MIAMI.- China insiste en que Taiwán es parte de su territorio y continúa lanzando fuerte señales que anticipan una invasión, y los taiwaneses, que conocen al gigante vecino, reiteran que defienden su soberanía con un presupuesto sin precedentes de 19.000 millones de dólares.
Es poco lo que hace Occidente, con Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza, al menos públicamente, para detener la ambición de la dictadura de Pekín de ocupar una isla que denota un gobierno democrático y apenas suma el 0.37% del territorio continental chino.
Con la experiencia vivida en Ucrania, la típica batalla David contra Goliat, en medio de una compleja situación que pudiera conllevar a una guerra nuclear, Taiwán no encomienda su defensa ni a Occidente ni a Japón.
Hace apenas uno días, China llevó a cabo sus mayores ejercicios militares en torno a la isla, a solo 25 millas de sus costas, en aparente respuesta a la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
La visita enfureció al régimen de Pekín, o al menos eso dieron a entender, y acusaron a Estados Unidos de interferir en los asuntos internos de China porque no entienden cómo funciona la separación de poderes en una democracia, entre el poder ejecutivo, que es la Casa Blanca en Washington DC, y el legislativo, en manos del Congreso federal.
De cualquier manera, dado el peligro de una invasión, el presupuesto general de defensa propuesto por el gabinete de la presidenta Tsai Ing-wen establece un aumento interanual del 13,9 % hasta un récord de 19.410 millones de dólares (19.4 Billions en inglés).
El aumento atendería la compra de aviones de combate y otros equipos, así como “fondos especiales” para el Ministerio de Defensa, del que no han proporcionado detalles por razones obvias.
El gasto de defensa planificado, que es un récord y debe ser aprobado por el parlamento, marca el sexto año consecutivo de crecimiento del gasto de defensa de la isla desde 2017.
Antecedentes
En 1912 China continental tomó el nombre de República de China, tras el derrocamiento de la monarquía, mientras Taiwán vivía bajo ocupación japonesa (1895-1945).
En 1949, al finalizar la guerra civil, el Partido Nacionalista fue desplazado por el Partido Comunista de la mayor parte del territorio chino, quedando limitado al territorio de Taiwán, con el nombre de República de China.
El territorio continental fue llamado entonces República Popular de China y desde entonces los taiwaneses han velado por su soberanía sin olvidar la cultura china que les identifica y defendieron durante la ocupación japonesa.
A principios de la década de 1960, Taiwán entró en un período de rápido crecimiento económico e industrialización llamado el “milagro de Taiwán”.
Unos años después, Taiwán, que seguía llamándose República de China, pasó de una dictadura militar de un solo partido a una democracia multipartidista con un sistema presidencial.
Pelosi visitó la isla autónoma a principios de agosto y fue la funcionaria estadounidense de más alto nivel en hacerlo desde Newt Gingrich en 1997, quien entonces era el presidente de la Cámara Baja.
A la visita de Pelosi siguió una embajada de congresistas, la senadora republicana Marsha Blackburn y el gobernador republicano de Indiana, Eric Holcomb.
China intentó usar sus ejercicios militares este mes para demostrar confianza en la capacidad de su ejército para rodear Taiwán.
Entonces, las tropas chinas dispararon misiles balísticos en las aguas de la isla e hicieron sobrevolar el territorio taiwanés al menos cuatro veces.