eran varios agentes de la Policía que nos fueron a informar del accidente promediando las 6 de la mañana. Todos gritamos, todos nos pusimos como locos”, señaló Ramón, quien todavía no se repone del dolor causado por la pérdida de sus familiares.
La mañana del miércoles los medios de comunicación informaban sobre el accidente ocasionado por una mujer de 23 años, que tras recorrer un tramo largo de la línea expresa de la autopista I-95, había impactado el vehículo marca Hyundai Sonata, propiedad de Ramón, en el que viajaban los cuatro miembros de la familia Gil.
“No podíamos creer que era verdad lo que nos estaban diciendo los policías”, dijo, pero todo lo que les habían informado correspondía con la verdad: Gisela Margarita Egui, 71 años; Gisela Gil Egui, 48; Miguel Gil Egui, 47 y José Martín Labrador, 52, habían muerto trágicamente tras las heridas sufridas por el fuerte impacto.
Acciones legales
Ramón Gil Egui, actualmente investigador de la Universidad de Austin, Texas, y quien solo completa cuatro meses residiendo en Estados Unidos, es consciente de que nada le devolverá la vida a sus familiares, pero, de acuerdo con su criterio, “esto tenemos que llevarlo a instancias legales para evitar futuras tragedias en las autopistas”.
“Han ido apareciendo videos e informaciones que nos refuerzan la idea y la tesis de que tenemos que ir a instancias legales para detener la matanza de gente en estas autopistas. No es el primer caso, ya había pasado antes y tenemos entendido que hay llamadas al 911 dos minutos antes del accidente reportando ese vehículo transitando en sentido contrario”.
Luego resaltó: “Ante una situación tan inusual como esa y en una autopista de ese nivel, no alcanzo a comprender que (el vehículo conducido por la mujer) no pudiera haber sido detenido después de que llevaba varios minutos recorriendo la vía en sentido contrario”, subrayó.
Última morada de las víctimas
En torno al sepelio de las víctimas, Ramón Gil aseguró que aún existen aspectos confusos que los investigadores de la Policía y los forenses están aclarando antes de llevar “a la última morada” los restos de los cuatro miembros de la familia.
“Tenemos confusión al respecto, aparentemente hay problemas con el reconocimiento legal de los cuerpos y las huellas dactilares, y todo se dilata más por estas fechas de fin de año”, acotó.
“Va a haber un acto crematorio, como era voluntad de todos. Los restos de mi hermana y su cuñado deben ser enviados a España, de donde era él, pues no queremos separarlos porque el amor de ellos era como pocos”, agregó Ramón Gil.
Entre tanto, los restos de Gisela Margarita Gil y de su hijo Miguel serán esparcidos en la represa de Calabozo, en el centro de Venezuela.
“Mi mamá era productora de arroz y una luchadora incansable por los derechos de los agricultores y también por la promoción cultural de Calabozo, junto con su esposo Rubén Páez, y ambos fundaron la orquesta sinfónica infantil y juvenil”, puntualizó Ramón, quien finalmente dijo que “el pueblo de Calabozo está muy consternado con la muerte de mi madre”.
Personajes destacados
El Fairfield Daily Voice dijo de Gisela Gil, citando a su excompañera Melissa Quan, directora asociada del Centro para la Fe y la Vida Pública de la Universidad de Fairfield, que ella “transformó su clase sobre medios de comunicación y la sociedad, logrando que sus estudiantes visitaran la biblioteca cada semana e inculcándoles la visualización de los medios de comunicación con un ojo más crítico”.
En Venezuela, varios periódicos reflejaron la muerte de Gisela Egui. Uno de ellos, Diario La Antena, publicó: “Egui, distinguida productora calaboceña (…), viajó en compañía de su esposo el Dr. Rubén Páez, quien es presidente del Ateneo de Calabozo y miembro del grupo de historia. La pareja viajó a pasar esta temporada decembrina en compañía de sus hijos”.
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