El Día de los Padres es una celebración en la que las familias se unen para reconocer a los padres que han contribuido a nuestro bienestar y crecimiento como familia. Mi familia ha sido bendecida en tener hombres dignos y responsables como mi padre, Enrique Ros, mi esposo, Dexter Lehtinen, mi hijastro, Doug, y mi yerno, Mike, todos son padres ejemplares. Aunque muchos de nuestra comunidad van a estar en familia este fin de semana, debemos de recordar a los padres que actualmente se encuentran sirviendo a nuestro país en las fuerzas armadas.
Mi esposo, Dexter, ha sido un padre dedicado a nuestra familia dando el ejemplo de servicio no solamente a nuestra nación pero también poniendo a sus hijos por encima de cualquier otra obligación de la vida. Mi hijastro, Doug, padre de cuatro hijos bellos también sirvió a nuestro país como oficial de la Marina en Irak y, junto a su obligación como padre salió adelante graduándose de la escuela de derechos de la Universidad de Miami. Mi yerno, Mike, también padre, apoya a su familia como doctor en anestesiología en Saint Louis, cuidando no solo a su familia sino a los que necesitan cuidado médico.
La muerte de mi padre, varios años atrás, nos dejó una dolorosa e irreparable pérdida. ‘Abu Kiki,’ como cariñosamente le decíamos, fue el centro de nuestra familia y quien nos mantenía firmes en realizar nuestros sueños y logros. Si algo nos conforta durante estos momentos de inigualable dolor es saber que mi padre está nuevamente reunido con su adorada esposa y alma gemela, nuestra madre Amanda Ros.
Mi padre fue un incansable escritor y conocido historiador, al tiempo de su muerte, él estaba escribiendo su libro número 20, una biografía sobre Antonio Maceo. Él fue el autor de 19 otros libros sobre la historia cubana y la política local, libros que son una importante fuente de información para otros historiadores y académicos. Todos los que compartieron la vida de mi padre sabían que él estaba muy satisfecho cuando se encontraba realizando investigaciones y escribiendo sus acertados libros. Su querida biblioteca era un lugar de encuentro para nuestra familia y ahí mantenía una detallada colección de todos los artículos y fotos que contaban los momentos importantes de nuestra familia y de sus libros.
Por 65 años, Enrique y Amanda Ros compartieron una maravillosa vida y lo hicieron por medio de su gran amor y arduo trabajo. Criaron dos hijos que tienen sus propias familias, fundaron y operaron por más de 30 años una exitosa pequeña empresa y trabajaron juntos en diferentes proyectos para ayudar y llevar la democracia a nuestra querida Cuba. Ellos estaban enamorados y lo demostraban todos los días por sus acciones.
Mi padre me dio el regalo más grande: el don de creer en mis sueños y guiarme hacia donde estoy. A veces los papás son héroes olvidados. Demostremos hoy a nuestros padres todo el amor que se merecen. Nuevamente me gustaría felicitar a todos los padres de nuestra comunidad en este día; especialmente a mi esposo, Dexter, mi hijastro, Dougie, y mi yerno, Mike.