sábado 8  de  febrero 2025
OPINIÓN

Cuando los negocios y la gestión política cruzan caminos

Michael Cohen había afirmado inicialmente que todas las negociaciones con los rusos para construir el edificio se habían interrumpido, cuando el magnate neoyorquino se convirtió en el candidato republicano para ser presidente
Diario las Américas | SONIA SCHOTT
Por SONIA SCHOTT

A pesar de todas las acusaciones políticas sobre una supuesta connivencia entre la campaña presidencial de Donald Trump y el Gobierno de Rusia, para ganar las elecciones en 2016, las transacciones comerciales que el Presidente realizó en el pasado con Moscú habían estado, hasta ahora, en un segundo plano.

Pero la semana pasada, Michael Cohen, quien fuera hasta hace poco el abogado personal de Trump, admitió haber mentido al Congreso cuando se le preguntó sobre el plan para construir una Torre Trump en Moscú.

Cohen había afirmado inicialmente que todas las negociaciones con los rusos para construir el edificio se habían interrumpido, cuando el magnate neoyorquino se convirtió en el candidato republicano para ser presidente.

Sin embargo, al declararse culpable de perjurio ante el tribunal, Cohen aclaró que había mentido para encubrir la verdad de lo que estaba haciendo Trump, y que de hecho, todavía en junio de 2016, el entonces candidato presidencial seguía en contacto con los rusos por su proyecto inmobiliario en la capital rusa.

Aunque el Presidente trató de desestimar las afirmaciones de Cohen sobre el cronograma de su proyecto en la capital rusa, la declaración de su exabogado puso al mismo imperio Trump en el centro de la investigación sobre la trama rusa, que sigue el fiscal especial Robert Mueller.

Desde hace tres décadas Trump viene soñando con la idea de construir una torre de lujo en Moscú.

En su libro The Art of the Deal, o El arte del trato en español, publicado en 1980, se pueden leer muchas referencias a ese anhelo de construir un hotel de lujo en Moscú, cuando entonces trató de negociar con el desaparecido Gobierno soviético.

Según Cohen, Trump todavía continuaba con esa idea mientras estaba en los menesteres de convertirse en el presidente número 45 de Estados Unidos.

Si bien es cierto que el proyecto nunca despegó, cuando se le preguntó a Trump sobre sus tratos comerciales con Rusia durante la campaña y luego después de ganar la presidencia, negó categóricamente tener nada que ver con los rusos.

En un tuit publicado en enero de 2017 el magnate inmobiliario escribió: "No tengo nada que ver con Rusia, ni ofertas, ni préstamos, ni nada".

De igual manera, calificó como “sin sentido” los señalamientos formulados en un expediente realizado por el exoficial de inteligencia británico Christopher Steele, que daban cuenta cómo las autoridades rusas estaban en posesión de material comprometedor, recolectado durante su estadía en un hotel en Moscú en 2013.

Ahora Cohen coopera con la investigación de Mueller, lo que hace evidente que el problema no va a desaparecer.

La estrategia de Trump siempre ha sido minar la integridad de cualquiera que se atreva a hacer acusaciones en su contra. En este caso afirmó que Cohen mentía para salvarse de una larga sentencia de prisión.

También lo describió como una persona débil, que lo implicaba quizás porque Mueller lo había presionado para alimentar pruebas en contra del Presidente.

En realidad, Mueller no fue designado para investigar los tratos comerciales de Trump en el pasado, pero si encuentra alguna evidencia de que su proyecto en Moscú alentó a las autoridades rusas para respaldarlo en su deseo de hacerse con la presidencia de Estados Unidos, el fiscal especial podría considerar, como razón legítima, incluir al emporio Trump en sus pesquisas.

En cualquier caso, ahora parece probable que la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, se ocupe de todo el tema de los pasados negocios de Trump para determinar sí influyeron en su intención declarada de mejorar las relaciones con el líder ruso Vladimir Putin.

Los lazos con Moscú se encuentran actualmente a un nivel similar de cuando la Guerra Fría, agudizados por el último enfrentamiento entre Rusia y Ucrania, tras el embargo de tres buques ucranianos en Crimea y la detención de sus tripulaciones.

La historia de la colusión con Rusia está destinada a desempeñar un papel importante en la campaña electoral de 2020, que ya parece haber empezado y es más que seguro que todos los candidatos demócratas aprovechen cada oportunidad para denunciar a Trump, independientemente de las conclusiones de Mueller, cuando presente su informe.

La acusación de Cohen en el tribunal la semana pasada solo allanó el camino para que se anuncien más cargos y controversias, que podrían determinar el resultado de las próximas elecciones.

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