MIAMI.- La Dr. Liliam Hernández es dueña de una energía vibrante y convincente, y es por eso por lo que califica como una de las profesionales más solicitadas para asistir a los ‘career day’ de las escuelas públicas del condado Miami-Dade, y por lo que al consultorio donde labora en el corazón de la Pequeña Habana acuden decenas de jóvenes que anhelan convertirse en odontólogos.
Ella sabe muy bien que una sonrisa cambia vidas, y que las personas que sonríen más son también más felices, y eso es lo que intenta transmitir a los miles de niños y jóvenes que tiene la oportunidad de conocer en los eventos comunitarios y en las jornadas educativas que realiza con regularidad en las zonas más vulnerables del condado.
“La ortodoncia es una especialidad en la que se genera mucha conexión con el paciente. En el caso de los jóvenes, tenemos que aplicar el tratamiento con muchísima psicología ya que es una edad difícil; y en el caso de los niños, tenemos el reto de que los braces sean divertidos para ellos. Por otra parte, los tratamientos de ortodoncia duran un promedio de dos años, periodo de tiempo en el que vemos a los pacientes mensualmente y eso genera un lazo de amistad y confianza muy estrecho”, dijo la Dr. Liliam Hernández a DIARIO LAS AMÉRICAS.
Como madre de dos niñas Lisette y Anna Argota, de 7 y 2 años respectivamente, la doctora Hernández asegura sentirse comprometida con cuidar la salud bucal de los pequeños y jóvenes de Miami, ciudad a la que arribó desde España llena de sueños y con la ilusión de reencontrarse con sus raíces cubanas.
“Atiendo a muchos niños y jóvenes de escasos recursos. Es más, creo que el 95% de mis pacientes son hispanos. Recibo a familias en vulnerabilidad social a las que debo inculcarles la higiene bucal que por desgracia no existe en nuestros países, por falta de recursos y de educación. En comunidad todos aprendemos que sonreír es un gesto que genera empatía e irradia cierta confianza inmediata”, reflexionó la profesional conocida como ‘La dentista del pueblo’, ya que a través de sus redes sociales y en diversos medios de comunicación educa sobre el correcto uso del cepillo dental, y comparte un sinfín de consejos para mantener una sonrisa saludable.
“Como profesional, hay muchas cosas que uno da por hecho, por ejemplo, saber cómo cepillarse correctamente los dientes o cómo escoger el correcto cepillo dental, pero para miles de familias eso es algo completamente nuevo. Muchos padres me dicen que no sabían que los llamados dientes de leche se deben cuidar tanto como los de hueso, y esa retroalimentación la recibo gracias a las redes sociales”, dijo la especialista.
Rescatando sus raíces
La doctora Liliam Hernández salió de Cuba rumbo a las Islas Canarias con apenas 10 años. Oriunda de Güines, en La Habana, reconoce haber tenido una infancia feliz junto a su madre quien era médico pediatra, “creo que de ahí surge mi vocación y el deseo de trabajar con niños”, confesó durante esta entrevista.
Estudió en la escuela dental Alfonso X el Sabio, de Madrid, y se especializó en Ortodoncia en la Universidad Autónoma de Barcelona. Luego, estableció su consulta y privada en Islas Canarias, pero en medio de la crisis de desempleo que vivía España, decidió emigrar a Estado Unidos en el año 2010.
“No fue una decisión fácil porque en España tenía una vida establecida. Por otra parte, la barrera del idioma fue muy dura. Recuerdo que cuando llegué a Miami comencé a tomar clases de inglés para convalidar mi carrera, y me sentaba delante de un libro teniendo que traducir palabra por palabra durante horas. No exagero cuando digo que leer y entender una página podía tomarme todo un día. Era muy duro y frustrante, pero continué estudiando sin descanso hasta que pude recibir mi título profesional aquí”, recordó.
“Muchas personas me dijeron: ‘No convalides tu carrera, vas a tener que endeudarte, los préstamos estudiantiles van a arruinarte la vida, es una pérdida de tiempo […] Pero yo tenía mis metas claras, y lo logré, y ése es el mensaje que siempre trato de inculcar a los jóvenes que sueñan con ser dentistas u ortodoncistas”.
“Trabajo y apoyo a mi comunidad porque soy parte de ella. Conozco sus problemas, sus miedos, y sus barreras. He emigrado dos veces en mi vida, y sé lo que es comenzar desde cero para surgir”, reflexiona y asegura que su mayor anhelo es seguir mejorando y transformando vidas.
“La ortodoncia cambia vidas, no hay duda de ello. Me conmueve el alma ver cómo jovencitos y niños que escondían su carita para sonreír, hoy pueden hacerlo sin miedo y sin pena. Estos tratamientos elevan la autoestima y el amor propio, y no hay nada que me haga más feliz que ver a esos jóvenes que llegan siendo inseguros e introvertidos, pero que terminan su tratamiento con una actitud completamente distinta. Sin duda, eso es lo más gratificante de mi trabajo”. La doctora Hernández realiza campañas anuales para donar tratamientos de ortodoncia en poblaciones de recursos limitados.
Su cuenta de Instagram @dr.hernandezorthodontics.