Según el Departamento de Estado, Estados Unidos fue el primer país en reconocer la condición de Estado de Israel cuando declaró su independencia en 1948, dando inicio a una larga asociación de intereses mutuos.
Ya hay indicios de que el apoyo irrestricto de Biden a Israel afectó las preferencias de los votantes en la ronda más reciente de las primarias
Según el Departamento de Estado, Estados Unidos fue el primer país en reconocer la condición de Estado de Israel cuando declaró su independencia en 1948, dando inicio a una larga asociación de intereses mutuos.
Esta alianza estratégica que incluye 3.3 mil millones de dólares anuales en financiamiento militar y un adicional de 500 millones de dólares para la defensa antimisil, ha sobrevivido tormentosos acontecimientos diplomáticos, desde la guerra árabe-israelí de 1967.
Tras los atentados del 7 de octubre pasado, el presidente, Joe Biden ha apoyado no solo militarmente a Israel sino también diplomáticamente ante Naciones Unidas, aunque expresando “preocupación” por las víctimas civiles.
El mandatario debió pronunciar uno de los mensajes más duros hacia Israel luego del desastroso ataque con drones israelíes en la Franja de Gaza a un convoy humanitario de la ONG, World Central Kitchen, donde murieron siete colaboradores, sumando a la creciente lista de civiles fallecidos por error.
Incluso, hay llamados desde el Congreso para que Washington suspenda la venta de armas a Israel mientras las muertes de civiles continúen aumentando.
La senadora demócrata por Massachusetts, Elizabeth Warren, dijo estar dispuesta a bloquear la venta por razones morales y legales, sugiriendo que Israel violó el derecho internacional humanitario.
El condicionamiento de la futura ayuda estadounidense dependerá de que Tel Aviv facilite la entrega de alimentos y suministros de emergencia al pueblo de Gaza, ligado al compromiso de reducir la amenaza a civiles.
En horas del domingo pasado, Netanyahu anunció la retirada de la mayoría de las unidades al sur de la Franja, aunque todavía hay un numero de fuerzas substanciales en la zona.
“Nos hemos sentido cada vez más frustrados. Y nuevamente, ese fue un mensaje central que el presidente Biden le entregó al primer ministro- Benjamín- Netanyahu en su llamada telefónica, la semana pasada: que tienen que hacer más, tienen que hacer cambios”, afirmó el coordinador de Comunicaciones Estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, explicando la posición de La Casa Blanca.
Y es que los ataques contra el convoy parecían deliberados. Misiles lanzados con drones hacia los 3 vehículos, uno tras otro. El ejército israelí lo califico de “identificación errónea” mientras dos oficiales de alto rango fueron despedidos.
Biden espera que la tragedia persuada a Netanyahu de no ordenar la entrada en Rafah, al sur de Gaza, para una lucha a gran escala con los batallones de combate restantes de Hamás, porque podrían en peligro a 1,2 millones de civiles palestinos que intentan sobrevivir en campamentos en la zona.
Sin embargo, hasta ahora el líder israelí no ha dado indicios de que renunciará a su plan bajo el argumento de que la seguridad futura de Israel depende del aniquilamiento del grupo miliciano Hamás, designado por Estados Unidos como organización terrorista.
Si bien parece inevitable que en una guerra se produzcan bajas civiles en los seis meses de conflicto entre Israel y Hamas, tras la matanza de 1.200 israelíes y la captura de 250 rehenes, el 7 de octubre, unos 32.000 palestinos han fallecido, muchos de ellos mujeres y niños, aunque Israel afirma que al menos 13.000, eran combatientes de Hamas.
En esta guerra, Israel está perdiendo simpatías rápidamente.
El candidato republicano, Donald Trump, en un comentario sorpresa sugirió que su previo apoyo excesivo a Israel también estaba menguando.
Si Netanyahu sigue adelante y ordena un asalto a Rafah, habrá que contar con más víctimas civiles lo que dañará aún más la reputación de Israel ante sus aliados.
En este dilema, el prestigio de Washington también puede verse afectado.
Ya hay indicios de que el apoyo irrestricto de Biden a Israel afectó las preferencias de los votantes en la ronda más reciente de las primarias.
Para, James M. Lindsay, del Council on Foreign Relations, el patrocinio de Estados Unidos a la guerra de Israel ha disminuido particularmente entre demócratas e independientes, aunque no tanto entre republicanos.
Steven Cook, también del Council, se mostró pesimista ante el desenlace y recordó una frase que pronunció una importante figura militar de Israel "Preferiríamos estar vivos y ser parias a que ser aceptados por la comunidad internacional y estar muertos".