lunes 9  de  septiembre 2024
Israel

Netanyahu se reúne con Trump bajo mucha presión interna

Netanyahu está bajo presión en su país para que aproveche la nueva coyuntura para autorizar sin ataduras la construcción de asentamientos en Cisjordania y alejarse de una solución de dos Estados para resolver el conflicto

TEL AVIV.- El viaje que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, realizará esta semana a Washington para reunirse con el presidente Donald Trump podría cambiar las reglas del juego en las relaciones entre Estados Unidos e Israel. Por lo menos, es lo que cree el poderoso sector derechista de la política israelí.

Mientras que el nuevo inquilino de la Casa parece estar menos interesado que sus antecesores en convertir el prolongado conflicto israelo-palestino en uno de los ejes de su política exterior, Netanyahu está bajo presión en su país para que aproveche la nueva coyuntura para autorizar sin ataduras la construcción de asentamientos en Cisjordania y alejarse de una solución de dos Estados para resolver el conflicto.

"Si Trump y Netanyahu mencionan en su declaración conjunta su compromiso de permitir el establecimiento de un Etado palestino (...), todos sufriremos las consecuencias", afirmó el ministro israelí de Educación, Naftali Bennett, la noche del sábado.

En este contexto, Bennett y el ministro de Justicia, Ayelet Shaked, contribuyeron la semana pasada a que se aprobara una controvertida ley que legaliza la construcción de asentamientos irregulares mientras que Netanyahu estaba realizando una visita diplomática a Londres.

Según medios israelíes, Netanyahu había pedido que la ley no fuese introducida en el Parlamento antes de su reunión con Trump en Washington este miércoles para que pudiera coordinar su política con el nuevo presidente estadounidense.

El domingo, el jefe de Gobierno israelí enfrió las excesivas expectativas respecto a su encuentro con Trump al subrayar que solo una "política responsable y ponderada" puede reforzar los vínculos entre Estados Unidos e Israel.

La ley sobre los asentamientos, junto con la construcción de más de 5.000 viviendas en Cisjordania aprobada durante el primer mes de la presidencia de Trump, indujeron a la Casa Blanca a avanzar una reacción que ha preocupado a quienes en Israel recibieron con los brazos abiertos al nuevo presidente estadounidense.

"No soy alguien que crea que la expansión de esos asentamientos sea algo bueno para la paz", dijo Trump en una entrevista con el periódico israelí "Hayom" menos de una semana antes de su encuentro con Netanyahu, a pesar de que el probable futuro embajador de Estados Unidos en Israel, David Friedman, es conocido como acérrimo defensor de las colonias judías en territorio palestino.

La nueva Administración estadounidense ha dejado claro que no está dispuesta a articular una nueva política hacia Israel hasta después de la visita de Netanyahu, dijo el ex embajador estadounidense en Israel Dan Shapiro en una entrevista con el diario "Jewish Insider".

Trump, en la entrevista publicada el viernes, también restó firmeza a su decisión de trasladar la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén al afirmar que está evaluando este asunto "muy seriamente".

Netanyahu, por su parte, también ha dirigido su batería contra Irán y contra el acuerdo nuclear pactado en julio de 2015 entre Teherán y las grandes potencias mundiales.

"Saludo la insistencia del presidente Trump en imponer nuevas sanciones a Irán", afirmó Netanyahu tras reunirse la semana pasada con la primera ministra británica, Theresa May, en Londres. Netanyahu asegburó que otras naciones "responsables" deberían seguir pronto el ejemplo de Estados Unidos respecto a Irán.

Trump parece estar dispuesto a hacer algunas concesiones a Israel en relación con el acuerdo nuclear cerrado con Irán, que contribuyó notablemente a agriar las relaciones entre Estados Unidos e Israel durante el Gobierno de su antecesor, Barack Obama.

"Sé diferenciar entre buenos acuerdos y malos acuerdos, pero este acuerdo ni siquiera es comprensible", dijo el mandatario republicano. "Y miren cómo ha reaccionado Irán. En vez de reaccionar como deberían, es decir, dándole las gracias al presidente Obama por haber sellado este acuerdo, que es tan ventajoso para ellos, (los iraníes) se sintieron envalentonados incluso antes de que (Obama) abandonara el cargo".

FUENTE: dpa

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