La ofensiva rusa se acercaba el miércoles a la sede del gobierno de Ucrania con ataques de misiles y artillería contra torres de apartamentos en Kiev, que dejaron edificios en llamas y humaredas sobre la capital y sus suburbios.
La ofensiva rusa se acercaba el miércoles a la sede del gobierno de Ucrania con ataques de misiles y artillería contra torres de apartamentos en Kiev, que dejaron edificios en llamas y humaredas sobre la capital y sus suburbios.
Las fuerzas rusas redoblaron su bombardeo sobre ciudades ucranianas como la asediada Járkiv y el cercado puerto de Mariúpol, agravando el coste humanitario de la guerra.
Pero también la actividad diplomática ganó impulso.
Los negociadores rusos y ucranianos acordaron reunirse de nuevo el miércoles tras una cuarta ronda de conversaciones que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, describió como “más realista” que encuentros previos. Pidió paciencia mientras los funcionarios se preparaban para volver a la mesa de negociaciones.
Entre tanto, Zelenskyy esperaba hacer una inusual petición directa a los miembros del Congreso de Estados Unidos, un intento de recabar más apoyo occidental contra la demoledora invasión rusa.
A continuación, algunas claves sobre el conflicto:
Una nube de humo se elevaba sobre el oeste de Kiev luego de que la metralla de un proyectil de artillería impactara en un edificio de apartamentos de 12 pisos en el centro de la capital de Ucrania, destruyera la última planta y causara un incendio, según un comunicado e imágenes distribuidas por la agencia de emergencias de la ciudad.
La agencia reportó dos víctimas, sin indicar si eran muertos o heridos.
Las grandes llamas y las nubes de humo que han envuelto varias torres de apartamentos en Kiev en los últimos días apuntaban a una posible nueva fase en la guerra y acabaron con la sensación de calma que había regresado a la capital tras el avance inicial ruso.
Los combates continuaron en los suburbios de Kiev y privaron a miles de personas de agua potable y calefacción. Las tropas rusas intentaban cortar las rutas de suministro a la ciudad antes de un asalto más amplio, según un funcionario local.
Un ataque aéreo ruso en la localidad de Markhalivka, al suroeste de la capital, destruyó apartamentos residenciales, según las autoridades. La extensión de los daños seguía sin estar clara.
Rusia ocupa ahora la ciudad de Ivankiv, 80 kilómetros (50 millas) al norte de Kiev, y controla la región circundante en la frontera con Bielorrusia, según las autoridades locales.
Un aluvión incesante castigó la región nororiental de Járkiv, cerca de la frontera con Rusia y que ha sufrido bombardeos reiterados. Fuerzas ucranianas seguían frustrando la incursión rusa al corazón de la ciudad, según las autoridades.
Mientras tanto, explosiones atronadoras resonaban en torno a Jersón, un estratégico puerto en el Mar Negro, y cerca de una estación de tren en la región de Zaporiyia.
La región “está al borde de una catástrofe humanitaria”, advirtió la oficina de Zelenskyy.
En el sureste, unos 28.800 civiles escaparon del puerto cercado de Mariúpol a través de varios corredores humanitarios, según dijeron el martes por la noche autoridades municipales.
La evacuación exitosa de miles de vehículos se produjo a pesar de que las fuerzas rusas redoblaron sus ataques sobre la ciudad costera, donde cientos de miles de civiles han luchado por sobrevivir sin comida, agua ni calefacción. Tropas rusas tomaron el martes por la noche el mayor hospital de la ciudad y retuvieron como rehenes a cientos de personas en el edificio, según un funcionario regional.
De nuevo, las caravanas humanitarias no pudieron llegar hasta Mariúpol debido a los ataques rusos, aunque lograron entregar ayuda y establecer corredores de evacuación desde la región nororiental de Sumy.
En total, más de 3 millones de refugiados han huido de Ucrania, según Naciones Unidas, en la crisis de refugiados más grande de Europa desde la II Guerra Mundial.
En el caos y la destrucción de la asediada Járkiv, los médicos luchan por atender a los pacientes de COVID-19 mientra las bombas siguen cayendo.
Las sirenas antiaéreas se oyen varias veces al día en el Hospital Clínico Regional de Enfermedades Infecciosas de Járkiv, obligando a los frágiles pacientes, algunos conectados a respiradores, a acudir al improvisado refugio antiaéreo.
“Los bombardeos ocurren desde la mañana a la noche. Gracias a Dios, ninguna bomba ha alcanzado aún nuestro hospital. Pero podría ocurrir en cualquier momento”, contó a The Associated Press su director, el doctor Pavel Nartov.
Los líderes de tres países europeos, Polonia, República Checa y Eslovenia, se arriesgaron el martes en un viaje en tren a la asediada capital ucraniana para expresar su apoyo al país. Se reunieron con Zelenskyy y expresaron su esperanza de que Ucrania se uniera algún día a la Unión Europea, mientras en el exterior ardían los escombros provocados por ataques rusos.
Estaba previsto que tras la intervención a distancia de Zelenskyy en el Congreso de Estados Unidos, el presidente Joe Biden anunciara que Estados Unidos enviaría nueva asistencia militar a Ucrania por valor de 800 millones de dólares, según un funcionario de la Casa Blanca. La suma incluía dinero para armas antiblindaje y defensa antiaérea, y elevaría a mil millones de dólares el total anunciado tan solo en la última semana.
Biden también tenía previsto viajar a Europa la próxima semana para reunirse en persona con líderes europeos y hablar de la invasión rusa, y asistirá a una cumbre extraordinaria de la OTAN en Bruselas. La OTAN ha reforzado su flanco oriental con tropas y equipamiento para disuadir a Rusia de invadir a cualquiera de sus miembros.
En todo el mundo, diferentes gobiernos seguían tomando represalias contra Moscú por su invasión. Estados Unidos perseguía activos de oficiales militares rusos en una nueva ronda de sanciones. La UE sancionó al propietario del club de fútbol Chelsea, Roman Abramovich, y anunció nuevas medidas para vetar los productos de lujo a los oligarcas rusos.
FUENTE: Con información de AP