PEDRO PABLO PEÑALOZA
Especial
La ministra de Salud, Luisana Melo, descartó que exista escasez de insumos y prefirió hablar del “uso no racional” de los medicamentos que habría en el país, de acuerdo con informes en varios medios de comunicación
PEDRO PABLO PEÑALOZA
Especial
Más que un mal, la corrupción se ha convertido en una enfermedad crónica que está dejando sin medicamentos a los venezolanos. Aunque el Gobierno del presidente Nicolás Maduro se niega aceptarlo, la mayoría opositora de la Asamblea Nacional (AN) declaró el 26 de enero que Venezuela padece una “crisis humanitaria de salud” que, entre otras cosas, se caracteriza por la escasez de medicinas.
El diputado opositor José Manuel Olivares, presidente de la subcomisión de Salud de la AN, señaló que de los 150 medicamentos reconocidos como esenciales por la Organización Mundial de la Salud (OMS), 65% no se consigue ya en el país. Rómulo Pisani, presidente de la Cámara Venezolana de Droguerías (Cavedro), describe un escenario más dramático: “La escasez por principio activo asciende a 85%. Es decir, que la persona no consigue el medicamento que busca, ni uno similar, ni el genérico. En Venezuela se comercializan 1.500 moléculas y cada una de ellas puede tener distintas presentaciones. Pues bien, de ese total sólo hay en la calle unas 150”.
¿Por qué faltan las medicinas en Venezuela? Pisani respondió que el “foco del problema es la deuda con los proveedores”, que según sus cálculos supera los 6.000 millones de dólares. La situación se agrava por la caída de los ingresos petroleros y los controles propios del modelo socialista chavista, que impone una regulación de precios ajena a la realidad del mercado, mientras atenta contra la sostenibilidad del sector.
Ahora, viene la segunda interrogante. ¿Por qué el Gobierno de Maduro no autoriza la entrega de dólares para cancelar los compromisos con los laboratorios? Cuando en marzo de 2015, el entonces vicepresidente Jorge Arreaza compareció ante la AN y declaró que la revolución chavista administró 1 billón 182 mil millones de dólares durante 15 años de gobierno. De ese monto, aseguró el funcionario, 717. 903 millones se destinaron a la inversión social.
Dólares perdidos
El portavoz de la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), Freddy Ceballos, cree que esta crisis ha sido provocada por una mezcla de ineficiencia y corrupción. Para argumentar su posición, Ceballos recuerda que hace unos días los exministros Jorge Giordani y Héctor Navarro, colaboradores del difunto presidente Hugo Chávez, denunciaron que más de 300.000 millones de dólares habrían sido malversados durante la vigencia del control de cambio.
El dirigente de Fefarven recordó cómo el diario El Nacional reveló en marzo de 2014 que el Servicio de Elaboraciones Farmacéuticas (Sefar) del Ministerio de Salud dejó que se perdieran o vencieran cerca de 50.000 kilos de medicamentos, la mayoría proveniente del convenio suscrito entre Cuba y Venezuela. De hecho, la Contraloría General de la República ha recogido en sus informes desde 2012 las irregularidades en el intercambio que mantienen Caracas y La Habana.
El exministro de Salud, Carlos Walter, adviertió que “el problema del financiamiento es determinante, pero no podemos dejar a un lado la corrupción existente”. Walter subrayó que “el Estado es el que compra los medicamentos, a los precios más elevados y sin control alguno”. En particular, mencionó “el fraude de las compras hechas a Cuba, reconocido por la Contraloría General”.
La decana de la Facultad de Farmacia de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Margarita Salazar-Bookaman, cuestionó que los entes públicos no están cumpliendo con su labor. El Sefar ha reducido su producción de medicamentos y la estatal Quimbiotec –que elabora derivados sanguíneos- está paralizada desde agosto de 2015.
El Gobierno propuso en la AN exigir a las universidades que produzcan medicinas. La profesora Salazar-Bookaman se mostró dispuesta a trabajar en ese sentido, pero aclaró: “Nuestro presupuesto es de 122.000 bolívares por mes (unos 20.000 dólares al cambio oficial) desde hace ocho años. Las universidades no tienen la solución inmediata”.
Grave peligro
La ministra de Salud, Luisana Melo, descartó que exista escasez de insumos y prefirió hablar del “uso no racional” de los medicamentos que habría en el país. “Los venezolanos somos los que consumimos en el mundo el mayor número de medicamentos per cápita”, indicó de acuerdo con informes de varios medios de comunicación.
Pisani contestó: “El promedio de consumo de Venezuela es propio de un país sano. La gente compra las medicinas para su tratamiento completo. En Venezuela era de 24 unidades por habitante, mientras que en América Latina es de 15. Ya nosotros caímos hasta 19 y pronto estaremos por debajo del promedio regional. La escasez es por mal manejo económico”.
Francisco Valencia, vocero de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida, ha solicitado la intervención de Naciones Unidas para solventar la crisis. “Antes recorrías 5 o 6 farmacias y conseguías medicamentos, ahora no encuentras nada”, comenta Valencia, preocupado por cómo el país enfrentará el brote de zika en estas condiciones.
En su exposición ante la AN, el diputado Olivares precisó que el Gobierno invierte en salud el equivalente a 4,3% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en países como Bolivia, Ecuador, Argentina y Colombia ese presupuesto se ubica entre 6% y 9% del PIB. Recordó las fallas en los servicios de radioterapia y quimioterapia, criticó que una persona con cáncer pase entre ocho meses y un año para ser atendida en la red pública, y recalcó que el régimen chavista no ha construido 15 hospitales que prometió, pese a contar con los recursos aprobados para ese fin. “Hoy mueren venezolanos por falta de medicinas”, sentenció el legislador de Primero Justicia.
En la sesión parlamentaria que concluyó con la declaración de “crisis humanitaria de salud”, intervino Rchard Medina, padre de Ricardo Andrés Medina, niño de tres años que falleció por cáncer de pulmón el 14 de diciembre de 2015. El testimonio de Medina dejó a la Cámara en silencio: “Solicitamos medicamentos y el medicamento nunca llegó a tiempo para prorrogar la vida de mi hijo. Estoy aquí como venezolano, solicitándole y rogándole que dejen de politizar la salud, que se olviden de partidos políticos, porque mi hijo nunca eligió a nadie, no tuvo la oportunidad por falta de un medicamento”.
LEA TAMBIEN: