MIAMI.- REDACCIÓN WEB/DLA
MIAMI.- Khadafi, paranoico, no dejó que le colocaran anestesia general, ante el miedo de que lo dejaran morir en la intervención.
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Según publica el medio web Infobae, el médico cirujano brasileño Liacyr Ribeiro, quien hiciera una cirugía plástica al dictador Muammar Khadafi en 1994, dio a conocer detalles de lo que vivió y de las excentricidades del depuesto dictador libio.
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El especialista había sido invitado ese año a un encuentro mundial de cirujanos en Trípoli, capital libia, cuando el organizador del Congreso Árabe de Cirugía Plástica le solicitó, al segundo día del evento, “atender a un amigo”, pedido al cual accedió, sin imaginar de quién se trataba.
A partir de allí, fue trasladado en un automóvil que era conducido por el propio ministro de Salud de Libia. Tras el viaje, se encontró con el propio Khadafi en persona, quien le dijo: “usted me tiene que operar”.
Infobae presenta declaraciones de lo que sentía el galeno en ese trance: "Tenía mucha prisa. Y yo no sabía qué me iba a pasar ¡Era el dueño del país! ¡Podían hacer conmigo lo que quisiera!". El líder libio sabía lo que quería y lo más insólito, lo quería de inmediato. Valiéndose de su experiencia, el médico lo convenció de lo perjudicial que podría ser intervenirlo sin la preparación requerida, y el dictador accedió a que la intervención se practicara un año después, en 1995.
Khadafi estaba consciente cuando fue operado
"Había algo desagradable en operar a alguien así. Si algo sale mal: ¿saldré vivo de aquí? Existen varias historias sobre cirujanos de reyes a los que han matado después de la operación, para que no trascienda", cita Infobae a Ribeiro, quien recordó que operó al dictador asesinado en 2011, en un quirófano privilegiado, mejor a muchos a los que ha visitado en el mundo, habilitado en un hospital secreto, ubicado en el nivel subterráneo de la residencia del dictador.
Khadafi, paranoico, no dejó que le colocaran anestesia general, ante el miedo de que lo dejaran morir en la intervención. Tras constatarse el éxito de la operación, por la cual recibió un pago que le permitió comprar un auto de lujo, dejaron ir al médico a los diez días. No obstante, lo volvieron a contactar en 2010. En esa oportunidad, Ribeiro no asistió a ocuparse de los caprichos estéticos del polémico mandatario.