MIAMI.- El cono de pronóstico representa la probable trayectoria del ojo de un ciclón tropical. En otras palabras, esta gráfica solo denota, como el Centro de Huracanes, con sede en Miami, “la posible ruta” del fenómeno meteorológico, las zonas que podrías ser afectadas por el paso del ciclón, por lo que se le presta más atención a los territorios que aparecen en el centro de este.
Dadas las características atmosféricas, el paso de vientos colindantes y la temperatura del agua, junto a la interacción con tierra firme y elevaciones, los meteorólogos, con la ayuda de programas informáticos establecidos, proyectan la ‘posible’ trayectoria, que podría variar en cualquier momento.
Si se fija en el cono, “el centro está dado por la ruta más probable del ciclón”, señaló el Centro de Huracanes.
Este informa se realiza “según los datos suministrados al programa computarizado, mientras los lados extremos representan los posibles límites que la trayectoria podría tener”.
En otras palabras, mientras más cerca se encuentre de la línea central existen más probabilidades de que sea afectada directamente por los vientos.
O sea, mientras más lejos esté de línea central del cono hay menos probabilidades de que se ‘afectado’.
Por ejemplo, si el cono proyecta un espacio comprendido entre Cayo Hueso y Miami, en Florida, el eje central caería en algún lugar de Islamorada, lo que significa que ambos extremos apenas tendrían 10% de probabilidades de ser afectados por vientos.
Recuerde, la tormenta puede moverse a un lado y otro de la línea central, según los cambios atmosféricos que ocurran.
Prueba de ese movimiento errático a última hora es lo que ocurrió en 1992, cuando el huracán Andrew, con vientos sostenidos de 175 mph (280km/h), avanzaba en dirección a Key Biscayne y Coral Gables, a las 3 am del 24 de agosto, y se ‘movió’ a penas un cuarto de grado de latitud y tocó tierra 20 millas al sur del centro de Miami, en Homestead.