MIAMI.- Hong Kong, el tigre asiático mayor, que emergió como potencia por su vertiginoso desarrollo y esplendor urbanístico de altos edificios a principios de los años 1990, cumple 25 años de control chino, bajo estrictas órdenes y vigilancia de Pekín.
Daiyú tenía 20 años el 1 de julio de 1997 y recuerda cómo la gente agitaba banderitas rojiblancas para celebrar el fin de la colonia británica, bajo el lema prometido de “un país, dos sistemas”.
Hoy, traductora de varios idiomas, Daiyú vive en Polonia.
“No sé si volveré. Mi esposo tampoco sabe si volverá. Allí todo es diferente ahora. Incluso diferente a hace tres años, cuando pudimos protestar y pedir democracia”, manifestó vía WhatsApp.
Antecedentes
En 2019, cientos de miles de hongkoneses, mayormente jóvenes, salieron a las calles para protestar la inminente invasión del Ejército de Pekín que discrepaba de la promulgación de leyes autonómicas en Hong Kong.
Entonces, la ciudad país, con más de 7.4 millones de habitantes, celebró elecciones legislativas que conllevaron a una aplastante victoria del movimiento prodemocrático, que resultó ser una vergüenza para el gobernante Partido Comunista.
“A partir de entonces, Pekín optó por cambiar las cosas desde la presidencia, con órdenes y leyes específicas que juzgan y castigan a quienes promulguen o traten de promulgar leyes contrarias a su voluntad”, argumentó Daiyú.
La Ley de Seguridad Nacional que impuso Pekín al territorio hongkonés en 2020 acabó con las protestas y la independencia de los medios de comunicación.
Se impusieron tantas penas a los derechos y libertades que, según sus críticos, pusieron fin a la práctica al principio de “un país, dos sistemas”.
Elecciones
Hong Kong vuelve a celebrar elecciones legislativas estos días, pero muy diferentes a las de 2019: Pekín dictó una nueva ley electoral que mantiene fuera del poder político a cualquiera que China considere "antipatriótico".
Seamos honestos. Hong Kong, una antigua colonia británica, nunca tuvo una democracia plena. Pero cuando volvió al dominio chino en 1997, se le prometió un alto nivel de autonomía y libertades civiles.
La última vez que se celebraron elecciones en Hong Kong, en medio de protestas antigubernamentales en 2019, los candidatos a favor de la democracia obtuvieron 17 de los 18 consejos de distrito.
“Esta vez, ningún representante que defienda públicamente la democracia se puede presentar a elecciones”, subrayó Daiyú desde Polonia.
Muchos de los activistas democráticos están en prisión o en espera de juicio. Otros renunciaron a la política por miedo u optaron por salir al exilio.
Mirar al otro lado
Entretanto, el mundo mira atónito la sucesión de hechos y aunque critica, poco o nada hace para castigar o persuadir a China.
Hay quien sigue creyendo que el acuerdo entre los británicos y los chinos, de transferir el territorio de Hong Kong a Pekín bajo ciertas reglas de autonomía, fue bueno.
“El concepto era brillante”, apuntó el último gobernador británico, Chris Patten, en conversación con un grupo de periodistas desde su residencia en Londres.
“Originalmente, (el gobernante chino) Deng Xiaoping lo había pensado para Taiwán. Pero (el actual gobernante chino) Xi Jinping lo ha destrozado”.
No en balde, nadie cree a los chinos. Ni quienes se lucran de su mano barata y productos económicos.
Hace 25 años la esperanza era que “Hong Kong inspiraría a China de forma positiva” y acercaría al régimen de Pekín a los valores democráticos occidentales. “Pero ocurrió todo lo contrario”, apuntó Patten.