viernes 25  de  octubre 2024

Ley de Derechos Civiles: Qué tan lejos hemos llegado

En la Florida, todavía nos enfrentamos a disparidades raciales en las áreas de educación, empleo, sistema de justicia penal, sistema de justicia juvenil y en la votación

50 aniversario de la Ley de Derechos Civiles: Qué tan lejos hemos llegado y qué tanto nos falta por recorrer n nJoyce Hamilton Henry  La semana pasada, cuando los floridanos celebramos el Día de la Independencia, también se marcaba otro importante aniversario en la historia de nuestra nación: el 50 u00ba aniversario de la firma de la Ley de Derechos Civiles de 1964. n

Este trascendental aniversario es una ocasión para rendir tributo a la valentía de los que trabajaron y se sacrificaron para poner fin a las barreras legales a la igualdad racial en Estados Unidos, y para reflexionar sobre lo que ha cambiado desde 1964. n

En comparación con el tiempo desde que declaramos nuestra independencia de Gran Bretaña, 50 años no es tanto tiempo. Pero los cambios que han sucedido desde ese momento en el desmantelamiento del aparato legal del racismo -la distancia que hemos recorrido desde 1964- es tan importante y tan revolucionaria como cualquier otra en la historia de nuestra nación. n

Sin embargo, al reflexionar sobre el aniversario de la Ley de los Derechos Civiles y los cambios increíbles que ésta hizo posible, hacemos un flaco favor a la herencia de los que lucharon por esa ley si no reflexionamos también sobre de dónde venimos, y examinamos lo que aún no se ha alcanzado para poner fin a la discriminación racial. n

En la Florida, todavía nos enfrentamos a disparidades raciales en las áreas de educación, empleo, sistema de justicia penal, sistema de justicia juvenil y en la votación. Los cambios en estas áreas son esenciales si queremos cumplir plenamente la promesa contenida en la ley. n

Tenemos que hablar de cómo Florida ha perpetuado una política de Jim Crow [de segregación racial], a través de la privación de derechos de manera permanente a las personas que tienen una condena previa por un delito grave en Florida. Aproximadamente 1,5 millones de personas en Florida han sido privadas de derechos por esta política -incluyendo una de cada cuatro personas afroamericanas en edad de votar- quienes se encuentran desterradas de nuestra democracia por una política creada en la era posterior a la Guerra Civil, precisamente, para diluir el poder del voto de los afroamericanos. n

nTan recientemente como en 2011, nos enfrentamos a una ley de supresión de votantes que hizo más difícil para los afroamericanos votar. Un esfuerzo de movilización de votantes afroamericanos, llamado u201cLas almas a las urnas u201d, fue bloqueado a través de la reducción del número de días de votación temprana y la prohibición de votar el domingo durante dicho periodo. n

nTambién debemos observar cómo nuestro sistema de justicia penal afecta desproporcionadamente a las minorías raciales y étnicas. Hoy en día, los EEUU tiene la tasa de encarcelamiento más alta del mundo. Con más de 2,3 millones de hombres y mujeres que viven tras las rejas, nuestra tasa de encarcelamiento es además la más alta en la historia de EEUU. Como Michelle Alexander ha señalado, las leyes Jim Crow [de segregación racial] pueden haber sido borradas hace décadas de los libros, pero continúa habiendo un porcentaje asombroso de afroamericanos encerrados en las prisiones o atrapados en un estado permanente de segunda clase. Nuestras leyes en materia de drogas, y más precisamente el cómo las leyes de drogas se aplican en las comunidades minoritarias, ha llevado a este resultado. n

Un conducto que lleva a estudiantes de las escuelas hasta las cárceles, es decir una serie de políticas y programas que criminalizan la conducta juvenil y fuerzan a los estudiantes a abandonar la escuela y caer en el sistema de justicia penal, se alimenta de forma desproporcionada a partir de los estudiantes de color. n

Y a medida que la población inmigrante de la Florida crece y el Congreso sigue negándose a arreglar nuestro sistema fallido de inmigración, los hispanos residentes de la Florida se enfrentan a fuerzas policiacas implícitamente alentadas a utilizar el perfil racial para aplicar las leyes de inmigración. n

Aclarando, la Florida de 2014 no es la Florida de 1964, las leyes y políticas explícitamente racistas ya no se permiten, gracias en gran parte a la Ley de Derechos Civiles de 1964. Sin embargo, formas más sutiles, más sofisticadas y perniciosas de desigualdad racial continúan existiendo 50 años después de la aprobación de la ley. Debemos hacer que el trabajo de hoy y el de los próximos 50 años sea acabar con dicha desigualdad. n

Desde el momento en que declaramos nuestra independencia hasta las luchas por los derechos civiles de la década de 1960 e incluso hoy en día, nuestra nación siempre ha sido un trabajo en progreso. En honor a la historia que nos trajo adonde estamos y lo lejos que hemos llegado ampliando el espectro del universo moral, también debemos prepararnos para lo que nos falta por alcanzar.

* Directora de Activismo ACLU de Florida

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