Felices los valientes, los que aceptan con ánimo parejo la derrota o las palmas. (Fragmentos de un evangelio apócrifo). n
Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir. (El amenazado). n
No habrá una sola cosa que no sea una nube. Eres nube, eres mar, eres olvido. Eres también aquello que has perdido. (Nubes). n
Vuelvo a Junín, donde no estuve nunca. (Junín). n
Curiosamente, una pastilla puede borrar el cosmos y erigir el caos. (El sueño). n
Ahora estás en mí. Eres mi vaga suerte, esas cosas que la muerte apaga. (Buenos Aires). n
Ser esa cosa que nadie puede definir: argentino (La fama). n
Nadie es la patria, pero todos lo somos. (Oda escrita en 1966). nSomos nuestra memoria, ese montón de espejos rotos. (Cambridge). n
Y pensar que no existiría sin esos tenues instrumentos, los ojos. (Historia de la noche). nTu ausencia me rodea como la cuerda a la garganta, el mar al que se hunde. (Ausencia). n
La vejez puede ser el tiempo de nuestra dicha. El animal ha muerto o casi ha muerto. Quedan el hombre y su alma. Pronto sabré quién soy. (Elogio de la sombra). n
Un libro no debe requerir un esfuerzo, la felicidad no debe requerir un esfuerzo. Si leemos algo con dificultad, el autor ha fracasado. (El libro, conferencia en la universidad de Belgrano). n
Cada día que pasa nuestro país es más provinciano. más provinciano y más engreído, como si cerrara los ojos. (El otro). n
Feliz el que no insiste en tener razón, porque nadie la tiene o todos la tienen. (Fragmentos de un evangelio apócrifo). n
El Perú fue la historia que Prescott ha salvado. Fue después una playa que el crepúsculo empaña, y un sigilo de patio, de enrejado y de fuente, y unas líneas de Eguren que pasan levemente, y una vasta reliquia de piedra en la montaña. (El Perú). n
Abjuré de mi honor, traicioné a quienes me creyeron su amigo, compré conciencias, abominé del nombre de la patria. me resigno a la infamia. (El espía). n
Nada o poco sé de mis mayores portugueses, los Borges: vaga gente que prosigue en mi carne, oscuramente, sus hábitos, rigores y temores. (Los Borges). n u200e
Ya te cerca lo último. Es la casa donde tu lenta y breve tarde pasa y la calle que ves todos los días. (A quien ya no es joven). n
Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. (Borges y yo). n
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo. (El amenazado). n
I offer you the bitterness of a man who has looked long and long at the lonely moon. I offer you whatever insight my books may hold. I offer you the loyalty of a man who has never been loyal. (Two english poems). n
Tú, que ayer eras toda la hermosura, eres también todo el amor, ahora. (Sábados). n
El novelista no debe jamás buscar la belleza, aunque sabemos que ha fracasado si no la logra. (Citando a E. M. Forster, Textos cautivos). n
No acumules oro en la tierra, porque el oro es padre del ocio, y éste, de la tristeza y del tedio. (Fragmentos de un evangelio apócrifo). n
España del inútil coraje. (España). nEl que mira el mar ve a Inglaterra. (La dicha). n
Quizá no tuve ayer, quizá no he nacido. Acaso sueño haber soñado. (Descartes). nDe las operaciones del espíritu, la menos frecuente es la razón. (Citando a Fenelon, Siete Noches). n
El rostro que se mira en el espejo no es el de ayer. La noche lo ha gastado. El delicado tiempo nos modela. (Adán es tu ceniza). n
Soy el que no conoce otro consuelo que recordar el tiempo de la dicha (The thing I am). n
Me legaron valor. No fui valiente. No me abandona. Siempre está a mi lado la sombra de haber sido un desdichado. (El remordimiento). n
Estoy mirando el último poniente. Oigo el último pájaro. Lego la nada a nadie. (El suicida). n
No odies a tu enemigo, porque si lo haces, eres de algún modo su esclavo. Tu odio nunca será mejor que tu paz. (Fragmentos de un evangelio apócrifo). n
En un confín del vasto Sur persiste, esa alta cosa, vagamente triste. (Coronel Suárez). nA los otros les queda el universo; a mi penumbra, el hábito del verso. (On his blindness). n
Este verano cumpliré cincuenta años; la muerte me desgasta, incesante. (Límites). nMis instrumentos de trabajo son la humillación y la angustia; ojalá yo hubiera nacido muerto. (El poeta declara su nombradía). n
Soy el que envidia a los que ya se han muerto. (Yo). n
El tonto no entrará en el cielo, por santo que sea. Hay que descartar la santidad, hay que investirse de inteligencia. (Citando a Blake, Emanuel Swedenborg). n
Tu lomo condesciende a la morosa caricia de mi mano. (A un gato). nLa meta es el olvido. Yo he llegado antes. (Un poeta menor, Quince monedas). n
Quiero morir del todo; quiero morir con este compañero, mi cuerpo. (Una oración). nLas tardes que serán y las que han sido son una sola, inconcebiblemente. (La tarde). n
Vivimos descubriendo y olvidando esa dulce costumbre que es la noche. Hay que mirarla bien. Puede ser última. (La cifra). n
Mi Dios, mi soñador, sigue soñándome. (Ni siquiera soy polvo)