CARACAS.- CLARA FRANCO/ ELIANA PANTOJA
Especial
Twitter y Facebook sirvieron una vez más de escenario para una serie de acontecimientos que develan la aguda crisis política y social del país. En esta oportunidad se trató de una trama sobre el secuestro de niños que presuntamente ocurría en las afueras de los colegios.
Los rumores comenzaron el lunes, pero tuvo su punto más álgido en la tarde del martes, cuando grupos de motorizados tomaron en Caracas la autopista Francisco Fajardo a la altura del Distribuidor Altamira, municipio Chacao, y las populosas calles de la zona conocida como Petare, municipio Sucre. Aseguraban que habían secuestrado varios niños en Petare y que supuestamente dos habían aparecido muertos y sin sus órganos.
Cerca de las tres de la tarde, el subdirector del Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas (CICPC), Douglas Rico, dijo a través de su cuenta Twitter (@DouglasRicoVzla): “RESPONSABLEMENTE INFORMO: Es falso el rumor de SECUESTRO de niños tanto en el Área Metropolitana de Caracas como en el interior del País”.
Lo propio hizo el alcalde de Sucre, el opositor Carlos Ocariz, pero tres horas más temprano. En su cuenta Twitter (@CarlosOcariz) se podía leer: “Informamos: ni en @polisucre_pms ni en la División del CICPC Sucre se han recibido denuncias formales de plagio de niños. Estamos atentos!”.
Periodistas de diversos medios corroboraron que el tema de los secuestros era una “leyenda urbana”, cocinada al calor de las redes sociales.
Habla el presidente
El asunto tomó un tono más oscuro cuando en la noche de ese día apareció el presidente Nicolás Maduro en cadena obligatoria de radio y televisión. Con un semblante de espanto, el mandatario hacía la insólita narración del caso de una madre que sí había denunciado el secuestrado su hijo: “Inmediatamente ordené que todos los organismos, SEBIN, CICPC, PNB, se coordinaran y se movilizaran con todo el poder policial nacional, regional y del Estado, a atender este asunto (…). Descubrieron que el niño, afortunadamente y gracias a Dios, estaba en la guardería adonde lo había llevado su padre (…). E inmediatamente la Fiscalía, al constatar eso frente a la persona que hacía la denuncia, esta persona comenzó a hablar y a declarar de qué se trataba este asunto”.
Maduro aseguró que a la mujer “le ofrecieron un millón de bolívares. Le pagaron varios miles, tenía encima 18.000 bolívares en efectivo. Su objetivo era, hasta ahora (…), crear zozobra”. Pero fue más allá y concluyó que se trataba de una “campaña criminal” para desestabilizar al país, ejecutada nada menos que por el alcalde de Sucre, Carlos Ocariz, y al partido Primero Justicia.
Para concluir, acusó al analista venezolano radicado en Miami Juan José (JJ) Rendón como el autor intelectual de la maniobra: “¿Se acuerdan de la campaña (…) que bandas criminales le estaban cortando y rapando el coco a las mujeres? (…) ¿Se acuerdan que CNN en Español encabezó esa campaña? Detrás de esa campaña estaba el mismo dirigente de la oposición venezolana coordinador del eje antivenezolano Bogotá-Miami, J.J. Rendón. Está detrás de esta campaña. Y vamos a requerirlo con todo el poder del Estado. Y voy a pedir el apoyo de Colombia y todos los gobiernos del continente para que nos entreguen a este criminal”.
“Pica y se extiende”
El jueves, la fiscal general de la república, Luisa Ortega Díaz, expresó en su programa de radio semanal a través de Unión Radio que era necesario avanzar en la regulación de las redes sociales en Venezuela, para evitar rumores como los del rapto de menores en Caracas. Destacó que no se trata de “coartar la libertad de expresión”, sino de regular la conducta del hombre en sociedad.
A un día de la cadena presidencial, Ortega informó que una ciudadana de nacionalidad ecuatoriana recibió dinero de tres personas para poner a correr el rumor de que su hijo había sido secuestrado cerca de un colegio en Chacao.
Nuevas detenciones de opositores, como pronosticó Maduro, podrían estar a punto de ocurrir e, incluso, el Gobierno podría avanzar en el control de las redes sociales.
