Natalia Gómez del Campo
ESPECIAL
Silvia Cunio se reencontró con sus hijos David y Ariel, ambos entre los últimos rehenes vivos que tuvieron el privilegio de regresar a casa
Natalia Gómez del Campo
ESPECIAL
ISRAEL. - Después de dos años de verse sumida en una pesadilla, Silvia Cunio está más que lista para celebrar la vida. Razones le sobran a esta madre argentina israelí que hace poco más de dos años vio como Hamás atacó y secuestró a siete de sus familiares en el kibutz Nir Oz en Israel el 7 de octubre de 2023.
Hoy Cunio aplaude el regreso a casa de dos de sus hijos secuestrados, David y Ariel Cunio, ambos entre los últimos rehenes vivos que fueron liberados el 13 de octubre del 2025, gracias al acuerdo de alto de fuego. A finales de noviembre, su familia tuvo otra razón para dar gracias: el nacimiento de una bebé, su nieta que añadió una rama más al árbol genealógico de los Cunio.
Aun así, lo que su familia ha vivido para llegar hasta el día de hoy está a flor de piel. El 7 de octubre, terroristas quemaron la casa de su hijo David con seis personas adentro. Cuando David sacó a su familia por la ventana, Hamas se llevó a David, su esposa Sharon, la hermana de su esposa Danielle, y sus dos hijas de 3 años.
En el día 49 de guerra, liberaron a Danielle, la nuera de Silvia Cunio. El día 53 liberaron a Sharon Cunio con sus dos hijas. En ese tiempo es cuando su mamá dice que bajaron a David a los túneles de Hamas.
“Estuvieron tres horas llorando juntos, mi nuera y mi hijo, porque se iban a separar y no sabían cuándo se iban a volver a ver,” nos dijo Cunio.
Ariel estuvo en cautiverio también más de dos años, y Hamas también secuestró a su novia Arbel. En junio, le llegaron noticias a Silvia de que su hijo Ariel estaba malherido por ataques israelíes.
“Las cosas que se te pasan por la cabeza son impresionantes”, dijo Cunio, explicando lo que sintió después de recibir esa noticia.
Cunio pasó esos dos años como activista, compartiendo la historia de su familia y sus hijos. Pero también fueron dos años difíciles para ella y su familia.
“Era un cansancio eterno no poder dormir, y así era mi vida hasta que volví a respirar”, dijo Cunio.
Cunio no estuvo sola en este sentimiento. La doctora Einat Kaufman, una psicóloga profesional israelí, dice que la gente de Israel todavía no está “en el momento de sanar”. Mientras sigan en guerra, dice Kaufman que “todo el tiempo estamos con el pensamiento en lo que va a pasar hoy o mañana”.
Para Cunio, cada día que pasaba era un número. Finalmente, en el día 738 de la guerra, liberaron a sus hijos. Primero los vio por llamada de video, una llamada que llenó a David de aprehensión ya que no quería saber quien de su familia estaba vivo y quien no.
“Buuu”, la sorprendieron sus dos hijos después de dos años sin ver a su mamá, en el centro de reunión de los familiares con los secuestrados, en el kibutz Re'eim.“Esas ideas son de David”, dijo Cunio.
En adición a sus papás, por fin se pudieron reunir con su familia entera, incluyendo parejas: David con su esposa e hijas, y Ariel con su novia. También se reunieron con sus otros dos hermanos, Eitan y Lucas.
Cunio noto cómo habían cambiado sus dos hijos, física y emocionalmente. David llegó a pesar 48 kilos, y los dos tuvieron muchas infecciones. Aunque sus hijos no han platicado mucho sobre lo que pasaron en cautiverio, David ha contado pocos detalles. Dijo que tuvo que construir su propia tumba y le pusieron un arma en la cabeza y un cuchillo al cuello.
Poco a poco, están tratando de regresar a la normalidad. Aunque todavía sus hijos no trabajan, el Estado de Israel les da tratamiento de salud mental a ellos y a la familia. David está volviendo a conectar con su hija chiquita otra vez, porque ella también sufre de reacciones de histeria después de haber pasado tiempo secuestrada.
La doctora Kaufman dice que el estrés postraumático, o conocido como PTSD, empieza después de seis meses de un evento traumático y es para la vida. Dice que la gente en países que están en guerra está actualmente en la etapa de trauma, entonces muchas de esas personas viven con trastorno agudo de estrés (ASD, conocido por acute stress disorder).
Aunque dice Cunio que ha cambiado su relación con sus hijos, no ha cambiado la dinámica unida de su familia entera. Decidieron todos no regresar a su antiguo kibutz porque viene con muchas memorias traumáticas. Ahora la mayoría vive en departamentos proporcionados por el gobierno israelí. Hasta ahora, casi toda la familia Cunio tiene planes de irse a vivir a otro kibutz.
Cunio dice que le contará a su nueva nieta , que nació durante esta entrevista, todo lo que pasó su familia. También le transmitirá su deseo al nuevo eslabón de la familia: “Que haya paz y que no haya guerras y que haya un ejército, por supuesto, pero que no haya guerras. Que trate de servir a la humanidad. Que sea una persona noble”.
La autora de este texto, Natalia Gómez del Campo, es estudiante de la Universidad de Missouri
