lunes 20  de  enero 2025
OFTALMOLOGIA

Lentes de contacto: Corrigiendo nuestro enfoque

MIAMI.- Aproximadamente 125 millones de personas en el mundo usan habitualmente este sistema de corrección visual y el 29% de ellos son estadounidenses

MIAMI.- BELÉN GONZÁLEZ
Especial

Los lentes de contacto son discos plásticos delgados y transparentes que se colocan en la superficie del ojo, específicamente sobre la capa lagrimal, a fin de corregir defectos de visión como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo o la presbicia.

Se les considera una alternativa segura y eficaz al uso de anteojos convencionales, por eso millones de personas en el mundo los usan habitualmente, a pesar de que estos dispositivos son bastante delicados y requieren un mantenimiento específico.

Los también llamados lentillas o pupilentes, tienen su origen en los experimentos de Leonardo da Vinci, quien en 1508 descubrió que hundiendo la cabeza en un recipiente de cristal con agua era posible modificar la visión. Más de un siglo después, específicamente en 1636,  René Descartes diseñó un dispositivo interesante: un tubo con una curvatura semejante a la de nuestra córnea.

Pero no fue sino hasta el año 1887, que el alemán F.A. Muller desarrolló lo que se considera el primer acercamiento a lo que hoy conocemos como lentillas. Al siguiente año, el médico Adolf Eugen Fick y el óptico Edouard Kalt dieron un paso más allá, al crear una versión en vidrio que resultaba pesada e incómoda, por lo que el merito de fabricar los primeros lentes cornéales de metacrilato para corregir los defectos visuales, a quien corresponde es a Kevin Tuohy, quien lo hizo posible en 1948.

Variedad de estilos

Los lentes de contacto se clasifican en dos grandes grupos: los duros y los blandos. Los primeros pueden ser rígidos o permeables al gas, se fabrican con plástico y otros materiales como la silicona o los fluoropolímeros, y a pasar de su densidad, permiten un libre flujo de oxígeno alrededor de la córnea. Generalmente se recomienda su uso en pacientes con problemas de alergias.

Por su parte, los lentes de contacto blandos, resultan más cómodos y manejables, siendo los más usados. Estos se encuentran en el mercado en versiones como los de uso diario que se remueven cada noche y que resultan la opción más económica; los de uso prolongado, que se mantienen durante la noche, pero se remueven al menos una vez por semana para una limpieza a fondo.

Están también los lentes desechables, más costosos pero prácticos, se sustituyen según sea el caso a diario, semanal o mensualmente. Otra categoría son los cosméticos o decorativos, que permiten cambiar el color de los ojos, su uso también depende de una revisión médica ya que pueden causar lesiones, infecciones e incluso pérdida de la visión.

Y una categoría especial, y sorprendentemente efectivo son los lentes de contacto bifocales o multifocales, disponibles en versión blanda y gas permeable. Estos permiten corregir problemas de miopía, hipermetropía y astigmatismo en combinación con la presbicia.

Asunto de cuidado

Si bien millones de personas corrigen sus problemas visuales con lentes de contacto, existen ciertas contraindicaciones que podrían calificarlo negativamente como candidato para usarlos, tales como las infecciones frecuentes de los ojos, las alergias severas, los ojos secos y la incapacidad para manejar y cuidar estos dispositivos.

El ojo humano es sumamente  delicado, y por ende, especialmente susceptible a cualquier infección, especialmente cuando se  manipula constantemente y se usa este tipo de lente, es por ello que el cuidado y mantenimiento de los mismos es de vital importancia.

En este sentido, la Academia Americana de Oftalmología, la Asociación de Lentes de Contacto para Oftalmólogos, la Sociedad de la Córnea y la Sociedad Americana de Cataratas y Cirugía Refractiva, sugieren seguir al pie de la letra las instrucciones prescritas por un profesional de la visión.

La forma en que usted manipula sus lentes de contacto es determinante para evitar cualquier tipo de problemas, recuerde tanto al colocarlos como al removerlos debe lavarse y secarse  perfectamente las manos, pues una buena higiene ayuda a eliminar gérmenes que pueden causar infecciones.

No use el lente si sus ojos están irritado o estos le generan alguna incomodidad, y tenga siempre presente que los dispositivos viejos o que no se ajusten adecuadamente pueden causar escoriaciones en la córnea o crecimiento irregular de vasos sanguíneos en el área, por lo que su uso y características deben revisarse regularmente.

No en vano el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos advierte en su informe “Morbidity and Mortality Weekly Report” que un cuidado y uso inadecuado de los lentes de contacto puede llegar a producir ceguera, al generar una queratitis, una inflamación que afecta a la córnea y que produce un intenso dolor ocular, enrojecimiento, lagrimeo y fotofobia.

Consejos importantes

Antes de manipular sus lentes de contacto, lávese las manos con agua y jabón.

Siga las instrucciones específicas de limpieza y almacenamiento de sus lentes.

Durante la limpieza, frote sus lentes con los dedos y luego enjuáguelos con la solución indicada por su médico.

No enjuague sus lentes con saliva, esta no es una solución estéril.

No use soluciones salinas o gotas humectantes para desinfectar sus lentes.

Enjuague regularmente el estuche de sus lentes de contacto con solución fresca, no con agua, y luego deje que la caja vacía se seque al aire libre.

Mantenga el estuche limpio y reemplácelo al menos una vez cada tres meses. Estos pueden ser una fuente de contaminación e infección.

Use y reemplace sus lentes de contacto de acuerdo al período prescrito por su profesional de la visión.

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