Este 2016 que llega es uno al que le pido muchos deseos deportivos, algunos que parecen imposibles pero que espero se cumplan, al menos uno, para tener satisfacciones en esta ciudad que nos cobija, que más que una ciudad -Miami- es toda una comunidad bien diversa, el sur de Florida.
Comienzo con los Marlins de Miami, nuestro equipo de béisbol instalado en un flamante parque de pelota en la Pequeña Habana, gracias a la bondad de los votantes del Condado Miami-Dade. Para ellos solo pido un poco de suerte. Si, suerte, para ver si un día de estos dan con la tecla ganadora y vuelven a los playoffs, en los cuales no están desde 2003, cuando ganaron su segunda Serie Mundial.
Suerte para que los canjes y contratos que hagan les funcionen y que Don Mattingly y Barry Bonds los saquen de la mediocridad permanente en que se encuentran desde hace más de diez años.
Y si esa suerte no funciona, pues que Bonds y Mattingly se pongan a jugar, a ver si al menos podemos tenerlos como peloteros estrellas que fueron en su momento.
¿Será mucho pedir esto último? Tiempo al tiempo…
Pasemos a los Dolphins, mis Dolphins, que siguen siendo el único equipo que ha ganado una temporada perfecta y que es la insignia de la historia del equipo.
A diferencia de los Marlins, los Dolphins sí han gastado constantemente su dinero buscando jugadores y tratando de mantener a los propios, pero las decisiones no han sido las mejores y el equipo no ha estado en la postemporada desde el 2008 y en este siglo 21 ha sido un equipo de resultados mediocres.
Esa es la cruda realidad de la franquicia que más tiempo ha estado instalada en el sur de Florida y que ha sido el bastión deportivo de siempre. Ahora falta que le funcionen los cambios que vienen con el fin de otra temporada sin viaje a los playoffs y que la reestructuración sea efectiva.
A ellos les deseo sabiduría para poder colocar en el lugar que se merecen a uno de los equipos históricos de la NFL.
Con el Heat de Miami ando más tranquilo. Desde hace 20 años, con la llegada de Pat Riley, el equipo que juega en el Downtown ha sido uno de lujo, con tres campeonatos de la NBA y siempre mejorando, avanzando y reconstruyéndose. Yo solo le pido salud, mucha salud a Riley para que siga guiando a este equipo, junto a la familia Arison, y que les permita volver a tener a un quinteto ganador de títulos en la AAA Arena, lugar de mucha historia en nuestra ciudad.
Riley, por favor, no te vayas… Al menos no por ahora…
Con los Panthers, de la NHL, sueño con que vuelvan a los playoffs y que la buena intención que han mostrado con la comunidad hispana les dé buena suerte para convertirse en un equipo ganador. No importa si el hockey no es un deporte muy popular entre nosotros. Aún recuerdo a mediados de los años 90 a aquél equipo que discutió la Stanley Cup y la fiebre que se vivió en la vieja Miami Arena.
A ellos les pido que sigan buscando apoyo entre nosotros, que les vamos a dar muy buena suerte…
Para los fans del futbol, el deseo es que Lio Messi y Cristiano Ronaldo sean eternos para mantenernos entretenidos y que la discusión deportiva sobre quién es el mejor nunca se acabe.
Finalizo con mis deseos para los boxeadores cubanos. A ellos les deseo que aprendan a entender el negocio del boxeo profesional, que sus manejadores los lleven por buenos caminos y que sean muy exitosos.
Al final, no sé si todos estos deseos se me van a cumplir, pero con uno solo que se haga realidad me doy por bien servido y espero les traiga satisfacción a todos esos fanáticos de los deportes en Miami que viven sus emociones a todo dar.
Señor 2016, escuche mis plegarias y ayúdenos a soñar en este sur de Florida tan deportivo.
Ahí veremos.