El oscurecimiento de la piel ubicada alrededor de los ojos, que conocemos comúnmente como ojeras, es un trastorno identificado clínicamente como hipercromía idiopática del anillo orbitario.
Se trata de una alteración en la coloración de la piel de esa zona del rostro que impacta negativamente nuestra apariencia, haciéndonos lucir cansados y poco saludables.
Este cambio de color de la piel que sigue la anatomía del músculo orbicular de los ojos suele ser resultado de la producción excesiva de melanina y de la dilatación de los capilares próximos a la superficie de la piel, y afecta por igual a hombres y mujeres.
La piel del contorno de los ojos es cuatro veces más fina que la del resto de la cara, mide apenas entre 300 y 800 micras, tiene muy pocas glándulas sebáceas y se distiende muy fácilmente, esto hace más visible la presencia de los vasos sanguíneos en un área donde 22 músculos periorbitales se encuentran en permanente actividad.
Es por ello que ante cualquier alteración se generan esas temidas manchas oscuras bajo los ojos que, dependiendo del color y grosor de la piel, pueden lucir verdosas, azuladas o violáceas.
Manchas inofensivas
Si bien no representan un problema médico, resultan molestas y antiestéticas, pero todos estamos expuestos considerando el impacto en la piel de ciertos agentes externos como la polución, el tabaco y el alcohol, y al hecho de que con el paso de los años la superficie cutánea se hace más fina, y por ende, delicada.
El cansancio; la falta de sueño responsable de la dilatación de los vasos sanguíneos; una alimentación desbalanceada; la edad; algunas enfermedades; las alergias; las alteraciones hormonales y la retención de líquido, pueden ser responsables por la aparición temporal o permanente de las ojeras.
Otra razón es la pérdida de volumen de la grasa periorbital, es decir la que se localiza alrededor de los ojos, esto provoca una ligera depresión que hace más visible las ojeras. Adicionalmente, estos surcos generan con el paso del tiempo un problema adicional, pues son la base de las temidas “bolsas” que agravan la imagen cansada del rostro.
En estas “bolsas” bajo los ojos aparecen con la edad y confirman problemas como la retención de líquido, además de convertirse en depósitos de grasa. Aunque pueden mejorarse con tratamientos tópicos, solo se corrigen de forma definitiva con cirugía.
Según su origen
Aunque las ojeras se consideran un fenómeno fisiológico con fluctuación diaria, lo cierto es que se trata de un trastorno de origen multifactorial en el que se combinan factores anatómico-estructurales que incluyen la traslucidez de la piel y la vascularización superficial.
En consecuencia, estas manchas alrededor de los ojos se han clasificado según su origen en tres grandes grupos. El primero, el más común, incluye las ojeras por cansancio, causadas por la falta de descanso y sueño, así como por la alteración en los patrones de alimentación, y una hidratación insuficiente. Estas se combaten fácilmente manteniendo un estilo de vida sano.
Luego están los casos de carácter hereditario pues se ha demostrado que una pigmentación mayor de lo normal obedece a factores genéticos, esto explica por qué personas de ciertas razas tienden a desarrollar ojeras. Estos casos son difíciles de tratar y la mayoría de las veces no se pueden eliminar.
Y finalmente, está el grupo de las ojeras causadas por alergias, eczema, o problemas conjuntivos. Estas se producen generalmente cuando la exposición o ingesta de algún factor alérgeno provoca la congestión de los vasos sanguíneos localizados alrededor de los ojos, así como por la irritación en la parte baja de los ojos.
Problema con solución
Si bien en algunos casos se trata de huellas permanentes, la tecnología permite corregir la mayoría de los casos de hipercromía idiopática del anillo orbitario a través de fármacos, procedimientos clínicos y medicina natural.
La aplicación en la zona afectada de hielo, bolsitas de infusiones y pepino, por ejemplo, han demostrado una cierta efectividad para reducir la inflamación y mejorar la condición general de la piel, aunque se trata de un remedio temporal.
Pero más allá de los remedios caseros, los especialistas recomiendan reforzar la vascularización con cremas hidratantes y antioxidantes que tengan además una acción despigmentante. También son altamente recomendados todos aquellos productos que permiten descongestionar la piel y estimular la circulación en el rostro.
Ahora bien, entre los tratamientos que se aplican hoy en día destacan: el drenaje linfático manual, pues ayuda a permeabilizar la zona y drenarla; los peeling químicos de acción despigmentante; y los rellenos con distintas sustancias para combatir la pérdida de volumen de la grasa periorbital.
Estos procedimientos generalmente se refuerzan con mesoterapia facial para mejorar la hidratación y regeneración celular de la piel. Finalmente, en los casos más graves, la cirugía, es la mejor opción.
Recomendaciones para combatir las ojeras
Disminuya la sal en su dieta y consuma todos los días en ayunas un poco de perejil fresco para combatir la retención de líquidos.
Descanse lo suficiente y aliméntese bien.
Eleve la cabeza al dormir para ayudar al drenaje de líquidos en el área.
Aplíquese diariamente protector solar en el rostro.
Use gafas de sol para que los músculos palpebrales trabajen menos.
Evite frotarse los ojos.
No olvide que ciertos remedios caseros contribuyen a mejorar la microcirculación, tal es el caso de las compresas frías de té o manzanilla.
