CARACAS.-PEDRO PABLO PEÑALOZA
Especial
El Gobierno venezolano vincula los asesinatos con enfrentamientos entre bandas paramilitares que pretenden ejercer control político y económico de la zona minera
CARACAS.-PEDRO PABLO PEÑALOZA
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El ministro de Relaciones Interiores, Gustavo González López, redondeó la versión oficial este viernes 18 de marzo. “Dos organizaciones dedicadas a prácticas paramilitares están supuestamente vinculadas a los hechos ocurridos en Tumeremo, donde 17 personas fueron asesinadas”, expresó el alto funcionario sobre la masacre ocurrida en ese pueblo minero del estado Bolívar, ubicado en el sur de Venezuela, este 4 de marzo.
González López aseguró que “en la población de Tumeremo existe una red política económica que recibe fondos ilegales provenientes de la actividad paramilitar”. Además, prometió que “no descansaremos hasta dar con los responsables de este fenómeno paramilitar exportado desde Colombia”.
Desenlace
El relato elaborado por el Gobierno nacional apunta a que el conflicto entre las bandas de “El Topo”, encabezada por un ciudadano de origen ecuatoriano, llamado Jamilton Ulloa Suárez, y de “El Gordo Lizandro” por el control de minas de oro provocó este baño de sangre. “El lamentable desenlace se produjo luego de que estas organizaciones paramilitares, con fines políticos, tuvieran diferencias por el cobro de vacunas y extorsiones practicadas a compradores de oro y comerciantes de esa localidad del estado Bolívar”, afirmó el titular de Relaciones Interiores.
El presidente Nicolás Maduro adelantó la hipótesis el 8 de marzo. “Las informaciones preliminares que me ha transmitido el Defensor del Pueblo, es que se ha tomado testimonio de un grupo de mineros denunciantes sobre una posible matanza en una guerra de bandas de estas zonas mineras (…) Todo parece indicar que se trata de un grupo paramilitar”.
Preguntas sin respuestas
Las autoridades continúan con las investigaciones, practicando detenciones e identificando a supuestos culpables, mientras tratan de despejar las dudas del caso; sin embargo, muchas y muy complejas preguntas siguen sin respuesta. ¿El gobernador del estado Bolívar, prominente figura del chavismo, desconocía lo que ocurría en Tumeremo? ¿Dónde estaba la Fuerza Armada Nacional? ¿Por qué nadie evitó que grupos delictivos atentaran contra la soberanía nacional y tomaran el control de minas para saquear riquezas naturales? Sobre estos puntos no se ha dicho ni una palabra.
El diputado opositor de la MUD por el estado Bolívar, Américo De Grazia (C), quien preside la comisión especial de la
AN que investiga el caso de los desaparecidos de Tumeremo, ofrece declaraciones a la prensa. (EFE)
Puntos oscuros
El estado Bolívar es una tierra de generales donde abundan los “cabos sueltos”. El general de división retirado del Ejército, Francisco Rangel Gómez, gobierna la entidad desde 2004. Igualmente, el presidente de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) –ente que administra la explotación del oro y otros minerales- es el mayor general Justo Noguera Pietri, y el jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral (REDI) de Guayana es el general José Antonio Benavides Torres. Noguera Pietri y Benavides Torres figuran en la lista de funcionarios venezolanos sancionados por el decreto firmado en 2015 y recientemente prorrogado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Ninguno de esos oficiales se anticipó a la tragedia. De hecho, Rangel Gómez llegó a publicar el 5 de marzo en su cuenta en Twitter: “Una vez más politiqueros irresponsables pretenden generar zozobra en el sur de #Bolívar son FALSAS informaciones sobre mineros asesinados”. A esa hora ya los familiares de los desaparecidos protestaban trancando la principal vía de Tumeremo y el diputado opositor Américo De Grazia denunciaba la masacre en los medios nacionales.
Apenas comenzaban las averiguaciones, cuando el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, salió a librar de toda culpa a la Fuerza Armada Nacional (FAN) en este hecho. “Lamento mucho ver estas groseras acusaciones que se hacen contra los líderes de la Fuerza Armada en un desprestigio sistemático que se hace contra nuestra institución”, reaccionó el general en jefe ante los señalamientos de De Grazia, quien advirtió que cuerpos militares están involucrados en el comercio ilegal de minerales en Bolívar.
En esa misma intervención, Padrino López reconocía que “en el caso de Tumeremo se han hecho denuncias por algunos pobladores de la zona de que se han asesinado, descuartizado y desaparecido, incluso, a compatriotas venezolanos y se ha acusado a la FAN de ser los artífices y en algunos casos cómplices de una aberración como esta”.
De Grazia alertó que enfrenta amenazas de muerte por dirigir las pesquisas desde la Asamblea Nacional. El parlamentario ha declarado que el gobernador Rangel Gómez está involucrado en el negocio de la minería ilegal, y sospecha que los militares tienen “algún nivel de complicidad” con los promotores de esta actividad irregular.
La matanza de Tumeremo ocurre en un momento muy particular. En febrero, el presidente Maduro creó la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (Camimpeg), que mete de lleno a la FAN en unas labores que jamás desarrolló. A su vez, el Gobierno acaba de reactivar el llamado Arco Minero del Orinoco, donde podrían participar más de 150 empresas de 35 países en la explotación de oro, diamante y coltán.
El ministro de Petróleo y Minería, Eulogio del Pino, ha aseverado que “Venezuela puede pasar a tener la segunda reserva de oro más grande del mundo”. En su última visita a Beijing, Del Pino destacó que el Arco Minero “representa un extraordinario potencial para China”. “Venezuela tiene una de las riquezas mineras más grandes del mundo, y empresas chinas ya han firmado con nosotros acuerdos de certificación de reservas”, acotó.
No obstante, como dejó en evidencia la masacre de Tumeremo, algunas de esas zonas del Arco Minero están bajo el dominio de bandas criminales. “Me pregunto ¿Tendrá que ver (el asesinato de las 17 personas) con una limpieza del área exigida por las transnacionales? No sé, pero estoy horrorizado”, confesó De Grazia, lanzando al aire otra interrogante difícil de contestar.
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