martes 23  de  septiembre 2025
OPINIÓN

Lo qué hubo detrás de la agenda real en la visita de Trump

La realidad es que, aunque Washington ostenta el poderío militar y el peso internacional suficiente, por ahora los beneficiarios de la inacción están siendo Putin y Netanyahu

Diario las Américas | SONIA SCHOTT
Por SONIA SCHOTT

El presidente Donald Trump regresó del Reino Unido la semana pasada tras una bienvenida sin precedentes por parte del rey Carlos III y la familia real. En medio de toda la pompa y ceremonia en el Castillo de Windsor y tras la reunión del día siguiente con el primer ministro británico, Keir Starmer, el mandatario regresó con un mensaje claro: se espera que Estados Unidos mantenga su firme apoyo a Ucrania contra Rusia y que la guerra en Gaza debe resolverse pronto.

Y es que pareciera que Trump y el secretario de Estado Marco Rubio están eludiendo las dos mayores crisis diplomáticas, tomando en cuenta que tienen el poder y la influencia para desviar el curso actual y exigir cambios.

Trump aún no ha impuesto las severas sanciones que prometió considerar contra Rusia por seguir atacando a Ucrania con drones y misiles, y Rubio estuvo en Israel la semana pasada, pero se fue sin ideas nuevas sobre cómo detener el conflicto.

Si bien la Casa Blanca ha criticado los bombardeos israelíes contra Hamás en Catar, la relación entre Tel Aviv y Washington no ha cambiado. El principal objetivo de Rubio durante su visita a Israel y posteriormente a Catar fue reforzar la sólida alianza de Estados Unidos con el Estado del Golfo y con Israel.

Mientras tanto, sin el apoyo de Estados Unidos, el Reino Unido se ha unido a Francia y Canadá en el reconocimiento del Estado de Palestina. Esto demuestra que, a pesar de la exitosa reciente visita de Estado del presidente al Reino Unido, persisten serias diferencias sobre cómo resolver los conflictos en Gaza y Ucrania.

Trump vincula ahora la posibilidad de imponer nuevas sanciones contra Rusia a la decisión de los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de dejar de comprar petróleo a Moscú y es que, aunque Europa ha recortado significativamente sus importaciones, no ha dejado de abastecerse completamente del petróleo ruso porque todavía no ha encontrado alternativas asequibles para satisfacer su demanda. Turquía es el tercer mayor importador de petróleo ruso, después de China e India.

La demora de Trump en imponer nuevas sanciones a Rusia es comprensible. ¿Por qué sancionar a Rusia cuando todavía persiste esa relación comercial de Europa con el presidente Vladimir Putin?

Sin embargo, si Trump simplemente declarara nuevas sanciones masivas, podría obligar a Europa, India, China y otros países que aún dependen del petróleo ruso a tomar medidas drásticas para buscar suministros energéticos en otros lugares.

Entonces Putin sí que estaría en apuros.

Actualmente, el líder ruso aún puede colocar suministros en India (a pesar de los aranceles del 50% impuestos por Trump), China, Corea del Norte y algunos países europeos que lo ayudan a mantener su maquinaria bélica en marcha.

Por otra parte, Rubio claramente venía con la misión de castigar a Israel por el ataque a las oficinas de Hamás en Doha, Catar, donde murieron media docena de personas, pero ningún miembro de la jerarquía de Hamás, o eso por lo menos afirma la organización terrorista.

¿Le pidió a Netanyahu que no volviera a bombardear Catar? Incluso si lo hubiera hecho, Netanyahu probablemente habría respondido que cuando se trata de la seguridad de Israel, hará lo que sea para detener a los enemigos de su país.

Así que cualquier pedido de Rubio habría sido en vano.

La realidad es que, aunque Washington ostenta el poderío militar y el peso internacional suficiente, por ahora los beneficiarios de la inacción están siendo Putin y Netanyahu.

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