miércoles 19  de  febrero 2025
ENTREVISTA

Suly Chenkin, una sobreviviente del holocausto comparte su historia

A propósito de la Conmemoración Internacional del Holocausto, la autora Suly Chenkin comparte su historia de fe y resiliencia que ha conmovido al mundo
Diario las Américas | CAMILA MENDOZA
Por CAMILA MENDOZA

MIAMI.- El odio no destruye al objeto de tu odio, el odio te destruye a ti”. Esta es la frase que el padre de Suly Chenkin, sobreviviente del holocausto, dejó como lección de vida su hija tras superar una de las etapas más oscuras, sanguinarias y dolorosas que haya vivido la humanidad.

Suly Chenkin, una niña judía nacida en Lituania sobrevivió milagrosamente a ese genocidio en el que en medio de una persecución y aniquilación sistemática más de 6 millones de judíos fueron exterminados, en respuesta a una política desarrollada en la Alemania nazi y sus colaboradores, entre los años 1933 y 1945.

Es por eso por lo que, en el contexto de la Conmemoración Internacional del Holocausto, la organización sin fines de lucro Fuente Latina rindió homenaje en Miami a la sobreviviente Suly Chenkin, quien llegó al sur de la Florida a compartir parte de su historia con artistas, influencers, medios de comunicación, y amigos de la comunidad judía, con el fin de promover conciencia acerca del peligro de los ataques antisemitas que en fecha reciente han proliferado.

“He disfrutado toda mi vida porque tuve mucha suerte. La vida me permitió regresar a los brazos de mis padres que me enseñaron a no odiar a nadie, y a tener mucha fe en la humanidad, a pesar de todo lo que ellos pasaron”, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS la autora y conferencista Suly Chenkin, hoy radicada en Charlotte, Carolina del Norte.

Sus palabras calan hondo, sobre todo porque vienen de una mujer que perdió decenas de familiares durante el holocausto.

Sobre su historia

Suly Chenkin nació en Kaunas, Lituania, meses antes de que los nazis invadieran la ciudad. Cuando tenía 10 meses, su familia y ella se convirtieron en prisioneros en el campo de concentración conocido como el Gueto de Kaunas, donde padecieron enfermedades, hambre, trabajos forzados, y el terror constante de no saber qué iba a pasar.

Sus padres tomaron la decisión que ningún padre debería tomar jamás, entregaron a su hija a una familia totalmente desconocida. “Me dieron un medicamento para dormir y, cuando hizo efecto, me metieron en un saco de papas. Me arrojaron por encima de la alambrada que rodeaba el gueto, y la gente que me esperaba al otro lado me recogió”, dijo Suly Chenkin, quien reconoce que fue una decisión tomada a tiempo.

“Ocho semanas después, los menos de 6.000 reclusos que quedaban en el gueto fueron conducidos en vagones de ganado a los campos de concentración alemanes”, narró mientras rememoraba la época en la que meses más tarde, el ejército soviético liberó Kaunas. Sin embargo, ya el gueto del cual pudo escapar había sido liquidado, dinamitado e incendiado hasta los cimientos.

Por esa razón suponía que sus padres habían desaparecido y estaban muertos.

“Siempre crecí con mucho amor. Rodeada de gente que me quería, y eso me trajo mucha felicidad”, dijo.

Pero tuvo el privilegio de sobrevivir a esos años difíciles y también, como por un milagro, se reencontró con sus padres en Israel, y posteriormente, cuando tenía 6 años, emigró con ellos a Cuba.

“La vida me cambió por completo. El mundo de una niña de 6 años estaba dividido en dos partes: los judíos y el enemigo, pero cuando llegué a Cuba, como todo el mundo era tan cariñoso conmigo y con mis padres yo pensaba que toda Cuba era judía. Hasta que no pude tener un arbolito de Navidad en diciembre”, recordó entre risas.

“No importa el nombre del Dios a quien le rezas, lo que importa es lo que tienes en el corazón. Por eso siempre he pensado que todos somos iguales”, dijo Suly Chenkin, quien dejó Cuba para venir a Miami a los 19 años.

¿Cómo se reconstruye la familia después de tanto dolor?, le preguntamos.

“Poco a poco. Mis padres siempre fueron personas buenas y me dieron mucho amor. Fueron sobrevivientes en todo el sentido de la palabra. Sin duda, estaban traumatizados al igual que yo, porque esas experiencias quedan para toda la vida, pero siguieron adelante”, dijo.

Quizás porque fue la tierra donde terminó de crecer, Chenkin se reconoce a sí misma como una mujer cubana.

“Nunca he ido al lugar donde nací, así que no siento que mis raíces están ahí. Si me preguntas de dónde soy, te digo que me siento cubana y si tengo alguna raíz fuera de Cuba, esa raíz está en Israel”.

Prohibido olvidar

Fuente Latina, organización no gubernamental sin ánimo de lucro cuyo objetivo es derribar las barreras geográficas, culturales y lingüísticas para facilitar a los medios globales de habla hispana e influencers la cobertura de la actualidad y la realidad de Israel y el Medio Oriente, trajo a Miami a Suly Chenkin con el fin, no solo de promover la esperanza y la resiliencia en tiempos de crisis, sino para combatir el antisemitismo que desafortunadamente parece multiplicarse a través de redes sociales.

“El 2022 fue el año en el que más casos de acoso, vandalismo, y violencia contra los judíos se produjeron. Y sabemos que 1 de cada 5 adultos creen al menos seis estereotipos antisemitas”, dijo Leah Soibel, fundadora y directora ejecutiva de Fuente Latina.

“El antisemitismo al igual que el racismo viene de la ignorancia, de la misera, y del odio. Estas personas no se dan cuenta del daño que hacen, no solo a una comunidad, sino a ellos mismos y a sus hijos, pero la ignorancia se combate informando, educando y compartiendo testimonios como el mío”, dijo Suly Chenkin.

“Mi vida es un milagro y mi historia es feliz. He tenido una vida fenomenal”, dijo y se declaró feliz de visitar Miami, porque aquí “me siento un poco más cerca de Cuba.

“Adoro a Cuba y a los cubanos, y anhelo volver a caminar por las playas … pero no quisiera regresar porque ver la pobreza y lo que acontece en la isla me parte el alma”.

Si desea más información sobre Fuente Latina visita www.fuentelatina.org.

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