En estos días hemos visto como varios agentes libres de Grandes Ligas le han dicho que no a los Miami Marlines, Aroldis Chapman y Kenley Jansen, lo que nos ha dejado un mal sabor de boca porque empezamos a creer que Miami no es una plaza apetecible para las estrellas deportivas en Estados Unidos.
Antes, fueron Dwayne Wade y Kevin Durant quienes le dijeron no al Miami Heat, ahondando más en la herida
Pero no todo es así en el sur de Florida porque cuando vemos que los Dolphins han logrado traer agentes libres que ahora vemos que están teniendo impacto en el renacer de nuestro equipo profesional en Miami.
Ahí mejora nuestro ánimo. Calma que no todo no son noticias negativas.
En el caso del Miami Heat, la enfermedad de Chris Bosh y la transición por la que pasa el equipo son motivos más que suficientes para que hayamos visto como los peces gordos de la agencia libre no hayan ni siquiera pensado en venir. Además, la salida de Wade fue un golpe muy duro para la gerencia en su deseo de mejorar el equipo.
Con los Marlins, el caso es diferente. El dueño, Jeffrey Loria, ha sido una de las principales causas por la que los agentes libres no han llegado a firmar con el equipo. A Chapman y a Jansen le ofrecieron más dinero, pero estos decidieron firmar con los Yankees y los Dodgers, respectivamente. Loria no genera confianza.
Evidentemente, el dinero ha estado ahí, pero lo que ha faltado es la voluntad de los atletas de alto nivel de firmar con el Heat o los Marlins, lo que, repito, ha dado una sensación de que Miami ya no es el destino apetecible que por tantas décadas fue, donde veíamos a los deportistas enloquecidos por venir, triunfar y disfrutar del clima y las playas de nuestra área.
Me vuelvo a preguntar, ¿hemos dejado de ser un destino de primer nivel?
Yo no lo creo. Primero porque pienso que en el caso del Heat y los Marlins son situaciones de transición que deben terminar en algún momento y que en cuanto empiecen a mostrar señales de ganar van a aparecer los protagonistas de afuera con ganas de venir.
Ojo, confío mucho más en la gerencia y el dueño del Heat que en los de los Marlins. No es lo mismo Pat Riley que David Samson. No es lo mismo Micky Arison que Jeffrey Loria. De eso no tengamos ninguna duda. Sus respectivas historias lo dicen todo.
Y ahora que los Dolphins han empezado a ganar y sueñan con la postemporada, toda esta historia de que no somos atractivos puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos.
La realidad es que los millones de dólares y el ganar ayudan siempre a que vengan los mejores. También ayuda que los equipos funcionen y que sean franquicias serias. Ya el Heat y los Dolphins lo han demostrado. Los Marlins tienen que trabajar muy duro al respecto, pero la temporada pasada fue un buen primer paso.
Con todo esto alineado, yo espero que estas tres franquicias se pongan a trabajar y que, una vez más, veamos a los jugadores de primer nivel aterrizando en nuestra ciudad y defender los colores de los equipos que en algún momento eran la envidia de las demás ciudades y franquicias.
Es cierto que el mundo ha cambiado, que ahora no todo es el clima o los impuestos estatales que no se pagan en Florida y que las redes sociales han hecho innecesario que las estrellas estén en un gran mercado para ser relevantes.
Pero también es cierto que si a todo lo anterior le agregas un buen funcionamiento y resultados en la cancha, los protagonistas en la mayoría de las veces van a preferir estar en un lugar cálido, alegre como South Beach y diverso como el sur de Florida.
Pero primero hay que demostrar que pueden ganar. Ojo, Marlins y Heat.
Así que no dejen que cunda el pánico, que no hemos dejado de ser un destino apetitoso.
De eso no me queda ninguna duda.